Visitar, qué ver y qué hacer, en Islandia.
Cascadas del Sur de Islandia – Vol.2: Gluggafoss, Seljalandsfoss, Gljufrafoss, Skógafoss, Kvernufoss.
Cascada Gluggafoss en Islandia.
El tercer día de ruta por el increíble y espectacular País de Hielo y Fuego continuaba por la Ring Road (con relativo buen tiempo y sin lluvia), siendo Glugafoss (también llamada Merkjárfoss) la primera cascada del día a visitar, y a poco más de 17km de Hvolsvöllur (lugar donde habíamos dormido la noche anterior en el inundado y chunguillo Camping de Hvolsvöllur).
Una cascada que, ciertamente, no es de las más famosas ni visitadas del Sur de Islandia, ni «tampoco» es una de las más espectaculares, o eso dicen… En absoluto compartimos tales afirmaciones; a nosotros nos encantó (y cuál no en Islandia), siendo sin duda recomendada a visitar como parte de tu ruta por el el país y sus cascadas (es totalmente factible incluirla en tu ruta).
Tras llegar al parking habilitado, apenas unos metros nos separaban de la base de la cascada que teníamos frente a nosotros… Al ser tan accesible en todos los sentidos (y a pesar de no ser una de las más visitadas de la zona como indicaba, y era prontito), ya había unos cuantos vehículos por aquí y gentecilla visitando Gluggafoss, a la cual igualmente nos dirigimos ansiosos por visitarla…
La cascada es una de las más importantes y reseñables que nos deja el río Merkjá en todo su recorrido, a la cual llegamos bordeando el mismo dejándolo a nuestra derecha y, frente a nosotros, tenemos la cascada Gluggafoss en una visión realmente preciosa. Bueno, realmente la doble cascada, ya que contamos con un total de 52m de caída, con una principal de 44m, y una segundaria de 8,5m en tres canales o vías.
La visión es realmente chula (más todavía según te vas acercando), ya que visualizas al fondo la caída principal, y en primer plano, bajo ella, la caída segundaria y sus tres chorros sobre una base de basalto, en una zona geológica caracterizada por los túneles y agujeros o «gluggar», formados y provocados por el río en el terreno de palagonita.
Y es que la cascada ha cambiado mucho con el tiempo debido a las circunstancias geológicas. Tales agujeros (uno encima de otro) permitían ver el flujo de la cascada (ya que la mitad superior era parcialmente visible y el agua fluía por un túnel vertical), saliendo el agua por una de los agujeros y formando un arco. Hasta 1947, momento en el que el volcán Hekla a unos 30km entró en erupción, llenando el río y los distintos túneles de ceniza y limitando en gran medida la visibilidad (no obstante, hoy en día la erosión ha eliminado gran parte de los «bloqueos» existentes y la catarata es perfectamente visible).
Llegamos a la cascada, pintoresca donde las haya, y nos acercamos a su base y a la segunda caída con sus tres chorros… De hecho, es posible pasar parcialmente por detrás de la cascada (algo que hicimos, evidentemente, es fácil por el camino existente pasando bajo la roca, pero cuidadito con los resbalones, el terreno es resbaladizo), y así sentir su fuerza al tener la cascada junto frente a nosotros, siendo casi posible tocarla con los dedos… A continuación, vuelta atrás y subimos hasta la base de la primera y más alta cascada (apenas tardas 1min, cuidado de nuevo con el terreno), y disfrutamos de un entorno idílico y silencioso (más allá del retumbar del agua), con la cascada y caída de 44m rompiendo frente a nosotros… ¡Espectacular!
Por cierto, hay distintos caminos y senderos que nos permiten subir la colina y ver distintas grutas y Gluggafoss desde su parte superior, y más cascadas y saltos de agua si continuamos el curso del río, ya introduciéndonos en una de las más importantes zonas de leyendas y folclore de Islandia.
Cascada Seljalandsfoss en Islandia.
Y llegamos a una de las cascadas top de Islandia y obligatoria a visitar en todo viaje por el País de Hielo y Fuego (como si alguna no lo fuera xD). Una auténtica pasada y una auténtica maravilla natural imperdible en nuestra ruta y que obviamente, nos dejó, os dejará; anonadados. Nos encontramos ante una de las más icónicas y emblemáticas cascadas e imágenes del país (aparecida incluso en vídeos musicales, películas, series y programas de tv): Seljalandsfoss ;).
Pegadita a la Ring Road y a unos 20km de Hvolsvöllur, llegamos al amplio parking habilitado para visitar la cascada (es de pago, cuenta con ello, hay máquinas habilitadas para pagar con tarjeta), el cual, como no podía ser de otra forma, se encontraba hasta los topes, lo que auguraba (como así fue), una visita masificada en un lugar petadillo de peña, que le quitaría bastante «magia» a la misma… En fin, es lo que hay, nosotros éramos igualmente parte de la visita, y la disfrutamos enormemente ;).
El tiempo acompañaba también en nuestro recorrido por la segunda cascada del día, con bastante fresquete y viento, pero sin lluvia (¡menos mal!), e incluso con bastantes momentos de un agradecido sol entre las nubes :D. Ya desde el parking podemos ver frente a nosotros tal maravilla, a la cual nos separan unos 300m andando por los senderos habilitados…
Bien, el río Seljalands se origina en el volcán y glaciar Eyjafjallajökull (sí, aquel que petó en 2010 «bloqueando» el espacio aéreo europeo y que lleva activo nada menos que 8.000 años :O), cuyo deshielo nos lega tal cantidad de agua en un río que fluye hacia el sur atravesando las montañas Eyjafjöll y los páramos de Seljalandsheiði, llegando finalmente hasta el brutal acantilado que tenemos frente a nosotros, donde cae desde una altura de 65m (y creedme, parece mucho más altura ciertamente).
Tras la última Edad de Hielo cuando subió el nivel del mar, parte del lugar donde nos encontramos y en Landeyjar, al sur de Seljalandsfoss, estuvo sumergido bajo el mar, zona hoy boscosa con diversas cuevas que eran utilizadas como lugar de reunión por los «parlamentarios» del consejo de West Eyfellinga. El río, finalizando en aquellos tiempos justo aquí en el hoy Océano Atlántico, actualmente continua hasta las tierras bajas a varios kilómetros de distancia…
Nos vamos acercando a la cascada, escuchando su estruendo frente a nosotros, rodeados de turistas por todos lados… Dejamos el río a nuestra izquierda, el cual transcurre lentamente de forma silenciosa superado por un par de puentes, y proveniente del pequeño laguito que deja la cascada en su caída. Como curiosidad, decir que el río Seljalands atraviesa Tröllkonugil, donde cuenta una leyenda del folclore islandés que una mujer trol intentó cruzar una vez la garganta del río, pero escuchó las campanas de una iglesia cercana y se echó para atrás… (¿?).
Nos acercamos a la cascada por nuestra derecha, siguiendo el sendero, parando continuamente para admirar la caída y sacar instantáneas desde distintos puntos y miradores… Una auténtica maravilla natural en un paisaje y entorno espectacular (ah, y con suerte, no fue nuestro caso, podrás ver algún arcoirís). No es la más alta, no es la más caudalosa… pero sin duda la cascada Seljalandsfoss tiene algo especial, y ello es (y no lo único), el hecho de poder recorrer la misma por su parte trasera :O.
Sí, el acantilado se curva «hacia sí mismo», hacia su interior, por lo que el sendero que vamos recorriendo por la derecha nos permite bordear la cascada por su parte posterior, sintiendo si cabe de forma más brutal la caída del agua. Obviamente, y siempre que las condiciones lo permitan, es algo que debes realizar y que, lógicamente, nosotros hicimos… Eso sí, vete controlando el entorno debido a la cantidad de gente, y especialmente cuidado con los resbalones, ya que el terreno que vamos pisando es chunguillo… Huelga decir la necesidad de llevar calzado correcto y ropa adecuada para el agua (aquí te mojarás sobremanera debido al agua en suspensión de la cascada… te vas a empapar, tenlo claro xD).
Muy chulo, una pasada. Estuvimos en la parte trasera de Seljalandsfoss un ratito disfrutando de la cascada y sacando fotitos… Continuamos el camino bordeando la cascada por su parte trasera hasta llegar al lateral izquierdo. Aquí, podríamos tomar un sendero y escalera que nos permite llegar a un mirador en altura y a la parte superior del acantilado y la cascada (algo solo apto para profesionales con experiencia y condiciones climáticas favorables).
O bien, podemos seguir el sendero principal que va subiendo en altura unos metros (con vistas espectaculares, pero cuidadito que hay un tramo de rocas complicado) para después ir bajando en altitud situándonos paralelos al río, el cual cruzaremos más adelante por uno de los puentes citados, para volver al camino principal por donde hemos venido…
Como es evidente, seguimos el camino correspondiente llegando así al punto de partida de nuestra visita a la imperdible cascada Seljalandsfoss… Bien, aquí, pegado al parking, encontramos una máquina para pagar el mismo, unos baños públicos, y un pequeño puestecito de comida rápida donde tomamos un café y una siempre deliciosa sopa islandesa calentita, antes de continuar nuestro camino (a pie), a otra maravilla muy muy cercana…
Cascada Gljufrafoss en Islandia.
La tercera cascada que visitamos durante el tercer día de ruta por el Sur de Islandia se encuentra a escasa distancia a pie de la ya reseñada justo anteriormente Seljalandsfoss, por lo que, obviamente, es ideal visitar las dos en conjunto, como realizamos nosotros ;).
Hablamos de la cascada Gljufrafoss, siendo, ciertamente, una de las cascadas más pintorescas y curiosas que puedes visitar en Islandia, y eso ya es mucho decir :D. De hecho, y a pesar de su «fama» y su cercanía, no todos los que visitan Seljalandsfoss visitan Gljufrafoss… Quizás por tiempo, quizás por desconocimiento (tampoco aparece reseñada en todas las guías de viaje), quizás por su acceso en ocasiones algo más que complicado… Yo, lo que te puedo decir, es que es una auténtica pasada y otra cascada obligatoria que no te puedes perder y, sin duda, una de mis cascadas favoritas en Islandia ;).
Bien, seguimos situados al lado de la Ring Road y en el parking habilitado para visitar la cascada Seljalandsfoss. Desde aquí y en apenas 10min de un agradable paseo en el precioso entorno en el que nos encontramos y bordeando el acantilado de forma paralela al mismo por el camino habilitado, llegamos al acceso a Gljufrafoss. O bien, podemos dejar el coche en el parking correspondiente de la cascada, y en apenas unos minutos caminando hacia el acantilado frente a nosotros y bordeando el río que continua a la misma, llegaremos a su acceso.
Bastante gente se encontraba por aquí, hasta el punto que tuvimos que hacer «cola» para poder acceder a la misma… Sí, acceder, y es que el encanto de esta maravilla natural se debe principalmente al lugar donde se encuentra, no a simple vista, sino encontrándose Gljufrafoss «escondida» tras un pequeño cañón en el interior del acantilado.
Frente a nosotros, se abría verticalmente el acantilado de piedra negra y colorida vegetación, como si dos gigantescas manos (de quizás algún gigante del folclore islandés), hubieran abierto de forma agresiva y anárquica el acantilado. De su base sale el agua del riachuelo correspondiente originado por la cascada, la cual vemos parcialmente al fondo de la gruta, del cañón, oculta cual maravilla por descubrir :O.
Acceder a la misma por el cañón es relativamente complejo, ya que no hay ningún acceso ni camino habilitado, sino que debemos acceder y «caminar» (más bien ir saltando) de roca en roca por la parte derecha del cañón. Ello contando que el caudal del agua lo permita obviamente, ya que si hay demasiada agua y cubre todas las rocas, no habrá forma de llegar (a no ser que vayas completamente pertrechado con el equipo correspondiente para ir caminando por el agua, por el propio río).
Por suerte para nosotros, parece ser que el caudal permitía el acceso caminando sobre las rocas. De hecho como indicaba, había bastante gente y tuvimos que hacer cola y esperar para poder acceder. Además, hay que sumar que el camino de ida y vuelta es el mismo, por lo que hay que ir gestionándose como se pueda, y nos puede tocar esperar (como así nos pasó) a mitad del camino en varias ocasiones debido a los cruces, en zonas algo complicadas donde mantener el equilibrio (también hay un par de «apartaderos»). Vamos, que el acceso es algo complejo según las circunstancias y las caídas al agua pueden ser habituales (suerte si solo metes el pie), pero también es habitual que haya torceduras, o importantes raspones con la roca del cañón, así que cuidadito…
Bien, esperamos nuestro turno y comenzamos el camino, pegaditos a la pared, y pasito a pasito mirando «al suelo» buscando la mejor roca donde poner el pie (y fijándote, evidentemente, en el que va delante de ti xD). Huelga decir, de nuevo, que necesitas un calzado más que adecuado para el agua y para evitar resbalones (recuerda, son rocas mojadas). Y así, pasito a pasito, mientras la cascada iba apareciendo ante nosotros, llegábamos a la gruta, la cámara que alberga la cascada Gljufrafoss.
Espectacular… Ante nosotros una espectacular cascada con una caída de 40m (a pesar de no tener un volumen muy alto de agua), en una especie de cámara semi cilíndrica creada o «esculpida» por el agua y la erosión, y completamente recubierta de musgo debido a la humedad en una suerte de microclima anterior. La visión de la cámara en 360º es espectacular, es como estar en otro mundo lejano… Pero no, estamos aquí, en una visión real de la tierra primigenia :O.
Sientes la fuerza del agua frente a ti, cascada que cae tras una gran roca que se encuentra prácticamente en la mitad de la cavidad, roca a la que es posible subirse y obtener unas fotos espectaculares. Aquí, mientras estábamos disfrutando del entorno y sacando unas fotitos charlando entre nosotros, dos chicas (súper majas y agradables, también de Madrid si no recuerdo mal) nos escucharon hablar en español y (ya sabéis cómo somos los españoles), entablamos conversación… Estuvimos hablando unos minutos acerca de nuestros respectivos viajes y el planning que llevábamos, nuestras impresiones del país hasta el momento… Y sí, todos estábamos flipando y encantados xD.
Bien, había que subir a la roca para sacar las fotitos correspondientes, esperamos a que terminaran las personas que se encontraban en ese momento, les ayudamos a bajar, nos ayudaron a subir (no es fácil, y cuidadito con los resbalones de nuevo) y, una vez arriba, las citadas chicas nos sacaron fotitos con nuestros móviles y cámaras que les habíamos dejado… Tras bajar, fue su turno y, obviamente, les sacamos las correspondientes fotitos con sus móviles y cámaras :). Como ya suponéis, os vais a empapar debido al agua en suspensión provocada por la cascada… También (y si os lo queréis currar) os va a tocar ajustar algunos parámetros para las correspondientes fotos, ya que hay bastante oscuridad en el interior de la cavidad, pero mucha luminosidad en la parte superior debido al hueco en el exterior…
En fin, tocaba volver, nos despedimos (ellas tiraron antes que nosotros) y, al poco tiempo, emprendimos también el camino de vuelta… Despacito, con cuidado, esperando en según qué zonas (nos íbamos cruzando como indicaba antes). ¡Ah!, por cierto, indicar que en el interior donde encontramos la caída de Gljufrafoss, también es posible seguir un sendero con una escalera que nos lleva a una parte superior donde es posible ver la cascada desde otra perspectiva (no lo vimos, y según he visto, suele estar cerrado de forma habitual debido a su peligrosidad :S).
Una vez fuera, emprendimos el camino de vuelta al parking y, tras pagar el mismo, continuaba la ruta, todavía flipando con el lugar que acabábamos de visitar… Gljufrafoss es un tesoro escondido y una de las cascadas más bellas de Islandia, ¡no te la pierdas!
Cascada Skógafoss en Islandia.
Y llegamos a uno de las cascadas súper top de Islandia, una de las más famosas, de las más visitadas y de las más fotografiadas del país, siendo su visión uno de los «ejemplos turísticos» utilizado para promocionar el País de Hielo y Fuego. Hablamos del gigante Skógafoss, cascada que, por ejemplo, ha aparecido en vídeos musicales, en series de televisión (como Vikingos o Coñazo de Tronos), y películas (como Thor: el mundo oscuro o La vida secreta de Walter Mitty).
Pegadita a la Ring Road, apenas tenemos que desviarnos un poquito para llegar al amplio parking de grava donde dejamos la camper, y petadillo como no podía ser de otra forma con decenas y decenas de vehículos, mucha gente por aquí, y muuucha más gente que nos íbamos a encontrar en la visita, es lo que tiene un icono como Skógafoss :O.
Nos encontramos en el área de Skógar; una pequeña villa de apenas 25 habitantes con cierto patrimonio relevante (y algunos alojamientos), y que alberga la presente cascada Skogafoss y la siguiente Kvernufoss. La visión de la cascada desde la carretera y ya desde el parking es simplemente espectacular (con un ruido atronador más que importante ya desde aquí), cómo no va a ser una de las más famosas y visitadas del país…
El parking está justo al lado del río Skógar (el cual también hace en las cercanías del volcán Eyjafjallajökull, y habitual lugar de pesca del salmón), a cuyo borde nos acercamos para tener una visión algo más amplia (había un chico por aquí con un pedazo de dron importante), teniendo frente a nosotros la cascada y su derecha perfectamente visible, el camino de escaleras que nos lleva a la parte superior de Skógafoss (que luego subiríamos), todo, como siempre, en tonos negros, verdes y amarillos… Un espectáculo visual para variar ;).
El tiempo en el presente día seguía acompañando, a pesar del fresquete, viento y de que ahora estaba un poco nublado, al menos no llovía, y eso era infinito de agradecer xD. Fuimos caminando por el borde del río, dejando el mismo a nuestra izquierda, caminando hasta la cascada poco a poco, sintiendo su fuerza, su ruido y toda la cortina de agua en suspensión cual niebla profunda que deja Skógafoss en su brutal caída…
Según nos íbamos acercando, nos íbamos dando cuenta más y más de su importante tamaño y volumen, ciertamente es una cascada abrumadora, y es que hablamos de 60m de altura y 25m de ancho, a los pies de su fuerza y su potencia te sientes ciertamente muy pequeño :O. 60m de altura desde un acantilado que, en otras épocas era la línea de costa (actualmente la misma se encuentra a unos 5km, por lo que seguimos caminando sobre el nivel que estuvo bajo el océano).
Nos acercamos todo lo posible a Skógafoss, por su derecha, ya pisando algo de agua y bordeando la pared de piedra, y así intentar sacar las pocas fotitos que nos permitía el incesante viento y el agua en suspensión, momento en el que, obviamente, ya estábamos bastante empapadillos… Si tienes suerte con un día soleado y en los momentos en concreto, podrás ver alguno de los típicos doble arcoíris de las cascadas islandesas (no fue nuestro caso :S).
Tras disfrutar de tal fuerza de la naturaleza frente a nosotros, decidimos movernos, que ya estábamos suficientemente mojadetes jeje, y nos dirigimos ahora bordeando a nuestra izquierda, hasta llegar al sendero y posterior escalera que sube la colina hasta la parte superior de Skógafoss como indicaba. Casi 500 escalones metálicos (algunos están en mal estado debido al uso y las inclemencias metereológicas), nos esperan, en un tramo no muy duro, pero que con el viento existente, el cansancio acumulado o piernas cargadas, más la carga que podamos llevar encima, puede hacerse algo más durillo…
¡Pero nada exagerado!, además, siempre que las condiciones lo permitan, es simplemente obligatorio subir, no te arrepentirás, te lo puedo asegurar ;). Una vez arriba y recuperado un poquito el aliento, nos encontramos en una plataforma de observación a más de 60m de altura con unas vistas cojonudas de nuestro entorno, al igual que la caída de Skógafoss bajo nuestros pies… Una pasada, dejando a nuestra derecha el río…
Si tenemos tiempo (y ganas), podemos continuar por el sendero siguiendo el curso del río Skóga y enlazar con nuevas rutas senderistas y llegar a nuevas cascadas a un par de kilómetros, ¡y es que hay más de 20 cascadas a lo largo del río! :O. También, y en el lado Este de la cascada, encontramos el inicio del paso de Fimmvörðuháls; una de las rutas senderistas más famosas de Islandia con 22km de longitud y que nos lleva por el recorrido del rio Skóga entre dos glaciares.
Pero hay más, y es que estando en Skógafoss es necesario hacer una mínima referencia acerca de una historia integrada en el folclore islandés; la leyenda del cofre del tesoro… Se cree que tras la cascada se encuentra escondido y oculto un cofre repleto de grandes tesoros, escondido por el vikingo Þrasi Þórólfsson alrededor del año 900. Un cofre que, ciertamente, se ha intentando buscar y encontrar en varias ocasiones a lo largo de la historia (y siempre en base a las diferentes leyendas), llegando a conseguir en una ocasión, dos objetos que se encuentran en la Iglesia y el Museo de Skógar, ¡échale un vistazo a la leyenda!
Espectacular visita. Sin duda, Skógafoss se había convertido, por méritos propios, en una de nuestras cascadas favoritas de Islandia… Continuábamos la ruta, de nuevo, muy cerquita ;).
Cascada Kvernufoss en Islandia.
El tercer día de ruta por Islandia todavía nos iba a dejar una última sorpresa en forma de cascada… Una gratísima y desconocida sorpresa en gran parte debido a que es una de las cascadas menos visitadas y conocidas del Sur de Islandia y de la que menos información suele haber… Pero desde el momento en el que, preparando el viaje a Islandia, tuve conocimiento de la misma, tuvimos claro que queríamos visitarla :D.
Visitarla siempre y cuando el tiempo lo permitiera, y es que, probablemente y a pesar de sus innegables cualidades, el tiempo es una de las razones por las que la presente cascada suele quedar fuera de gran parte de las rutas turísticas, ya que es necesario realizar una rutilla senderista a pie para llegar a la misma, algo que nos puede llevar un tiempo que no todo el mundo puede o está dispuesto a invertir.
De hecho, nosotros no teníamos claro al 100% si íbamos a visitarla, ya que todo iba a ir un poco sobre la marcha según cómo fuéramos de tiempo el día en concreto… Igualmente, es necesario saber que con otra climatología y con otras condiciones, puede no ser viable y peligrosa, su visita :S. Por suerte, al igual que gran parte del día, un relativo buen clima con cielo parcialmente despejado nos acompañó (más allá del omnipresente viento y el fresquete).
Hablo de la cascada Kvernufoss, otra espectacular e imperdible cascada de Islandia y que, además, se encuentra situada muy cerquita de Skógafoss, por lo que es ideal visitarlas en conjunto una a continuación de la otra, y no te arrepentirás ;). Seguimos situados muy cerquita de la Ring Road y acabamos de visitar la brutal Skógafoss… Regresamos todavía impactados al parking de grava donde habíamos dejado la camper, y nos dirigimos a nuestro siguiente destino, el cual, realmente, está muy cerquita…
Todavía nos encontramos en el entorno de Skógar; una pequeña aldea de apenas 25 habitantes ubicada al sur del glaciar Eyjafjallajökull, y donde encontramos, aparte de alguna vivienda, algún alojamiento que pintaba muy bien, la Iglesia de Skógar, y el Museo de Skógar (nosotros no lo visitamos ya al encontrarse cerrado e ir igualmente pillados de tiempo).
Bien, desde el parking de Skógafoss, apenas tardamos 5min en llegar hasta el Museo de Skógar, bien podemos dejar el coche aquí o, como hicimos nosotros, continuar recto unos metros hasta un espacio donde encontramos a nuestra izquierda un gran edificio a modo de almacén, y frente al mismo a nuestra derecha, un parking donde podemos dejar el vehículo.
Tras aparcar nuestra camper y prepararnos, comenzamos la ruta a pie. El tiempo acompañaba y las ganas, a pesar del cansancio del día (que no había acabado), estaban a tope por llegar a la «cascada secreta» ;). Bien, continuamos recto bordeando el almacén a nuestra izquierda siguiendo el pequeño camino apenas distinguible hasta llegar a un cercado, el cual lo seguimos (dejándolo a nuestra derecha, mientras a nuestra izquierda hay diversa maquinaria antigua abandonada)… Así llegamos hasta una pequeña escalera que nos permite salvar y cruzar la cerca y la valla (sí, sé que puedes dudar de si es por aquí y hay que saltar la valla, también nos pasó a nosotros, pero no te preocupes, estás en el camino correcto ;)).
Continuamos el sendero visible hasta que llegamos al río, y giramos a la izquierda, siguiendo el sendero y bordeando el mismo dejándolo a nuestra derecha… El río Kverna que vamos a seguir, tiene su origen (y no es el único como ya hemos visto en el presente post), en el famoso volcán Eyjafjallajokull que petó en 2010 liándola parda :O.
Desde este punto, teníamos un «asequible» paseíto de aproximadamente 1,6km y 20min, en una ruta lineal y unos 56m de desnivel. Hay un par de tramos más complicadillos pero superables sin excesivo problema (con cuidadito y manteniendo las precauciones básicas), eso sí, cuenta que con otra climatología y nieve, por ejemplo, puede no ser realizable ya que requiere experiencia y preparación…
Una caminata por un entorno simplemente espectacular; una maravilla natural y visual que nos acompaña durante el recorrido en forma de increíbles paisajes por el valle y desfiladero Kvernugil, rodeados de acantilados donde los tonos negros de la roca volcánica palagonita y el verde del musgo y la vegetación se funden de una manera casi irreal que, como ya decía anteriormente, nos traslada a una tierra primigenia que, nosotros personalmente, no habíamos visto hasta ahora, y donde te sientes «aislado» y un «auténtico» explorador… De hecho, y sin duda, es la cascada del Sur de Islandia que visitamos en mayor silencio y tranquilidad, y ello es algo que se agradece :D.
Continuamente íbamos parando para sacar las fotitos correspondientes, admirar y disfrutar del entorno y su silencio, y acercarnos al río para sentir (y saborear) el agua fresquita del río Kverna. Y sí, en absoluto silencio, ya que casi todo el recorrido (tanto de ida como de vuelta) lo hicimos en absoluta soledad.. Si no recuerdo mal, apenas nos cruzamos con una pareja en nuestra ida (ellos volvían), un grupo que llegó posteriormente a nosotros, y otra pareja que llegaba cuando nosotros volvíamos…
Volvemos al recorrido… Y así, poco a poco, ahí al fondo frente a nosotros, vimos aparecer la cascada Kvernufoss y sus 40m de caída, una preciosa visión a la que nos fuimos acercando poco a poco hasta tenerla justo frente a nosotros, notando la fuerza con la que rompe y mojándonos un poquito debido al agua dispersada…
Ciertamente (y salvando las magnitudes), su visión y caída desde el acantilado nos recuerda a la ya visitada Seljalandsfoss, reseñando además que Kvernufoss también puede ser recorrida y vista desde su parte posterior y obtener otra visión completamente distinta de la misma, algo que nosotros no realizamos al ver el terreno complicadillo (con nieve y hielo es inviable).
Así, tras disfrutar de la cascada y el magnífico entorno en el que nos encontramos, tomando las obvias y correspondientes instantáneas, tomamos el camino de vuelta, llegando a nuestra camper y, totalmente satisfechos con nuestra visita, continuamos la ruta…