Visitar, qué ver y qué hacer, en Alemania (Dresde, Berlín).
Día 4 – 12.08.13: Alemania (Dresde: Frauenkirche, Desfile de los Príncipes, Ronda Zwinger, etc. Berlín: llegada y hostel). Visitar, qué ver y qué hacer.
CRÓNICA: Día 4 – 12.08.13: Alemania (Dresde, Berlín). Se terminó Praga, toca otro destino histórico, otro destino muy esperado: un Berlín que nos recibe oscuro, lluvioso y en obras, pero con esa sensación de que algo muy grande espera en esta gran ciudad… Eso sí, antes tocará visitar Dresde, una bella ciudad resurgida de sus cenizas a orillas del Elba, y con un buen puñado de intereses históricos, culturales y arquitectónicos, tales como la Frauenkirche, el Desfile de los Príncipes, la Iglesia de la Corte, la Ópera de Semper o la Ronda Zwinger. ¡Un gran cuarto día de la escapada!
La Estación de Autobuses está cerca de Florenc, pero no justo al lado… De hecho, aunque seguí las señales, a la salida de Florenc no sabía por dónde tirar… ya que no veía la Estación de Autobuses por ningún lado… Esto me hizo perder un poquillo de tiempo, pero decidí seguir a un par de personas con mochila que tenían pinta de ir para allá y conocer el camino… Y por suerte no me equivoqué xD.
Sin embargo, una vez en la Estación, no encontraba la parada de mi autocar. Sabía que podía ser cualquier autocar (no tenía por qué ser con el logo de Orangeways), pero tras recorrer todas las dársenas no veía ninguno que lo pusiera o viniera indicada la ruta… Inclusive entré en la Estación en sí a ver si había algún panel luminoso actualizado con la info… lo había, pero tampoco veía la info de mi bus, juer… y estaba a punto de ser la hora :O.
En fin, no podía hacer otra cosa, salir fuera y esperar… Por suerte, apareció otro bus aparcando en una de las dársenas y varias personas se fueron hacia allá… Nada de Orangeways por ningún lado. Me acerqué y vi en la ventanilla un papelito donde sí ponía Orangeways, la ruta y el horario, ¡bien!, era el autocar jeje. Esperamos unos minutos, para arriba y arrancamos…
Se terminó Praga y República Checa :(.
Iba a echar de menos esta ciudad que se había hecho tanto de rogar. Sé que me quedaron cosas por ver y hacer, y sé que tengo que volver… Pero los objetivos habían sido cumplidos y se había visto y hecho lo previsto. Como ya he dicho en días anteriores: Praga tiene magia, una magia sutil que te atrapa a cada paso y que la vas descubriendo poco a poco en sus calles, en sus edificios, en sus torres, en sus miradores, en la hora mágica de sus atardeceres, en sus noches iluminadas, en el ambiente bohemio que te envuelve, de existencialismo, de metamorfosis… Un destino obligatorio a conocer, y otra X marcada en el camino, otra X marcada en un mapa, otra X marcada en mi persona. Praga, te echaré de menos.
Pero ahora tocaba continuar y, tras algunas cabezadas y alguna pequeña charla con una familia de españoles que iban en el autocar, llegamos a Dresde sin mayor novedad y a la hora prevista :).
Dresde es la capital del Estado de Sajonia, muy cerquita de la frontera con República Checa y actualmente con una población de unos 525.000 habitantes. La ciudad y la región es un importante nudo comercial y de transportes debido a su situación estratégica en el «centro de Europa»; en el Valle del Elba.
Nos vamos directamente a las Guerras Mundiales… Mientras en la I Guerra Mundial la ciudad no se vio afectada… en la II Guerra Mundial fue objeto de duros y severos castigos en forma de bombardeos; concretamente en el llamado Bombardeo de Dresde, uno de los episodios más oscuros, tristes y lamentables de la Segunda Guerra Mundial. Entre el 13 y el 15 de Febrero de 1945, más de 4.000 toneladas de bombas lanzadas por los aliados, cayeron en Dresde, matando entre 22.000 y 35.000 personas y dejando la ciudad completamente arrasada.
Obviamente todo es más complejo y tiene su miga… pero el hecho de que Dresde fuera un nudo de comunicaciones importante, una de las principales zonas industriales de la Alemania Nazi, y una importante plaza militar del Reich… originó el ataque aliado.
Pero Dresde resurgió de sus cenizas y, aunque hoy en día es una ciudad reconstruida casi en su totalidad desde 0, es una bella ciudad barroca con un amplio legado cultural.
Dresde me pillaba de camino a Berlín. Por una parte, como ya indiqué en días anteriores, me hubiera gustado dedicar este día; medio día a Praga y medio día a Dresde, pero me salía mucho más barato pillar el primer bus de la mañana… Por otra parte, estaba la opción de, o bien dedicar medio día a Praga y medio día a Berlín, o dedicar día completo a Berlín (que hubiera sido lo lógico). Pero al final… opté por hacer parada en mitad del camino y visitar una ciudad de la que me habían hablado muy bien y tenía buenas referencias. Vamos a ver si es cierto…
Bajamos del bus, cuya parada está en un lateral de la Hauptbahnhof o Estación Central de Tren de Dresde (construida en 1898 y reinaugurada en el 2006 tras una profunda rehabilitación) y me dirigí al interior de la misma. Primero a echar una meadita jeje, a continuación me senté a comer algo de fiambre que me quedaba como desayuno, luego a dejar la mochila en las taquillas y, finalmente, al pequeño puesto de Información Turística que estaba situado en el interior de la Estación. No tenían mapas y todo era de pago, así que pregunté un par de cosillas y me dispuse a comenzar la ruta, 11:15, buena hora… día nubladillo pero con solecito en lo alto y buena temperatura :).
Según atravesamos la estación, llegamos a la Wiener Platz y bajamos por Prager Strabe. ¡Toda esta zona está muy bien!; es muy nueva, todo peatonal, espacios abiertos, edificios residenciales, tiendas, algún centro comercial… y mucha gente en la calle, ¡mola!
Bien, tenía un mapa de la ciudad en .jpg en el smartphone, pero quería ir a la (otra) Oficina de Turismo para pillar un mapa más grande y así dejar el móvil «tranquilo» para las fotillos… Fui siguiendo las indicaciones por Seestrabe, Wilsdruffer Strabe a la derecha y luego callejeando a la izquierda. La Oficina de Turismo está dentro de un pequeño centro comercial, está todo bien indicado, pero hasta que llegas, bajas a la planta inferior, etc… Bueno, la Oficina estaba hasta las topes… ¡y todo era de pago!, pregunté por un mapa de la ciudad y de gratis nada, tocaba comprar por 3.50€ una pequeña Guía de Dresde en español, además, la atención dejaba bastante que desear… En fin, es lo que hay, la pillé, una postalita, pagué y a (re)comenzar la ruta…
Bien, estaba en el centro de Dresde, en la Neumarkt, rodeado de preciosos edificios históricos barrocos y renacentistas, y frente a mí la espectacular Frauenkirche o Iglesia de Nuestra Señora; el principal y más importante punto de interés de Dresde, símbolo y emblema de la ciudad.
Construida en 1743 sobre los restos de una pequeña capilla del s. XI, la iglesia luterana barroca fue destruida casi en su totalidad en la II Guerra Mundial por los bombardeos indicados anteriormente. Y así quedó… hasta 1994 tras la caída del Muro de Berlín y la unificación de Alemania, cuando se comenzó su reconstrucción gracias a donativos y patrocinadores y, utilizando gran parte de cascotes de la guerra, se finalizó su reconstrucción en el 2005, erigiéndose orgullosa y bella como antaño.
Es una obra monumental, sin duda… estuve varios minutillos admirando su belleza y sacando fotos desde varios ángulos… también sacando fotos a un grupo de ciclistas, que me pillaron por banda y me dejaron todas sus cámaras para que les sacara fotos delante de la Frauenkirche xD.
Bueno, vamos a visitarla… Un poco de cola para entrar, pero luego todo fue rapidito. Primero visitas la Iglesia como tal y la interesante cripta, luego pillas un ascensor hasta la cúpula, y aquí las últimas plantas toca ir bordeando, subiendo, hasta llegar a la parte superior y el mirador de a cúpula, mientras disfrutas de las pinturas barrocas de la misma… La altura total son 91m, es posible subir hasta los 67m de altura, donde se encuentra el mirador y la plataforma de observación. Una vez arriba, disfrutas de unas increíbles vistas de toda la ciudad :O. Se ve que me había quedado con ganas de subir escaleras y tener vistas aéreas xDDD. Desde lo alto podemos ver cómo todavía hay algunas zonas con solares y construcciones muy recientes, al igual que todos los edificios barrocos y renacentistas que nos rodean han sido reconstruidos, pero eso no quita que la visión de sus tejados anaranjados sea espectacular ;).
Un ratillo disfrutando de las vistas y sacando fotos y volvemos para abajo a continuar la ruta…
La verdad es que la Neumarkt mola, toda adoquinada, con espacios abiertos, algunas terracitas, curiosos carruajes de dos plantas para turistas tirados por caballos… mola, había también mucho ambientillo por aquí :).
Primero eché un vistazo al edificio de la Akademie y luego me fui, al otro lado de la plaza, al Johanneum o Museo del Tráfico con su interesante fachada. Éste fue en su momento parte de las caballerizas, las cuales están a sus espaldas y fueron el siguiente lugar al que me dirigí.
El Patio de las Caballerizas es un bello lugar rodeado de edificios históricos que cuenta con 22 columnas toscanas y que fue utilizado como escenario de torneos ecuestres, actualmente es el lugar donde se ubican mercadillos y eventos culturales.
Pero lo «mejor» lo encontramos «al otro lado» del complejo, al otro lado de las columnas, dando a Augustus Strabe, aquí tenemos el Desfile de los Príncipes. Es un mural, el mosaico de porcelana más grande del mundo, con 25.000 azulejos de porcelana y 957 metros cuadrados… muestra un desfile ecuestre de soberanos y señores sajones. En 1589 se realizó el primer dibujo en la pared, y en 1876 se terminó el dibujo de la escena del desfile, sin embargo, la pintura desapareció ya que la técnica no era resistente a la corrosión, por lo que en 1907 se cubrió la pared con porcelana. Por suerte, casi todo el mosaico sobrevivió a la II Guerra Mundial, y en 1980 se restauró completamente la imagen…
Es, sin duda, una de las atracciones más visitadas y fotografiadas de la ciudad y es igualmente sin duda, lo que más me gustó podríamos decir de mi visita a la ciudad de Dresde, un lugar obligatorio a admirar :D.
Continué unos metros hasta Schloss Platz, una bonita plaza rodeada de interesantes edificios y lugares a visitar… Luego iba a volver por aquí, pero ya visité el principal reclamo en el lugar: la Iglesia Católica de la Corte, o la Catedral de Dresde vamos. Construida en 1738 y restaurada en gran parte tras la II Guerra Mundial en la década de los ’80, ha sido siempre el principal centro de culto religioso católico en la ciudad. Tres naves, cuatro capillas preciosas y una espectacular torre de casi 84m de altura no dejan indiferente a nadie, ¡una visita muy interesante! :).
Caminé por la calle peatonal adoquinada de Schlossstr, a espaldas del Patio de las Caballerizas.
A mi derecha el Palacio Residencial de Dresde, levantado en el s. XV en el antiguo lugar de una torre medieval. Fue destruido en la II Guerra Mundial, se reconstruyó respetando la arquitectura renacentista original. Al lado de éste, se encuentra el Taschenbergpalais.
Tras pasar por el Kulturpalast; el Palacio de la Cultura construido en 1969, dejándolo a mi izquierda y cruzar Wilsdruffer, llegué a Altmarkt, la plaza más antigua de Dresde. Fue reconstruida tras la II Guerra Mundial, no es nada del otro mundo la verdad, una plaza más con algunos árboles y terracitas… pero ciertamente, los edificios neobarrocos que la rodean, dan a la plaza un toque «monumental».
Ahora fui callejeando hasta la Iglesia Kreuzkirche, construida en el s. XII en estilo barroco y reconstruida en varias ocasiones debido a fuegos y a la II Guerra Mundial, fue «reabierta» al público en 1995.
Tras la Kreuzkirche se encuentra el Rathaus, el Nuevo Ayuntamiento, construido en 1910 y llamativo desde la lejanía por su torre de 98m de altura coronada por una figura de Hércules. La pena es que apenas se podía ver el exterior del mismo, ya que estaba todo en obras y vallado :(.
Continué atravesando la Rathaus Platz y bajando por la amplia avenida de St. Petersburger Strabe hasta llegar a Rathenau Platz. A la izquierda se encuentra la Sinagoga de Dresde; un feo edificio «cubista» reconstruido en 1996 sobre el edificio original destruido en 1938, nada interesante y no se puede visitar… Muy cerquita el Albertinum y, a sus espaldas, un jardín que enlaza con la Terraza de Bruhl. La Terraza es una de las más importantes atracciones turísticas de Dresde y un importante conjunto arquitectónico a orillas del Elba con unas buenas vistas de este importante río centroeuropeo y sus barcos de recreo amarrados «al otro lado» del ismo, lugar al que iría por la tarde…
En el s. XVIII éste era el lugar en el que se encontraban los jardines privados del rico ministro Bruhl, transformados después en una antigua fortificación ya en el s. XIV. La Terraza y su entorno fueron totalmente destruidos en la II Guerra Mundial, aunque reconstruido posteriormente en su aspecto original.
Como era previsible, había bastante gente en esta zona disfrutando de las vistas, de los puestecitos de artesanos y pintores, y del magnífico entorno situado en la Terraza. Aquí podemos ver el Edificio de la Academia de las Artes Gráficas, el Sekundogenitur o la antigua biblioteca, el Standehaus o Casa de Juntas de Sajonia, el Jungfernbastei o bastión de la antigua fortificación de Dresde que aquí se encontraba, el Moritzmonument o columna dórica del s. XVI, y varios monumentos y fuentes interesantes y llamativas… ¡Un agradable paseo por esta zona de Dresde que no te puedes perder y dónde me lo tome con calma sacando fotillos!, pero el camino debía continuar…
De nuevo llegué a la Schloss Platz… A unos pasos estaba la Ópera de Semper y la Plaza del Teatro. El edificio de la Ópera de Semper es, sin duda, uno de los más bellos edificios de Dresde y está considerado una de las obras maestras mundiales en lo que respecta a arquitectura orientada al teatro, de ahí los grupos de turistas y viajeros admirando y sacando fotos, y yo no podía ser menos claro xD.
El edificio se construyó en 1841, pero en 1869 fue devorado por las llamas. Su reconstrucción termino en 1878 en estilo neobarroco y renacentista, y fue destruido (sí, de nuevo) en los bombardeos de la II Guerra Mundial… Hasta 1985 no fue posible su reconstrucción, respetando fielmente la construcción anterior. Aún así, en el 2002 sufrió graves daños debido al desbordamiento e inundaciones del Elba.
A unos pasos de la Ópera de Semper, llegamos a otro de los grandes atractivos de Dresde y donde más turistas y viajeros había de toda la ciudad: la Ronda Zwinger. Consiste en un espectacular complejo palaciego «al aire libre» construido en estilo barroco a principios del s. XVIII. De nuevo, fue destruido casi en su totalidad en la II Guerra Mundial, y terminado de reconstruir en 1963.
Actualmente, en los distintos pabellones y galerías se alojan diferentes muestras de escultura, pintura, porcelanas, etc… Podemos disfrutar de bellos jardines, bellas fuentes y bellas vistas donde no pararemos de sacar fotos, especialmente recomendable subir a la parte superior, donde podemos recorrer también todo el complejo y sacar mejores postales si cabe. Eché un buen ratazo aquí, un lugar que no os podéis perder en vuestra visita a Dresde ;).
Casi las 14:30, el día ahora estaba nubladillo pero con un bochornazo importante… esto era nuevo para mí tras los días pasados por agua y de fresquillo en Praga xD. De aquí en adelante, tocaba recorrer las zonas menos turísticas de Dresde, donde apenas me crucé con turistas y viajeros… ¡mola! Continuamos…
Me fui caminando por Ostra Allee atravesando una zona residencial y pasando por un curioso edificio de hormigón y cristal con varios restaurantes en sus bajos y una escultura de un «extraterrestre» en lo alto del mismo saludándonos, curioso cuanto menos xD.
A unos metros llegué a la amplia avenida Marienbrucke Strabe, la cual va paralela a las vías del tren y cruza el Elba y, al otro lado (ya lo llevaba viendo desde hace un ratillo), el curioso Yenidze; un trozo de Oriente Medio en Dresde.
El espectacular edificio fue construido en 1907 como si fuera una mezquita, realmente era una fábrica de cigarrillos. Actualmente alberga un restaurante bajo la bóveda (a la cual no subí) y diversas salas para eventos y demás. La verdad es que el edificio es súper llamativo, pero poca gente se suele acercar hasta aquí… ¡de hecho en toda esta zona estaba yo sólo!, me daba un poco de «mal rollo» porque además no hay nada alrededor y todo un poco descuidado, así que continué…
Atravesé el puente que cruza el Elba y desde el cual tenemos buenas vistas de la zona histórica de la ciudad (también en la ribera del Río se puede dar un agradable paseo o ir en bici como así vi a bastantes personas), y giré a la derecha hasta Palais Platz, ya en pleno «casco nuevo». La Plaza se encuentra frente al Palacio Japonés… que no tiene nada que ver con Japón ni es de estilo japonés xD, se le dio el nombre porque en su momento iba a alojar porcelanas japonesas… pero alojó libros y hoy es el Museo Nacional de Prehistoria xD.
Aquí en la Plaza decidí que era momento de descansar y comer algo, que ya era hora y ya tocaba. Me senté en un banco y descansé un rato mientras me comía el último embutido, última comida, que me quedaba de lo que me había traído de casa… Ufff, ¡qué poco estaba comiendo y qué hambre estaba pasando en esta escapada, pero es lo que hay!
Tras un pequeño descanso reparador (mis pies ya lo necesitaban) y llenar mínimamente el estómago, mis pies se pusieron de nuevo a currar y fui subiendo por Konigstrabe; una preciosa calle adoquinada de casas barrocas perfectamente conservadas (muchas restauradas). En 1865 toda la zona fue pasto de las llamas, posteriormente fue levantada de nuevo y reconstruida parcialmente tras la II Guerra Mundial, todas las casas y edificios lucen perfectos e inmaculados… Una zona muy agradable y muy tranquila, sin turistas, y donde podemos disfrutar de restaurantes de calidad a la vez que pequeñas tiendas y comercios de barrio :). Aquí también se encuentra la Iglesia Dreikonigskirche (vaya nombrecito xD), construida en 1739 y con una torre llamativa.
Llegué a la Albert Platz y giré a la derecha para bajar por la peatonal Calle Hauptstrabe, calificada como la «calle más bella y alegre de Dresde». Y posiblemente tal afirmación no está equivocada, al menos en parte. Pasear por la avenida peatonal, bajo sus árboles, viendo los escaparates de las tiendas y los centros comerciales, ver a los abuelillos sentados en los bancos, tomarse algo en alguna de las múltiples terrazas que nos encontramos… nos hace ver ciertamente que estamos, quizás no en la calle más bella de Dresde (dejo tal afirmación para el casco antiguo), pero sí la más alegre :).
Aquí también se encuentra el Neustadter o Mercado del casco nuevo; un interesante edificio de 1899 con multitud de puestecitos de todo tipo y que me hacía recordar a algunos mercados clásicos, y no tan clásicos, de Madrid :). Aquí había varios puestos de comida, pero al final opté por entrar en un pequeño food court a pie de calle en Hauptstrabe… ciertamente tenía bastante hambre, tenía que comer algo… La verdad es que todos los puestos tenían muy buena pinta, y de hecho había uno de comida asiática queeeeee me tentó mucho, pero era carillo, así que al final opté por ir a un puesto de comida rápida alemana (salchichas varias y demás jeje), y cogerme un perrito «con todo» (eso sí, el más baratillo) y una cervecita merecida ;). Ufff, qué rico estaba :D.
Tras comérmelo, me pillé una ración de sandía en el puesto de frutas que había y me la comí en el exterior del food court en las mesas de la calle, mientras miraba la guía, las fotos sacadas hasta ahora, y la gente pasar :).
Las 16 pasadas… Mi día en Dresde estaba terminando… Apuré los últimos trozos de sandía y me dispuse a continuar el camino ya de retorno, aunque todavía quedaban un par de cosillas por visitar ;).
Al final de la calle, se encuentra el edificio Blockhaus y el Goldener Reiter o Jinete Dorado. El edificio, anteriormente de madera, ahora es un bonito edificio barroco, y la estatua ecuestre dorada es Augusto El Fuerte, erigida en 1736. Foto y a cruzar el Elba hacia el casco viejo por el Puente Carolabrucke.
Una vez aquí, callejeando hasta llegar de nuevo a la Estación Central de Dresde, recoger la mochila que había dejado en las taquillas, y a esperar el bus que me iba a llevar a Berlín…
¡Pedazo de autocar!, el mejor autocar en el que he viajado en mi vida que yo recuerde, sin duda, cómo se lo montan estos alemanes jeje. Dos plantas, todo limpísimo (incluido el baño), conductor amable y sonriente (no tan habitual en estas latitudes), amplio espacio en los asientos… ¡solo faltaban los enchufes! (alguno habría, seguro). Además le fue pisando por la autobahn jeje. Pues nada, a intentar echar una cabezada en el trayecto a Berlín… Dresde ya quedaba atrás, una bonita ciudad levantada de sus cenizas y que ofrece una más que interesante visita o escapada de un día, ¡un buen extra! :D.
Salí de Dresde de día y con calor… y llegué a Berlín de noche, lloviendo y con frío, sus muertos… Bien, el objetivo una vez llegados a la estación de bus Zob Am Funktum de Berlín era claro: ir a la estación de metro más cercana, comprar la Berlin Card, utilizarla desde ya para el transporte, ir al hostel y hacer el checkin, y subir a la Torre de Televisión de Berlín. Vamos a ver…
Bueno, me bajo del bus… frío y lluvia como decía, me sitúo y me dirijo a la estación de metro de U Kaiserdamm… Bien, toda la estación en obras, un caos, localizo las máquinas de tickets… La Berlín Card se puede comprar desde las propias máquinas, pero tras intentarlo una y mil veces con la tarjeta de débito, no consigo comprarla de ninguna forma. Estaba pagando con tarjeta ya que tenía un billete de 50€ y la máquina me indicaba que tenía que ser importe justo, o tarjeta. Pues nada, no había forma… y no entendía por qué, aunque la tenía puesta en inglés, me devolvía algunos mensajes en alemán… Pues yo ahí con el traductor del móvil intentando saber qué cojones pasaba, pero nada… el mensaje era algo así como: «no se puede». Poz na…
Tras un buen rato intentándolo, decido salir fuera de la estación y cambiar donde sea el billete de 50€. Vale, un Dunkin Donuts… Estaban cerrando, entro y le digo a la chica si puedo comprar algo, me dice que sí, vale… pillo un par de donuts, voy a pagar con el billete de 50€, ¡y me dice que no tiene cambio!, yo flipo… En fin, no tenía yo tampoco nada más (vamos, sí tenía unas monedas, pero necesitaba cambiar), así que tuve que dejar los donuts, nos pedimos perdón mutuamente y volví a la estación contrariado… Compré un billete simple de la máquina para el metro y me fui. Joder, el tiempo que había perdido aquí…
El trayecto en metro se me hizo bastante largo… El metro de Berlín tiene una amplia red, muy funcional y con buena frecuencia… pero es viejo y sucio, de nuevo otro metro MUY LEJOS del Metro de Madrid (como siempre digo y todos sabemos: uno de los mejores metros del mundo, y quien diga lo contrario no ha salido de su barrio). Además iba petadísimo de peña y algunos españoles pegando gritos para variar :S.
En fin, llegué a Alexander Platz… La estación es bastante tocha y, aunque llevaba las indicaciones del hostel, no tenía muy claro qué salida tomar, ya que había las mismas indicaciones en varias salidas… Dirigiéndome a una de ellas, pasé por una Oficina de Turismo… putada, justo acababan de cerrar hace 5min, así que tampoco iba a poder comprar la Berlín Card ahora y, por lo tanto, no iba a poder subir a la Torre de Televisión :(.
Salí a Alexander Platz, y ahí estaba la Torre de Televisión iluminada frente a mí, ¡espectacular!, una imagen tantas veces vista… ¡y aquí estaba! :). A pesar del frío y la lluvia, la Plaza tenía un ambiente genial, ya que había mogollón de puestecitos de comida y bebida por todos lados, aunque muchos ya estaban cerrados o cerrando… es normal, ya eran casi las 22 y estas latitudes es ya muuuy tarde xDDD.
Sin embargo, yo lo único que quería hacer es llegar al hostel… pero no tenía ni puta idea de dónde estaba, vamos, que no me conseguía situar y no sabía en qué dirección debía ir. No tuve más cojones que poner el gps en el móvil y guiarme por el… Por suerte, en 5min pude llegar al hostel, al Citystay Mitte, del cual tenéis AQUÍ una amplia reseña ;).
Tras hacer el checkin y situarme en la habitación, estaba vacía, llegó otro inquilino… Un chico alemán que estaba de viaje en Berlín para visitar a una amiga, el chico hablaba un obviamente mejor inglés que el mío, era muy aficionado al fútbol y había viajado bastante, también por España (aunque tenía pendiente Madrid), e inclusive había realizado el Camino de Santiago. Por lo tanto, hubo buen rollo y, una vez presentados, continuamos la conversación… A mí me venía de puta madre, ya que así además practicaba un poquito de inglés, y hablamos de mil cosas durante un buen ratazo, de hecho, como teníamos que cenar ambos, decidimos irnos por la zona a picar algo baratillo y tomar una cerveza.
Justo antes de irnos, llegó otro inquilino de la habitación… Vaya personaje xD. Un jovencito inglés que vivía en Londres, de ascendencia india, súper pijito y súper fashion con sus zapatitos de charol y sus pantalones pesqueros (no entiendo que hacía en un hostel), el cual decía que había venido a Berlín solo a salir de fiesta y emborracharse con unas amigas, pues eso, que me parece perfecto eh xD.
En fin, eran casi las 00… Practicamente todo a nuestro alrededor estaba cerrado, incluido un Mc Donalds cercano… así que acabamos en un pequeño local cercano (lo único que encontramos abierto en los alrededores) de comida rápida (salchichas, hamburguesas, pizzas, etc). Unas salchichas con curry (currywurst, me encantan), unas cervecitas, unas charlas… y de vuelta para el hostel.
Ufff, estaba cansado y tenía previsto estar sobando ya desde hace un buen rato… pero así son las cosas jeje. Nos intercambiamos los mails, a la cama, tapones a los oídos y a sobar. Había sido un día largo y mañana me esperaba un día al sprint sin parar. Me había despedido de Praga, había tenido un interesante flirteo con Dresde y mañana me tocaba conocer a Berlín ;).