Visitar, qué ver y qué hacer, en Rascafría (Comunidad de Madrid)
Ruta de senderismo/trekking/montañismo en plena naturaleza en Madrid que debes realizar, para todos los gustos y todos los públicos.
Bosque de Finlandia (Rascafría).
- Información básica de la ruta (completa).
– Distancia: 5,5km.
– Duración: 2h.
– Desnivel: 28m.
– Dificultad: Fácil.
– Tipo e inicio/fin: Circular. Rascafría/Rascafría.
– Más información:
https://sierranorte.com/bosque-finlandia
Rascafría es una población localizada en el Valle del Lozoya y enclavada en la Sierra de Guadarrama; un precioso lugar de la sierra madrileña con mucho que ofrecer en todas las épocas del año, y que es ideal para la desconexión de la gran urbe en todos los sentidos, un lugar donde disfrutar de la tranquilidad y del silencio, de la naturaleza y el turismo activo, de los cielos de sueños estrellados, de una gastronomía deliciosa y natural… y de historia y patrimonio envueltos en bellos paisajes naturales.
El pueblo, envuelto en curiosas leyendas, tiene su origen en la Edad Media al ser repoblada la zona desde Segovia (todo el valle donde se encuentra estaba anexionado al Concejo de Segovia), siendo en el s. XIV cuando alcanzó mayor relevancia al construirse la Cartuja de El Paular, y ser, desde entonces (el Paular, Rascafría y el Valle del Lozoya), asociado inexorablemente con el movimiento cenobítico, como tradición monástica cristiana originaria de Egipto en el s. IV, donde se enfatiza el comunitarismo y la vida en común de los monjes, alejados, retirados y aislados de la vida social y en sociedad.
Ya en el s. XVIII, su economía estaba basada en la ganadería y la madera, siendo proveedores de tales productos a la Corte. Sin embargo, y tras la reestructuración de 1833 donde Rascafría pasó a ser parte de Madrid, se produjo un cierto desarrollo industrial, creándose pequeñas fábricas de vidrio o papel. Así hasta nuestros días, donde Rascafría es un referente turístico de primer orden en la Comunidad de Madrid manteniendo su tradición ganadera y maderera.
Rascafría se encuentra en un magnífico entorno histórico y natural rodeado de montañas de cumbres nevadas gran parte del año (donde podemos realizar todo tipo de actividades y deportes de naturaleza y turismo activo)… Yo me acerco cada cierto tiempo por aquí (menos de lo que me gustaría, antes de la última ocasión, llevaba ya un par de añitos sin subir), para «desintoxicarme» un poquito alojándome en alguna de las múltiples e interesantes opciones rurales de Rascafría, degustar un buen chuletón de carne de ternera de la Sierra de Guadarrama regado con un vinito con DO Madrid en sus buenos restaurantes (al igual que tapear y cañear por sus animados bares repletos de «turistas de la capital» xD), y descubrir y revisitar su entorno natural e histórico…
Rascafría es pequeñito pero presenta diversos atractivos turísticos que, no obstante, apenas nos llevarán un ratillo… Con un entorno «a tiro de piedra», igualmente más que relevante…
Así tenemos el Arboreto Giner de los Ríos, la Iglesia de San Andrés Apostol, La Casona, la Antigua Casa de Postas, el Ayuntamiento, las Serrerías Belgas, la Casa del Guarda de los Batanes, la Casa de la Madera, el Antiguo Molino de Papel… Y destacando también y de forma muy especial; las Piscinas Naturales de las Presillas, las Cascadas del Purgatorio, el Puente del Perdón, y el Monasterio del Paular…
Y todo ello, sin contar el Bosque de Finlandia; objeto del post y de la ruta a realizar ;).
La ruta en concreto; el Bosque de Finlandia, puede ser iniciada desde varios puntos… Yo, te recomiendo encarecidamente dejar el coche en Rascafría, e ir andando tranquilamente recorriendo el Arboreto Giner de los Ríos en un agradable paseo de 10-15min… Hasta llegar al Real Monasterio de Santa María del Paular (vaaale, aquí también puedes dejar el coche, hay parking, bastante amplio, pero en verano puede que no tengas plaza…).
En 1390 comenzaron las obras por Enrique II de Castilla como monasterio cartujo, junto a una ermita conocida como Santa María del Paular (que sigue existiendo), con un proyecto inicial de 3 edificios; monasterio, iglesia y palacio… Y, debido a los varios siglos que llevó su construcción, participaron diferentes arquitectos, tocando distintos estilos arquitectónicos, mostrando estilos renacentistas (como su entrada principal), góticos o barrocos… Siendo la iglesia la parte más relevante a nivel arquitectónico, finalizada durante el reinado de Isabel La Católica; y donde destacan la sillería y el retablo… Y los 54 cuadros sobre la vida del fundador de la orden y la historia de la orden cartuja (en origen concebidos como pinturas murales) para otros tantos huecos del claustro (bueno, 52, ya que 2 fueron quemados por los republicanos en la Guerra Civil, habiendo sido arrancados y repartidos anteriormente por la desamortización de 1835… Todos debieron ser restaurados debido a su lamentable estado tras haber pasado por diversos museos, entre ellos El Prado).
Por su parte, la capilla y el sagrario fueron realizados a principios del s. XVIII, reformando la antigua capilla y siendo una de las obras barrocas más bellas de España, el cual alberga un sagrario monumental de 1724 y varias tallas y cuadros de importancia… Mientras que la sala capitular acoge un importante retablo barroco y diversas pinturas reseñables.
Junto al monasterio, los monjes cartujos tenían parcelas de tierra para cultivar, al igual que varios talleres de artesanía, explotando eficazmente la pesca en el Río Lozoya, la ganadería en los bosques a su alrededor, o dos batanes para la madera y para fabricar papel… Siendo importante reseñar que en el batán de papel, se imprimió la primera edición de «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha» (publicado en 1605).
En 1835 y debido a la desamortización de Mendizabal, la orden fue exclaustrada y gran parte del arte que albergaba el monasterio se «perdió»… Y, por suerte, en 1876, el Gobierno declaró al Monasterio del Paular como Monumento Nacional, salvándolo de una segura ruina y desaparición… Y podo después en 1918, la Dirección General de Bellas Artes creó la Escuela de Pintores del Paular, llevando no solo a pintores a sus salas, sino a historiadores, poetas, científicos o montañeros…
Durante la Guerra Civil, tanto Rascafría como el Paular fueron ocupados por las tropas republicanas, arrasando y destruyendo en gran parte el monasterio, quedando en estado de abandono hasta 1954, cuando Franco cedió el monasterio a la orden benedictina (por no haberse podido hacer cargo la orden de los cartujos), comenzando un importante plan de restauraciones en las próximas décadas… Hoy en día, los monjes siguen establecidos en el monasterio, mientras que el antiguo palacio se convirtió en un alojamiento y donde también es posible experimentar la vida monástica.
El Monasterio del Paular es una auténtica maravilla histórica, que bien merece ser conocido y visitado… ¿Y qué mejor momento que justo antes (o después), de nuestra ruta senderista al Bosque de Finlandia?
Sí, aquí comienza nuestra ruta… Pero antes, tenemos otro importantísimo punto a destacar… Frente al Monasterio del Paular, encontramos el Puente del Perdón, el cual cruza y salva el Río Lozoya, y que es una auténtica maravilla.
El primer Puente del Perdón fue construido en el 1302, deteriorado por la climatología y las crecidas del río, por lo que a mediados del s. XVIII se levantó el actual, más resistente en granito, con tres arcos de medio punto, y dos descansaderos. Ambos puentes servían a los monjes para salvar el Río Lozoya y como acceso hacia el Molino de Papel.
¿Y por qué «perdón»?, pues bien, debido a que el Valle del Lozoya se encontraba en gran parte aislado de Madrid y Segovia por la orografía del terreno (y el estar rodeado de montañas con más de 2.000m de altura claro xD), las autoridades solían efectuar los juicios junto al puente… Lugar donde el reo apelaba su sentencia ante el tribunal… O bien eran perdonados, o bien se les llevaba a la Casa de la Horca (a unos 2km) donde eran ejecutados… De ahí proviene el nombre de Puente del Perdón…
Una pasada de puente histórico, el cual tenemos que cruzar en nuestro camino al Bosque de Finlandia… Reseñar que, según lo cruzamos, a nuestra izquierda encontramos el Centro de Educación Ambiental Puente del Perdón (donde es habitual ver ovejitas negras peludas xD) y que, una vez cruzado el puente, solo tenemos que darnos la vuelta para disfrutar de una imagen espectacular; del puente (especialmente bello al atardecer mientras lo ilumina el sol), rodeado de extensa vegetación debido al Río Lozoya, a la derecha, el Monasterio del Paular, y al fondo la sierra madrileña… Una imagen magnífica en un entorno magnífico.
¡Sí, por fin llegamos a la ruta senderista del Bosque de Finlandia! ;). Bien la podemos comenzar en Rascafría, o en el Monasterio del Paular como indicaba, tomando como referencia el Puente del Perdón (el cual es también el punto de inicio del Camino Natural Valle del Lozoya y sus diferentes senderos y rutas por el mismo)… Una de las rutas senderistas más habituales y conocidas de la Sierra Madrileña y el Valle del Lozoya, y ello es debido a su espectacular e increíble entorno natural e histórico, a ser una ruta muy asequible y fácil de realizar (menos de 6km en llano con un desnivel de menos de 30m), y al propio bosque en sí, con su correspondiente lago y cabañita… Por ello se le llama Bosque de Finlandia (aunque su nombre real es Bosque El Potario), y es que el mismo nos traslada a nivel sensitivo a cualquier paraíso mágico de Finlandia.
A nivel visual, estamos en un cuento de hadas en la misma Finlandia, especialmente si lo visitamos en pleno invierno con todo nevado (que no ha sido mi caso, ya que yo lo he visitado en verano y en otoño), donde, a tenor de las imágenes y crónicas, ciertamente nos creeríamos estar en cualquier paraje recóndito del norte de Europa si nos sueltan allí sin saberlo…
¿Y cómo llegamos? Pues a pesar de ser una más que famosa ruta y zona como comentaba, no hay indicaciones ni señalizaciones… Simplemente; no existen. Pero no os preocupéis, es muy fácil recorrer la zona y llegar a los puntos reseñados, solo hay que seguir unas pequeñas indicaciones que os detallo ;).
Según cruzamos el Puente del Perdón, a nuestra izquierda vamos a ver una valla y puerta metálica (en ocasiones cerrada, y es que en teoría es un recinto privado pero habilitado para la ruta, la tendremos que abrir y entrar), y continuaremos el sendero (llamado Camino de Papel ya que conducía hasta el antiguo Molino de Papel ya citado, siempre el primero que existió en toda Castilla), siempre recto y paralelo en parte al Río Lozoya (el cual se va alejando a nuestra izquierda), rodeado de un frondoso bosque de abedules, chopos, abetos, etc… Así hasta que encontramos, y tomamos, un desvío a la izquierda que nos lleva al albergue juvenil.
Solo debemos caminar un poquito más siguiendo el sendero, giramos de nuevo a la izquierda, cruzamos un pequeño «puente» de piedra sobre un riachuelo (y con un «monolito» de piedra al otro lado), un poquito más… ¡Y hemos llegado, más fácil imposible!
El paisaje ha cambiado un poquito a nuestro alrededor, nos encontramos en pleno bosque con densa vegetación en algunos puntos y con otros tipos de flora, que nos hace entender perfectamente, que visualmente el entorno donde nos encontramos es una maravilla en todas las estaciones del año y sus colores… Primero, visualizamos una cabaña que antaño fue la sauna finlandesa utilizada por las gentes del lugar (hoy en desuso), a continuación el pequeño embarcadero de madera y el lago…
Reitero; una maravilla visual… La imagen es totalmente evocadora… Recuerdo la primera vez que estuve, tras haber visto la imagen en tantas y tantas fotos… No pude más que caminar despacio por el embarcadero (está casi frente a la cabaña) hasta llegar al final del mismo, frente al lago… Y aquí, simplemente pararme, y mirar y observar primero la belleza ante mí de la vegetación reflejada en el lago y, a continuación cerrar los ojos; inhalar y exhalar…
No es exagerado, en absoluto, y las fotos no hacen justicia… Si has estado, seguro que te suena familiar ;).
Una vez disfrutado el entorno en el que nos encontramos, hemos cargado pilas, y sacadas las correspondientes fotitos… Volvemos por el mismo camino, sin pérdida alguna… ¡Te encantará!
¿Has estado en Rascafría? ¿Has visitado el Monasterio del Paular y el Puente del Perdón? ¿Has realizado la ruta senderista del Bosque de Finlandia?