Contenido estructurado del post
Dónde comer/beber y gastronomía, en Japón, Singapur y Corea del Sur. Opinión y review.
Comidas raras en Asia. Shirasu en Enoshima, cocodrilo en Singapur, beondegi en Suwón.
Comer es uno de los mayores placeres de la vida, no creo que exista ninguna duda al respecto… Y yo, como persona abierta de mente (y de sentido del gusto), curioso e inquieto por naturaleza, y amante de la gastronomía, adoro probar y degustar nuevos platos y productos allá donde vaya. El turismo gastronómico existe, y es una referencia de primer orden mundial que atrae y mueve millones de turistas y viajeros alrededor del mundo, no generalmente como motivo principal de un viaje al no ser un tipo de turismo genérico, pero sí al ser un tipo de turismo específico englobado dentro del turismo cultural.
La gastronomía forma parte de la cultura y la identidad de un país o región, y debe ser parte de todas nuestras experiencias turísticas y viajeras, como parte de esa «inmersión» cultural en el destino en cuestión. Por lo que yo, siempre que viajo, intento (si las circunstancias, el tiempo y la pasta lo permiten) probar platos locales e, igualmente, alguno de esos «platos raros, curiosos o frikis» (para nosotros claro, a nivel cultural, siempre hablando de forma subjetiva) que nos podemos encontrar en muchos lugares.
En este caso en concreto me refiero a Asia… Aunque sinceramente, todo sea dicho, la realidad es que no he probado demasiadas cositas extrañas (tengo pendiente China Mailand; lugar conocido por todos donde poder probar todo tipo de «delicias culinarias» que harían vomitar a muchos valientes xD), pero sí las suficientes para que las caras de sorpresa, inquietud y asco a partes iguales sean algo habitual en el momento que surge el comentario o la conversación xD.
El caso es que Asia es un prolífico lugar para probar y degustar todo tipo de delicias extrañas que, en general (por cultura o leyes y permisos por ejemplo), difícilmente vas a poder probar en España, y es que hay que probar amigos, no puedes irte a la otra punta del mundo y pasarte el día a base de pizzas y hamburguesas y «comida occidental», sin ni siquiera haber probado, sin ni siquiera saber si te gusta, con miedo a todo lo nuevo…
¡Venga hombre!, no me seas rancio, hay que introducirse un poquito más en esa cultura local, y así probar también esas comidas «diferentes» que seguramente no vas a tener oportunidad de probar en otro lugar del mundo… ¿De verdad te quieres ir sin haberlo catado y luego arrepentirte de no haberlo hecho?, no me seas sibarita, no me seas pijo, no me seas cutre, no me seas cobarde, no me seas obtuso… ¡y prueba! ¿Qué te puede pasar? Si no te gusta, te valdrá simplemente con enjuagarte, o vomitar xD. En otras ocasiones (esperemos que nunca), quizás necesites Fortasec o similar… ¡y recuerda viajar siempre con seguro de viaje!
¿Me acompañas por este breve recorrido gastronómico (de varios volúmenes) a lo largo de varias comidas raras, curiosas y frikis que puedes probar en Asia? Seguro que alguna te sorprenderá… y os pido disculpas por la pésima calidad de alguna imagen suelta que pueda aparecer, y es que algunas son capturas de grabación en vídeo al no disponer de fotos.
Ganas tenía de visitar Enoshima ciertamente, varios viajes a Japón he necesitado para ello. Una pequeña isla en la Bahía de Sagami que está unida a la ciudad de Fujisawa por el Puente Enoshima Benten 600m, y que es un importante destino turístico debido a sus playas, gastronomía o, por ejemplo; su Jardín Botánico Tropical, el Santuario de Enoshima o las Cuevas Iwaya. Con una curiosa historia mitológica (la isla surgió de las aguas en el s. VI por la diosa de la música Benzaiten), Enoshima es un lugar pintoresco y más que recomendable que bien puede ser una excursión de día completo desde Tokio, o compaginarlo en medio día con Kamakura (o incluso con Yokohama).
Pero vamos a lo que realmente nos importa… Asquerosito sí, así, tal cual, de primeras xD. He de reconocer que no me mola nada de nada, y recuerdo su sabor y pongo «cara de asquito»… Estoy hablando del shirasu; una especie de pequeña sardina, pequeño boquerón, pequeña anchoa (nunca he sabido exactamente lo que es al no haber traducción literal en español, y según la zona y elaboración tiene distintos nombres) o pequeña angula, que es lo que yo siempre he entendido que es… El caso es que es un pequeño pez transparente de no más de 50ml que es habitual en Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, China, Japón, Italia… o España (siendo también habitual del Mar de Alborán) y que, obviamente según el lugar, es cocinado y degustado de una forma u otra… Y sí, también es típico de diversas zonas de Japón, en concreto de Enoshima y su zona costera; siendo uno de los platos más habituales que podemos encontrar en todo restaurante y puestecito, y cocinado de diversas maneras (o crudo). No obstante, también es posible encontrarlo en konbinis y supermercados…
Cocinado, y en el caso de Japón que es donde lo he probado, generalmente está frito con una especie de rebozado, y es servido con arroz (también con tallarines y acompañado de verdura, cebolleta, etc…). Y si es crudo (y recién pescadito con «olor y sabor a mar»), simplemente se le añade un poquito de soja o de limón… Y, como podéis imaginar, así es cómo lo probé yo xD.
Es típico de la zona como indicaba, ya lo tenía fichado antes de ir, y una vez en Enoshima es inevitable, puesto que encuentras shirasu en absolutamente todos los restaurantes y puestos… De inicio mi idea era comer shirasu (cocinado) tranquilamente durante mi visita en Enoshima en alguno de los múltiples, auténticos y chulos restaurantes con vistas de Enoshima, pero el poco tiempo y la poca pasta disponible, me llevó finalmente a comerlo (crudo) en cualquier sitio baratito de take away que están repartidos por Enoshima (hay varios, los veréis sin problema, es el referente gastronómico xD). Ello era mi siguiente opción, la cual ciertamente tampoco me disgustaba debido más que nada a la autenticidad y la frescura… ya que ves cómo lo traen recién pescado y lo colocan delante de ti…
Por lo tanto, la combinación de Enoshima y shirasu crudo era inevitable… Tenía fichado un puestecito; el lugar más barato donde lo había visto nada más cruzar el puente y llegar a Enoshima, en la principal avenida comercial (pasas por aquí seguro, no tiene pérdida; el puesto está a pie de calle y los vendedores están pegando gritos xD); apenas «un puñado de yenes» por una pequeña bandejita de shirasu fresquito…
Te lo sirven en pequeñas bandejitas de plástico transparentes para llevar, con una cucharilla pequeña para poder comer, y vienen un número indeterminado de pequeños shirasu (unos 60, a ojo)… Bueno, de primeras la pinta y el olor ya echaba para atrás. Especialmente el olor; muy fuerte, «muy a mar», muy a «esto está malo seguro xD), y si sabía igual que pintaba y olía… malo malo. Pero en fin, estamos aquí y hay que probarlo, vamos a por ello; cojo una bandejita, echo un poquito de soja para intentar «mitigar» olor y sabor (eché solo en un ladito, para probarlo también «al natural»), y a por ello, ante la atenta mirada de los vendedores…
La cara que debí poner con la primera cucharada lo debió decir todo… Los chicos que se dedicaban a atender me miraron con cierta interrogación, esperando que yo dijera algo… Uno de ellos me preguntó si me había gustado y yo, haciendo gala por una vez del tatemae japonés y del «arte de no decir NO»… dije: «not bad», y a continuación hice con la mano: «so so» :S.
Simplemente asqueroso; malísimo… Ni con soja ni sin soja, el sabor a mar puro (fresquísimo obviamente), tampoco era capaz de sobreponerse a, como decía: la pinta, el olor… y el sabor. Creedme si os digo que me comí aún así varias cucharadas… hasta que tuve que tirarlo en la papelera más cercana. Estaba malísimo, de verdad, y no podía seguir con ello, de hecho, no quería que me sentara mal ya que el cuerpo es sabio…
En fin, no dudo que frito o/y realizado de otra forma, esté bueno, delicioso inclusive, y sin duda intentaré volver a probarlo… Pero crudito va a ser que no, y no os lo recomiendo xD. ¿Has probado el shirasu en Japón?
Comer cocodrilo frito con verduras, en Singapur (Singapur). Probado durante el viaje a Turquía-EAU-Qatar-Taiwán-Singapur-Noruega ’14.
Singapur, como bien sabéis, es uno de mis «destinos fetiches», un destino, un país y una ciudad-estado que me provoca una sensación de amor-odio y me evoca a tiempos de supervivencia y de aventura, de turismo y de emigración, de risas y de lloros, de lucha y superación, de aprendizaje y evolución… Un destino en el que pasé dos meses de mi vida durante mi intento de emigración en Singapur ’10, más una semanita de turismo propiamente dicho en Turquía-EAU-Qatar-Taiwán-Singapur-Noruega ’14.
Pequeña Ciudad-Estado y país más pequeño del Sudeste Asiático, está situado entre Malasia e Indonesia… Singapur está poblada desde el s. II d. C., ha sido parte de varios imperios, y cuya historia moderna comienza en 1819 cuando el británico Stamford Raffles fundó aquí un asentamiento dando origen al Singapur actual. Tras unirse a Penang y Malaca, pasó del Gobierno indio al ministro inglés de las colonias, hasta la II Guerra Mundial, que cayó bajo el dominio japonés. Ya tras la guerra, Singapur se integra en la Federación de Malasia en 1963, proclamándose la República de Singapur poco después en 1965.
Singapur es, sin duda alguna, el mejor país de Asia para comer, y la gastronomía en Singapur, es uno de sus grandes activos, atractivos y valores añadidos, y ello es debido a su brutal mezcla cultural y étnica, lo cual repercute en la gastronomía, y a la que se suman unos precios muy correctos e inclusive baratos y asequibles para un bolsillo en euros (siempre y cuando comas comida local y en food courts y hawkers centres). De hecho, de los casi 6 millones de habitantes, alrededor de un 43% de la población total nació en el extranjero, con porcentajes en mayoría de chinos, malayos, indios y otros (entre asiáticos, americanos y europeos), al igual que existen 4 lenguas oficiales (inglés, mandarín, malayo y tamil).
Mezcla y amalgama de, principalmente, la cocina china (tanto mandarín como cantonesa), malaya, indonesia e india (especialmente tamil), y con un pequeño toque e influencia occidental o «western» debido a la inmigración y elhaber sido colonia inglesa. No obstante, en Singapur podemos encontrar gastronomía, locales y restaurantes de absolutamente todos los rincones del mundo. La estratégica situación de pequeño país y su estatus como centro financiero internacional, su alto nivel y calidad de vida (siendo el país con la renta per cápita más alta del planeta), el ser un lugar de paso y la propia evolución del país, ha originado un excelente ejemplo de respeto, integración y diversidad étnica y cultural. Diversidad que se ve reflejada de forma importante en la gastronomía como indicaba.
Degustar y disfrutar la gastronomía local recorriendo sus múltiples food courts y hawkers centres, es un objeto turístico (gastronómico) en toda regla en el país y parte intrínseca de esa cultura tan habitual en Asia (y más concretamente en China y Sudeste Asiático) del mercado gastronómico y comer en la calle y fuera de casa… Y es que en Singapur es alucinante todo lo que se mueve en torno a la comida; hay premios de todo tipo… Premios en forma de cartel o pegatina expuestos al público de forma orgullosa en los locales, siendo un rasgo de distinción importante, y, te puedo asegurar, que son lugares donde las colas son kilométricas…
Más allá de ser un fan absoluto del chicken rice o pollo hainan como «plato nacional» de Singapur, aquí es posible probar casi cualquier cosa que os podáis imaginar… Opciones de restauración miles y miles, pero en este caso me dirijo al barrio de Chinatown; legado y centro neurálgico de la comunidad china de Singapur desde sus orígenes y donde, más allá de su historia, su patrimonio, su mezcla cultural (con mezquitas y el templo hindú más importante de Singapur: Sri Mariammam), sus tiendas de ropa y productos típicos, y su genial ambiente, destacamos su brutal oferta de ocio y restauración, con varios food courts y hawkers centres de relevancia, y multitud de restaurantes de comida china típica y tradicional.
Uno de los restaurantes más conocidos en Chinatown y un habitual de todo ruta gastronómica, es el restaurante Chinatown Seafood, localizado en Pagoda St. (fácil de localizar y sin pérdida alguna, a 1min andando tras salir de la Estación de Metro de Chinatown); la calle principal, peatonal, y más importante del barrio. Nos lo encontramos a nuestra derecha, a pie de calle y fácilmente visible debido al cartel superior amarillo… Local amplio con capacidad para decenas de personas, luminoso y con el habitual caos de gente, ruido… y algo de suciedad en momentos de saturación xD.
Carta más que extensa donde vamos a tener que invertir unos minutos en la misma, y donde encontramos absolutamente TODOS los platos más típicos y habituales de la gastronomía china y singapurense… Chilli crab, black pepper crab, szechuan spicy baby lobster, sweet and sour fish, laksa, black pepper sliced beef, pork belly char siew, ma po tofu, thai pineapple fried rice, hongkong fried noodle, hainanese chicken rice, roasted chicken, roast duck breast meat, pork rib soup, etc… A lo que sumamos también otras delicias habituales en Singapur, como puede ser las ancas de rana o braised szechuan pickled chili frog meat, o la carne de cocodrilo o stir fried black bean sauce cocodrile meat… Carne de cocodrilo que era el objetivo en esta ocasión. Nunca la había probado y me llamaba poderosamente la atención, y aquí tenía la oportunidad.
Tras pedir yo y mi acompañante las bebidas (unas siempre recomendables Tiger Beer), pedimos un par de cositas más de picoteo (incluyendo chicken rice), y una ración de carne frita de cocodrilo con verduras… Realmente, y aunque no deja de ser en gran medida un plato exótico por estas latitudes, la carne de cocodrilo es un manjar más que habitual y carne muy apreciada en lugares como México, Australia, Sur de África, China, Fillipinas o Sudeste Asiático…
Carne legal y apta para el consumo humano siempre y cuando cumpla los controles legales obviamente, de hecho en España hay negocios con licencia oficial por parte del Ministerio de Sanidad para poder importar y comercializar carne de cocodrilo. Y siendo posible encontrar un buen número de, por ejemplo, restaurantes en Madrid donde poder probar tal exótico producto.
Criados en granjas para tal efecto, en general su carne es blanca, saludable, de excelente calidad y de alto nivel proteico y bajo contenido en grasas, algo dura por lo que no debe ser cocinada en exceso, siendo posible cocinarla de muchas formas distintas (frita, a la parrilla, guisada, etc), y con un sabor suave entre el pollo y el pescado…
Seguro que has escuchado en alguna ocasión que «el cocodrilo es el eslabón perdido entre el pez y el pollo», o que «la carne de cocodrilo sabe a pollo»… Bueno, sí, tenemos bien conocido el sabor del pollo, como un sabor «genérico» al que asociar todo aquello nuevo que no sabemos definir exactamente… Cierto es; la carne de cocodrilo sabe a pollo, con un cierto «regustillo final a río» xD, y más blandita y suave de sabor de lo esperado… ¡Más que rica; me encantó!
Carne de cocodrilo frita y salteada con pimienta negra y verdura… Simplemente espectacular y con un sabor más que auténtico y genuino, me encantó y no dejé absolutamente nada en el plato… ¡Por fin había probado la carne de cocodrilo!, y además, a un precio asequible de apenas unos SGD$6.
En fin, un restaurante de batalla y con atención algo tosca y lentilla en horas punta, pero a un precio asequible y situado en una de las zonas más turísticas y pintorescas de Singapur, donde es posible degustar auténticas delicias y auténtica gastronomía local, incluyendo algunas frikadas varias como puede ser la carne de cocodrilo (también es posible probar patas y cola de cocodrilo). ¿Y tú, has probado cocodrilo y te ha gustado?, ¿lo probarías?
Comer beondegi o gusanos de seda cocidos, en Suwon (Corea del Sur). Probado durante el viaje a Inglaterra (Reino Unido)-Estonia-Finlandia-Corea del Sur-Camboya-Malasia-Indonesia-Holanda ’10.
Visitando Corea del Sur y Seúl en concreto durante varios días, una de las escapadas y excursiones más habituales, y recomendadas, de día completo desde Seúl, es a la cercana Suwon; una importante ciudad de más de 1 millón de habitantes, situada a unos 30km al sur de Seúl y cuya historia se remonta a los tiempos de los Tres Reinos de Corea. Un obligatorio sin duda, con un oferta turística y cultural muy importante, con distintas puertas, murallas, palacios, templos y fortalezas (incluyendo la Fortaleza Hwaseong como Patrimonio de la Humanidad), al igual que numerosos festivales, como el famoso Suwon Hwaseong Cultural Festival, con el cual coincidí, por lo que el ambiente era genial, festivo y, obviamente y como también aspecto cultural en Corea del Sur; había multitud de mercados gastronómicos callejeros.
Y yo, también como amante de la gastronomía asiática como bien sabéis y de sus mercados callejeros, ya había tenido la oportunidad de probar distintos platos y especialidades de la espectacular y deliciosa gastronomía coreana, tanto en Madrid como obviamente in situ en Corea del Sur y sus puestos y mercadillos callejeros gastronómicos… Corea del Sur y su gastronomía son unos todavía eternos desconocidos muy a su pesar, y sinceramente te invito a descubrirlos; un país que te encantará, y una gastronomía sana, sabrosa, variada y de calidad que te apasionará…
Pero no todo te va a gustar, evidentemente, como a mí xD. Pero qué le voy a hacer… me gusta probar (casi) de todo a nivel gastronómico, más en una cocina que me encanta como decía, al igual que comer en mercadillos y puestos callejeros de forma auténtica y barata.
Pues bien, uno de los más típicos y conocidos platos (más bien un snack o picoteo) que podemos encontrar en todo lugar en Corea del Sur (especialmente en mercadillos y puestos callejeros, aunque también en bares, restaurantes, tiendas y supermercados), es el llamado beondegi («crisálidas» literalmente), y consistente en gusanos de seda cocidos, hervidos o al vapor (suelen llevar distintos condimentos, aunque también van «al natural»), y que generalmente te los sirven en un vaso de plástico, cucurucho de papel o similar, y se comen con las manos o con palillos.
Sí, gusanos de seda… Tal «delicia» surgió en Corea del Sur durante la década de los ’60, en épocas duras y zonas más rurales donde no había mucho para llevarse a la boca. Debido a la gran cantidad de fábricas de seda que se abrieron, las crisálidas del gusano de seda extraídas del capullo fueron entonces utilizadas y aprovechadas como alimento «forzoso». Un alimento que se fue popularizando y extendiendo, inclusive cuando las fábricas comenzaron a cerrar en la década de los ’80 y Corea del Sur comenzó a importar el producto de China.
Un producto barato, asequible, fácil de producir y muy nutritivo (bajo en grasas y alto en proteínas). Y es que, los insectos son «el alimento del futuro» (como bien indica la FAO). Insectos en forma de comida que, aunque ya se ven por la Unión Europea y por España (ya está legislado), no es algo a lo que estemos muy acostumbrados por estos lares… No deja de ser una barrera y un aspecto psicológico y cultural, ya que más de 2000 millones de la población mundial come algún tipo de insecto como parte de su gastronomía, dieta y cultura. De hecho, en muchas zonas de Asia es algo más que habitual y yo mismo los había probado anteriormente en Tailandia por ejemplo…
Yo, cada vez que ha surgido el tema y he comentado en la «típica conversación», que yo he probado determinados insectos (más allá de alguna otra bizarrada varia xD), la reacción habitual es poner cara de asco y echarse las manos a la cabeza. Mentes cerradas y obtusas ya sabéis… Esas que dicen «qué asco» por el hecho de comer un gusano, pero que no hacen ascos a caracoles («cosas babosas y asquerosas que se arrastran por el suelo»), o langostinos o similar («bichos extraterrestres y cucarachas del mar») xD. En fin…
Pues nada, el caso es que me encontraba en Suwon, anteriormente en Corea del Sur ya había visto el beondegi, pero no había tenido la ocasión (o las ganas) de probarlo, así que ya tocaba en alguno de los puestos callejeros que vi por aquí durante mi visita a la ciudad.
Los coreanos comen el beondegi como un snack según indicaba antes, como si fueran cacahuetes o pipas, y también te lo pueden servir en bares y restaurantes como un picoteo con tu consumición o antes o durante la comida. Bueno, si ellos lo comen, ¿por qué no probarlo? ;)… Bien, la pinta es simplemente asquerosa, y ciertamente te produce rechazo visual… Y en cuanto los hueles (con un olor muy fuerte y característico, pero indefinible, como «madera quemada», no sabría cómo definirlo…), el rechazo es total xD.
Pero bueno, ya estamos aquí y es lo que hay como decía… Pido un vasito y, aguantando casi la respiración, lo pruebo… Textura suave y blanda por fuera, dura y crujiente por dentro, con una sensación de pastosidad y tierra en la boca… Sí, saben casi igual de mal que huelen, es decir; asqueroso xD.
Cierto es que intenté comer alguno más (ante la atenta mirada del vendedor y curiosos locales, a ver las caras de asco que ponía), no ya por el (poquito) precio pagado, sino por el hecho de darle otra oportunidad (que no se diga que no se intenta xD)… Pero finalmente no tuve más remedio que tirarlo a la papelera más cercana, y beber algo para quitarme esa chunga sensación de la boca… ¿Y tú, probarías el beondegi en Corea del Sur?