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Día 3: Japón (Monte Kurama: Santuario Kibune, Templo Kurama y Onsen. Osaka: Nipponbashi con Den Den Town, Namba con Dotonbori y Puente Ebisu, Amerikamura, etc).

Visitar, qué ver y qué hacer, en Japón (Monte Kurama, Osaka).

Día 3 – 22.03.08: Japón (Monte Kurama: Santuario Kibune, Templo Kurama y Onsen. Osaka: Nipponbashi con Den Den Town, Namba con Dotonbori y Puente Ebisu, Amerikamura, etc). Visitar, qué ver y qué hacer.

CRÓNICA: Día 3 – 22.03.08: Japón (Monte Kurama, Osaka). Nos levantamos prontito, desayuno de los campeones y camino a Kioto. Desde aquí, en un pintoresco tren local atravesando las montañas, hasta el Monte Kurama. Tras bajar, nos damos cuenta que nos habíamos olvidado la cámara en el tren… Tras mover cielo y tierra y hacernos entender como se pudo con el «señor mayor encargado» de la estación, éste igualmente movió cielo y tierra y, tras esperar el retorno del mismo tren, nuestra cámara llegó de manos del conductor. Demostramos que «éramos nosotros» y eternas gracias con reverencias de 90º. Comenzamos la ruta por el Monte Kurama, importante centro shintoísta, senderista y de onsen y baños termales, al igual que «cuna» del Reiki. Tras ruta senderista, visitas a santuarios y templos (incluyendo el Santuario Kibune y el Templo Kurama, donde realicé una breve meditación) y comer, nos dimos un espectacular baño al aire libre mirando a la montaña en un rotenburo. Tras ello, vuelta a Osaka, recorriendo Nipponbashi y realizando compras frikis (Gee Store, Super Potato, etc) en el barrio electrónico de Osaka: Den Den Town. A continuación nos dirigimos a Dotonbori y los alrededores del Puente Ebisu, llenos de gente y turistas, ruido y neones, recordando nuestro paso por aquí hace dos años… Tras cruzar AmerikaMura, metro hasta el hotel. Cena e «intento» de salir de fiesta, acabando en un garito no recomendable por error, donde casi salimos a hostias con gentuza gayer. ¡Un mal final, pero un gran día!

A las 6 arriba… El día estaba nublado, aunque no hacia mucho frió, de todas formas íbamos algo abrigaditos, ya que nos tocaba un día en plena montaña… Pasamos por un 24h para comprar nuestro desayuno de los campeones… ya lo echaba de menos jeje: Van Houten Cocoa y algo de comer (bollitos, hamburguesas, etc, lo típico jeje), de ahí corriendo a coger el metro y después el tren hasta Kioto…

Una vez en Kioto, en la Estación de Demachiyanagi, debíamos ir hasta la Estación de Kibune-Guchi de la compañía privada Eizan. Casi todo el trayecto transcurría en plena montaña, en plena naturaleza; una gozada de paisajes naturales… Igualmente, casi todo el trayecto se realizaba en una sola vía, es decir; la misma vía se utilizaba para bajar y subir, y había tramos donde se bifurcaba en dos para que pudieran pasar dos trenes a la vez; el que subía y el que bajaba. Añadir también que los trenes eran bastante curiosos y llamativos (y qué no en Japón xD), todos los que vimos estaban pintados de colores, llenos de publicidad en el exterior… Éramos los únicos occidentales que había en el tren, para variar xD, todos japos y gente «mayor» en general, aparte que, debido a lo prontito que era, iba bastante vacío.

Pues bien, llegamos a nuestra parada (Kibune-guchi, tras 2 horas de trayecto), una estación (auténtica y rural) «perdida en medio de la montaña» jeje. No había personal, las 4 ó 5 tiendas estaban cerradas, una oficina que parecía de turismo, información o algo similar también cerrada (al lado estaba el bus, parado, que teníamos que coger a continuación)… no había nadie en ningún lado jeje, únicamente nosotros. Saliendo de la estación y bajando por la carretera a mano izquierda unos metros, estaba la parada del bus citado anteriormente, quedaba casi media horita hasta que saliera, así que tranquilamente dimos una vuelta por los alrededores, aunque poco más podíamos hacer aparte de, o andar los 20min carretera arriba que nos ahorraría el bus hasta Kibune, o ver el Río Kibune y sentarnos al sol en la estación jeje.


Y de repente mi hermano dice: «¿Tienes tu la cámara, no David?», y yo: «No, si la llevabas tú…», ufff… ¿¿dónde estaba la cámara??, ninguno la teníamos, yo estaba seguro que no la llevaba y la tenía él… ¡¡¡la habíamos perdido!!!
, empezamos a buscarla por los alrededores, recorriendo de nuevo nuestros pasos desde que nos habíamos bajado del tren, no estaba en ningún lado… ¡No me jodas, que es nuestro segundo día en Japón y hemos perdido la cámara de fotos! (cámara que compré de segunda mano en Bangkok, tras haber «perdido» la anterior en Amsterdam).

La cámara se había quedado en el tren, mi hermano había sacado la ultima foto, la había dejado a su lado en el asiento, y al salir se le olvido cogerla, y yo tampoco me di cuenta… íbamos sobadillos :S. ¿Y ahora qué hacemos?, ufff, marrón. Volvimos de nuevo a la estación, al poco llegó un señor mayor, el «responsable» de la estación… no hablaba inglés, apenas unas palabras. Como pude, en inglés y con la guía de viaje de Japón y la guía de conversación de japonés y señas, le hicimos entender más o menos (nos costó un buen rato como es lógico), que nos habíamos dejado la cámara de fotos en el tren, dándole todos los detalles que podíamos. Realmente no sabíamos si nos había entendido bien, si sabía lo que le queríamos decir. El caso es que llamó (con el teléfono de la estación, de estos rac por pulsos antiguos jeje, que tienes que girar la manivela para «cargarlos» y llamar) un par de veces a alguien.

Nosotros atentos, suponíamos que estaba llamando a las cabeceras de línea. Al rato le llamaron a él, luego él volvió a llamar… Nosotros esperando mientras. Por fin nos dice, o eso creíamos entender, que tenían la cámara, pero que el tren había bajado, y estaba en la cabecera, por lo tanto debíamos esperar a que subiera… es decir: otra media hora más esperando mínimo, pero no importaba con tal de recuperar la cámara como es lógico. En fin, el señor nos dijo que esperáramos ahí, así que eso hicimos. Mi hermano preocupado y mosqueado, vaya putada… pero bueno, son cosas que pasan… y yo estaba convencido de que la íbamos a recuperar. Así que nada… esperando sentados, viendo pasar los trenes que subían y bajaban… ahora sí se bajaba en la estación más gente en los trenes que subían dirección Kurama (cuando llegamos sólo nos bajamos nosotros 3). No sabíamos cuál era el que debíamos esperar, ya que llevábamos más tiempo del previsto… hasta que llego uno, y salió el conductor con la cámara en la mano sonriendo… Imaginaros la cara de alegría que se nos puso jeje, nuestra cámara sana y salva jeje… Alguien la había visto en el vagón y se la había entregado al conductor y, efectivamente, era el mismo tren en el que habíamos subido nosotros. Le enseñamos la última foto (que efectivamente era la que había sacado mi hermano), para mostrarle (tanto al conductor como al responsable de la estación) que éramos nosotros los que salíamos en la foto en cuestión y era nuestra cámara, le dimos las gracias varias veces haciendo reverencias de 90º jeje. Nos despedimos de ambos y nos fuimos a la parada del bus. Increíble…

Habíamos recuperado nuestra cámara :D. Quizás (y sólo quizás), si en el vagón que veníamos hubiera habido occidentales, o gente «joven» en general… a lo mejor no teníamos la cámara. Pero había poca gente y todo gente mayor (japoneses como indicaba), y esto es Japón, no España… estaba seguro que la íbamos a recuperar. Algún pasajero la vio… y se la entregó al conductor… Obviamente en España, en Madrid, nunca la hubieras vuelto a ver… Mucha gente en Japón ha tenido situaciones así, y ahora nos tocaba a nosotros comprobar que, efectivamente, no es una invención el hecho de «perder algo en Japón y recuperarlo». En España como decía, en Madrid, obviamente te dejas olvidada tu cámara y no la recuperas, aunque se lo digas a algún responsable en la estación que sea, lo mínimo que van a hacer es reírse en tu cara si piensas que alguien la va a devolver y la vas a recuperar jeje (vamos, en España y en cualquier otro lado, que me lo digan a mi en Amsterdam, aunque eso es otra historia). Así funcionan en Japón, así funcionan los japoneses… ¿Igualito, verdad?

En fin, esperamos el bus en la parada, que tardó menos de 10min. Habíamos perdido bastante tiempo pero ya no importaba… En 5min subiendo por la serpenteante carretera llegamos a nuestra parada; hasta Kibune. Por suerte, el día seguía soleado, con buena temperatura, perfecto para hacer la ruta senderista que teníamos prevista :). Kibune es un pequeño y pintoresco pueblo de montaña situado en el Monte Kurama, limpio, agradable… donde se inician rutas senderistas y donde es posible comprar artesanía más que interesante (eso sí, a precios prohibitivos xD), algunos ryokan, restaurantes, etc… ¡Un lugar muy agradable!

Subimos por la «carretera» o calle principal unos metros (que va paralela al río), hasta dar a mano izquierda con un torii y unas escaleras con faroles a los lados, algo que ya había visto en muchas fotos y que es sin duda una imagen bellísima y una de las imágenes y visiones más conocidas de Kibune y el Monte Kurama… Las subimos y llegamos hasta el precioso Santuario Kibune; nuestro primer objetivo… Aquí podías comprar unos botes con «agua sagrada» (que por supuesto compramos, solo cobraban el bote a precio simbólico, no el agua)… Okami no Kami es el espíritu sintoísta que provee de agua a otros, y que está en este monte, así que es agua sagrada, «agua de los dioses» (y potable, al menos yo bebí y no me ha pasado nada xD). ¡Precioso santuario!, después bajamos de nuevo a la carretera y retrocedimos unos metros hasta el pequeño puente que cruza el río. Subimos unas escaleras y cogimos unos palos para ayudarnos en la ascensión (los tienen ahí para que los coja quien quiera, no éramos los únicos haciendo la ruta, aunque sí los únicos occidentales :)). Añadir que, aunque cuando lo realizamos nosotros era gratis, ahora hay que pagar 200 yenes para poder acceder a la ruta senderista…

Ahora teníamos entre 20-30min de ascensión a través de la montaña, (hay un tramo durillo, pero con tranquilidad, cualquier persona aunque no tenga una «buen» forma física, lo puede hacer sin mayor inconveniente),atravesando un impresionante bosque, rodeados de naturaleza exuberante donde nos íbamos cruzando con pequeños templos (como el Okunoin Maoden o el Sojogadani Fudodo), o algún torii… templos y toriis que le dan un toque ciertamente mágico a todo el recorrido… también hay algunos apartaderos para descansar, etc… Todo integrado y siendo parte de la naturaleza, sólo nosotros… Merece la pena realizar este recorrido por el Monte Kurama, no ir únicamente a Kurama como hace la mayoría de la gente… El Monte Kurama es una pequeña montaña situada al noroeste de Kioto, considerada la cuna del Reiki moderno y con su «propia» corriente budista, y un importantísimo lugar para el sintoísmo, «plagado» de dioses sintoístas… al igual que de diversos templos budistas y santuarios sintoístas… Igualmente, es un lugar ampliamente conocido por sus rutas senderistas y sus onsen al aire libre; un bello entorno natural envuelto en un halo de religión, filosofía, cultura… y por qué no; magia.

Una vez en la cima (570m sobre el nivel del mar), en menos de 15min y ya con tramos en llano y en descenso (y tras pasar por el Museo Reihoden con historia local y flora y fauna, y la Campana Shoro que ahuyenta a los malos espíritus al tocarla), llegamos al precioso edificio principal del Templo Kurama, fundado en el 770. El recinto es una pasada, ¡por fin estábamos aquí!, y tenemos unas vistas muy buenas de todo el Monte Kurama y del valle frente a nosotros… Había bastante gente en el recinto, y dentro del templo, un monje estaba recitando sutras. Mientras Luis y Morche daban una vuelta por los alrededores, yo, ya en el templo, me quité las zapatillas y me senté con los 6 ó 7 japoneses que había meditando unos 20min… Qué menos que eso, yo, que soy Maestro de Reiki, en este recinto sagrado, en este magnífico entorno de naturaleza, de paz, de religión, de filosofía, de pensamiento… en este lugar donde «renació» el Reiki de la mano del Maestro Mikao Usui. Sí, ciertamente era un objetivo para mí visitar este lugar cargado de energía y poder, al menos, meditar unos minutos entre sus paredes y su entorno… ¡feliz! :D.

Después de comprar un par de regalitos y recuerdos, continuamos el camino visitando el resto del Templo y complejo, y fuimos bajando recorriendo caminos con faroles de piedra, la Puerta Chumon, el Santuario Yuki (del 940, con un espectacular cedro en la entrada y donde se celebra el Festival del Fuego de Kurama), la Puerta Niomon (donde comienza, o termina según el orden de comienzo, la ruta senderista) hasta llegar al pueblo de Kurama en sí…

Una pasada de recorrido, en serio… nos había encantado…

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Como se nos había hecho más tarde debido al «incidente» de la mañana, decidimos comer y después ir al onsen. Entramos en una tienda-restaurante al lado de la Estación de Kurama (y es que aquí restaurantes como tal pocos, es decir: están dentro de las tiendas xD). Éramos los únicos aunque luego entraron un par de grupos de japos… comimos bien y barato, aderezando la comida son unas cervecitas, por supuesto, Kirin en este caso ;).

Según estábamos comiendo vimos como pasaba una furgoneta del Onsen de Kurama, que iba y venía de la estación al onsen, así que después de comer esperamos a que volviera y en un par de minutos estábamos en el mismo, si quieres ir andando son unos 10-15min ;). Un onsen, son los baños tradicionales japoneses; aguas termales, al aire libre (generalmente, pueden ser interiores y cerrados también), que utilizan el agua proveniente de la actividad volcánica, por lo que, aparte del «calorcito», suelen presentar propiedades beneficiosas para la piel y la salud en general. Suelen estar separados por sexos, es lo más habitual, aunque también los hay mixtos… E igualmente, lo normal es ir en bolas (también los hay donde puedes ir en bañador), así que si sois pudorosos lo tenéis más chungo jeje. Generalmente presentan también otra serie de «normas» comunes a nivel de comportamiento a actuación: tatuajes no, lavarse bien lavadito antes de entrar, etc…

En el caso del Onsen de Kurama, muy famoso en toda la zona por las características y propiedades beneficiosas de sus aguas, es posible alojarse en sus instalaciones, o simplemente utilizar sus onsen y baños termales, como era nuestro caso. ¿Qué mejor forma de terminar la visita al Monte Kurama, tras realizar la ruta senderista recorriendo la montaña y visitar sus templos, que terminar disfrutando aquí, dentro de su rotenburo al aire libre relajándonos mientras disfrutamos de la visión de la «montaña sagrada» ante nosotros? ;).

Llegamos al onsen, pagamos la entrada al rotenburo (es posible coger entra para el onsen exterior, o una combinada para el exterior e interior) y allí fuimos. Había bastantes japoneses, para variar éramos los únicos occidentales por allí en bolas jeje. Nos lavamos, nos metimos en el baño interior para acostumbrar el cuerpo a la temperatura y nos fuimos al exterior… Como siempre, una auténtica experiencia un rotenburo (aunque por las fotos parecía más grande la verdad). Frente a nosotros la «montaña sagrada» en plena naturaleza… en invierno con todo nevado, o mientras te caen los copos de nieve fríos encima mientras tú estás calentito dentro, debe ser una auténtica gozada y una experiencia poder bañarte ahí. La verdad es que lo disfrutamos enormemente…

Después de pasar calor hasta casi el punto del desmaye (eso sí, disfrutando enormemente el rotenburo), y sacarnos unas fotitos chulas, nos duchamos, nos vestimos, cogimos de nuevo la fregoneta y para la estación, donde nos sacamos otras fotitos con la reproducción gigante de un Tengu que se encuentra frente a la estación ( un Tengu es un «demonio» de la mitología japonesa, con características sintoístas y budistas que, entre otros «poderes», pueden convertirse en seres humanos o animales, «transmitir» conocimientos de artes marciales, etc… el Monte Kurama es una de sus «casas», ya que habitan los bosques y montañas, tiene la piel roja y la nariz muuy larga, y cara mosqueo importante, ). Y nada, de aquí a Kioto y de aquí de vuelta a Osaka; a Namba.

Día 3: Japón (Monte Kurama: Santuario Kibune, Templo Kurama y Onsen. Osaka: Nipponbashi con Den Den Town, Namba con Dotonbori y Puente Ebisu, Amerikamura, etc).
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Hace dos años apenas pudimos estar un ratito por esta zona, y además lloviendo… ahora era todo distinto: buen tiempo y más tiempo disponible para poder disfrutar la zona en condiciones ;). Según llegamos a Nipponbashi y Den Den Town («el Akihabara de Osaka», es decir: su zona electrónica y «friki») y vimos las primeras tiendas y la «avispa gigante»… una agradable sensación recorrió mi mente al recordar nuestra anterior visita… ¡aquí estábamos de nuevo! :).

Un área mucho más auténtica y «vintage» que Akihabara, y menos masificada… que ya ayuda mucho xD. Desde principios del s. XVII, el barrio fue evolucionando, y cambiando de nombre, hasta después de la II Guerra Mundial, momento en el que aquí comenzaron a abrirse tiendas de electrónica (antes, desde principios del s. XX, era lugar habitual para las librerías).

Estuvimos por la zona varias horitas, aunque compramos poco la verdad (luego nos arrepentimos en Akiba, aquí, como siempre, estaba todo más barato, más variedad y más 2ª mano… mucho más que hace dos años). Lo que sí compramos fue varias camisetas en el GeeStore. Mi hermano y yo recordábamos, más o menos, dónde estaba situada la tienda, ya que hace dos años compramos camisetas aquí (nos la encontramos por casualidad), y recordaba que estaba casi al lado de una tienda de dvd’s que hacía esquina donde me compré la Edición Especial Coleccionista de «Godzilla: Final Wars», y efectivamente, ahí seguía la tienda jeje, justo estaban cerrando… pero la chica nos dejó pasar (yo creo que porque tenía «miedo» a decirnos que no, ya que íbamos a saco los 3 viendo que cerraba xDDD). Intentamos ser rápidos no obstante, y nos llevamos varias camisetas frikis, como no podía ser de otra forma ;).

Y, por supuesto, también pasamos por la tienda de Super Potato de Den Den Town :). Por cierto, caminando por la zona nos cruzamos con otros tres españoles, y claro, detenerse a intercambiar unas palabras fue «obligatorio». Uno de ellos vivía en Osaka, y sus dos colegas parecía que estaban con él de vacaciones, como nosotros. Pero vaya flipadillo el «sabelotodo»; iba de sobrado, spreguntándonos que si habíamos pillado cacho ya, que si nos habíamos ido de putas, etc… en fin, un personaje muuu tonto, así que la conversación fue breve por nuestra parte, nos despedimos y continuamos nuestro camino.

Continuamos hacia la petadísima y ruidosa Dotonbori; una de las principales zonas turísticas de Osaka, especialmente en lo que se refiere a gastronomía y ocio nocturno. La historia del barrio se remonta a principios del s. XVII con un empresario local que amplió el barrio y el canal para aumentar el desarrollo comercial de la zona y de Osaka… y así fue durante siglos, especialmente gracias a la cantidad de teatros de Kabuki y Bunraku que aquí se establecieron… La II Guerra Mundial arrasó con todos los teatros y con todo el barrio, siendo recuperado posteriormente…

Pasamos por la calle del cangrejo móvil gigante jeje (y su hermano gemelo un poco más adelante), y de nuevo esa sensación de volver a estar en el mismo lugar… Una sensación melancólica pero enormemente alegre, le grite a mi hermano: «¡estamos aquí de nuevo!», mientras chocábamos las manos y mostrábamos una amplia sonrisa en la cara :D. Sólo que, como dije antes, no llovía jeje, y era sábado por la noche… la zona estaba hiperpetada de gente por todos lados como decía, incluso había varios autocares a la entrada de la calle y vimos como de uno que acababa de llegar y parar, ¡¡¡bajaban decenas de turistas japos en un grupo organizado!!!, increíble jaja.

Seguimos andando entre la marea de gente hasta el Puente Ebisu, viendo el famoso cartel de Glico y del resto de neones que nos rodeaban aquí, conformando una de las imágenes más conocidas, no solo de Osaka, sino de todo Japón. Aquí, por fin, vimos algunos occidentales jeje, y muuuchos turistas japoneses sacando fotos a todos lados (igual que nosotros vamos xD). Por cierto, para quien no lo sepa, el Canal de Dotonbori, bajo el Puente Ebisu, tiene una continuación 5000 veces superior a los límites aceptados por el cuerpo humano, es decir, que si te bañas ahí es igual que si te metieras en una alcantarilla putrefacta jeje.

En fin, a pesar de la cantidad de gente, mola mucho caminar por aquí ;).

Día 3: Japón (Monte Kurama: Santuario Kibune, Templo Kurama y Onsen. Osaka: Nipponbashi con Den Den Town, Namba con Dotonbori y Puente Ebisu, Amerikamura, etc).
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Ahora subimos por «Arcadas» si no recuerdo mal, toooda la avenida kilométrica peatonal y cubierta a rebosar de peña y tiendas, por el barrio de Amerika-Mura (zona habitual de expatriados, no mola nada…). Había bastante gente como ya dije, pero al ser ya tarde muchas tiendas estaban cerradas o cerrando, así que después de andar un bueeen rato cogimos el metro hasta Umeda.

Ya aquí buscamos un sitio baratito donde comernos un buen ramen con sus correspondientes gyozas, y todo regadito con unas buenas Asahi obviamente, y subimos al hotel a dejar las cosas. Hoy teníamos previsto salir de fiesta un ratillo al Sam & Dave (un garito de música electrónica), pero la verdad es que había sido un día completo y cansado y, sinceramente, preferíamos madrugar y «ver cosas» que salir de fiesta toda esa noche y estar destrozados al día siguiente, así que finalmente decidimos quedarnos por «nuestra calle» y acabamos en un garito al azar llamado «Revolution» muy cerquita de nuestro hotel (lleno de gentuza, payasos, personajes y «locas» borrachas… no conocíamos la temática del garito obviamente, fue un error entrar y, obviamente, no salir a continuación en lugar de quedarnos), donde estuvimos a punto de salir a hostias con unos gayers japos híper borrachos que intentaron tocarnos los cojones (sí, también literalmente) y hubo momentos de mucha tensión… ahora te acuerdas y te «ríes», recordándolo como una anécdota sin más… en ese momento nos faltó el canto de un duro para soltar la mano con esta escoria. En fin, nada que enturbiara nuestro viaje y nuestro día, una anécdota más, muy desagradable, pero una anécdota más al fin y al cabo que, aunque nos dejó muy mal rollo y con un mosqueo importante encima, sólo se quedó en eso…

Vuelta al hotel, un rato Internet, la tv y a dormir… Había sido un gran día en el Monte Kurama y en Osaka :D.

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David Vecino de la Guía

David Vecino de la Guía | Acuario y madrileño, ávido de información, conocimiento y nuevas experiencias. Maestrillo de todo, maestro de nada y profesional de mucho: turismo, protocolo, eventos, marketing, publicidad, informática, formación, terapias alternativas, etc... Cinéfilo, devorador de libros, electrónico musical, futbolero de pro y cervecero gastronómico. Viajero empedernido como mayor pasión y fin, a ratos turista. Ética, moral, valores, coherencia, y demócrata liberal conservador convencido.

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