CONTENIDO DE LA PUBLICACIÓN
- 1 Visitar, qué ver y qué hacer, en Alfaro (La Rioja).
- 1.1 Introducción histórica de Alfaro (La Rioja): de romanos a la Edad Media y el desarrollo industrial.
- 1.2 Arqueología y recuerdos de Roma.
- 1.3 Alfaro y las cigüeñas.
- 1.4 Qué ver en Alfaro (La Rioja). Patrimonio monumental y religioso.
- 1.5 Qué ver en Alfaro (La Rioja). Nobleza y arquitectura civil.
- 1.5.1 Plaza de España y Centro Cultural, Turístico y Medioambiental.
- 1.5.2 Palacio de los Sáenz de Heredia.
- 1.5.3 Palacio Remírez.
- 1.5.4 Casonas, Casas Señoriales y Palacios.
- 1.5.5 Murales.
- 1.5.6 Mirador de la Cruz (Castillo de Alfaro).
- 1.5.7 Paseo La Florida.
- 1.5.8 La antigua cárcel y el actual albergue.
- 1.5.9 Plaza de Toros.
- 1.5.10 El río Alhama y La Lavandera.
- 1.5.11 Letras de Alfaro.
- 1.5.12 Reserva Natural de los Sotos del Ebro.
- 1.5.13 Enoturismo y gastronomía.
- 1.5.14 Dónde comer/beber, y dónde dormir en Alfaro.
- 1.6 Mapa turístico de Alfaro (La Rioja).
Visitar, qué ver y qué hacer, en Alfaro (La Rioja).
Alfaro, situado en la Rioja Baja, es una pequeña joya que en ocasiones pasa desapercibida en la La Rioja… Ciertamente, aunque la tenía ubicada y conocía los aspectos referentes al vino y las cigüeñas, me sorprendió gratamente, ofreciéndome una historia y patrimonio más que relevante y una gastronomía para chuparse los dedos. La «Capital Mundial de la Cigüeña Blanca» nos permite un recorrido marcado por legiones romanas, Reconquista convulsa, Edad Media pujante, barroco de ladrillo, naturaleza salvaje y, obviamente: mucho vino ;).
Acompáñame en un recorrido por Alfaro conociendo todos sus atractivos, para una ciudad que bien merece dedicar al menos una jornada completa haciendo noche en la misma (más si quieres disfrutar de su gastronomía y bodegas).
Introducción histórica de Alfaro (La Rioja): de romanos a la Edad Media y el desarrollo industrial.
De Graccurris a Alfaro.
Se tiene constancia de ocupación humana de lo que hoy es Alfaro y su entorno, correspondiente a la Primera Edad de Hierro, entre los siglos IX-VIII a.C, situándonos ya en la Segundad Edad de Hierro como un asentamiento y poblado vascón o celtíbero, de nombre Ilurcis o Ilurce, y primer nombre y origen de la actual Alfaro.
En el 179 a.C. el general romano Tiberio Sempronio Graco llegó a Ilurcis en su campaña contra los celtíberos, fundando aquí un nuevo núcleo poblacional llamado Graccurris (en el entorno de la actual Alfaro), siendo así la primera población romana fundada en el Valle del Ebro. Graccurris se convirtió de forma rápida en un centro militar muy importante para las expediciones y campañas militares en la zona (contra Numancia por ejemplo), pasando posteriormente a ser municipio romano y asignado a la provincia de Tarraconensis, y convirtiéndose en un relevante centro romano cultural y administrativo. De hecho, en tiempos de Tiberio, sus monedas indican que Graccurris tuvo condición de municipio.

Tras la caída del Imperio, Graccurris continuó habitado, pasando a manos visigodas y, posteriormente musulmanas. No obstante, se cree que alrededor del s. V, la ciudad romana como tal debió de desaparecer, ya que en el s. VII no aparece en la relación de ciudades de la región realizada por el Papa Hilario. De tal periodo es el cambio de nombre de la población al Alfaro actual (cuya etimología hace referencia, parece ser, al aspecto defensivo de la ciudad).
Reconquista y Edad Media.
Como curiosidad, parece ser que Alfaro es nombrado en un par de ocasiones por El Cid, con motivo de su entrada en la zona desde Zaragoza en el 1094.
Alfonso I de Aragón tomó la ciudad para los cristianos, reformando gran parte de la misma (como por ejemplo las murallas defensivas y diversas estructuras para el reparto del agua). Con Alfonso VII y Alfonso VIII, la población alcanzó un gran esplendor, obteniendo una serie de privilegios.
Posteriormente en 1208, tuvo una importante reunión en Alfaro de los cuatro y más importantes reyes cristianos (Aragón, Navarra, Alfonso y Castilla), para planificar las acciones que llevaron a la importantísima y clave batalla de las Navas de Tolosa (encontramos un cuadro referente a la batalla en la propia Colegiata de San Miguel). De hecho, en el mismo centro de la ciudad y cerca de la Colegiata, se encuentra la Calle de los Cuatro Reyes, haciendo referencia a tal hecho.

En 1253, Alfonso X el Sabio otorgó carta de villa a Alfaro, aumentando los privilegios de la ciudad posteriormente por parte de Sancho IV el Braco y Juan II de Castilla.
Y es que la Reconquista trajo a Alfaro un periodo de gran pujanza durante los siguientes siglos, consolidando Alfaro como un centro de poder religioso y gran influencia y riqueza, obteniendo inclusive jurisdicción propia eclesiástica. Todo ello llevó a la población a un importante esplendor cultural y arquitectónico…
Esplendor arquitectónico y el sello del ladrillo.
Tal «poder» (de hecho, Felipe IV otorgó el título de Ciudad a Alfaro en 1629, antes, Enrique IV le había proporcionado el título de Leal) promovió y financió la construcción de grandes edificios y construcciones que definieron parte de la estructura urbanística de la ciudad. Así, durante los siglos XVI-XVIII, se levantaron importantes construcciones en Alfaro como la Colegiata, al igual que distintos palacetes, conventos, iglesias, etc, con importantes casas señoriales de familias ilustres y nobles afincadas en Alfaro y que, igualmente, podemos ver salpicados por el centro de Alfaro.

Construcciones, en gran parte, levantadas en ladrillo rojo, siendo su uso un rasgo distintivo de Alfaro y la Rioja Baja, mostrándonos esa mezcla magistral del barroco con el mudéjar aragonés, creando construcciones monumentales y especialmente estéticas y llamativas visualmente, siendo un absoluto sello de identidad que diferencia a Alfaro y la comarca con el resto de La Rioja.
Industria y actualidad.
Indicar que hasta la creación de la provincia de Logroño en 1833, Alfaro había pertenecido a Soria. Y llegando ya al s. XX y en plena Guerra Civil Española, en julio de 1936 las tropas nacionales tomaron la ciudad, siendo una zona que opuso mucha resistencia durante la guerra. Posteriormente y tras unas siguientes décadas de decadencia, ya en el s. XX comienza un pequeño empuje a nivel industrial y comercial, con la creación de diversas empresas, la famosa Azucarera de Alfaro y, posteriormente y ya hoy en día, con por ejemplo las distintas bodegueras y en el enfoque vitivinícola.
Actualmente Alfaro tiene una población de casi 10.000 habitantes (llego a tener hasta 15.000 habitantes en sus «mejores tiempos»), dedicada principalmente al sector servicios e industrial.
Arqueología y recuerdos de Roma.
Palacio Abacial (Museo de Alfaro y Sala de Exposiciones Permanente Graccurris).
El Palacio Abacial es probablemente el edificio civil más importante de Alfaro. Fue construido en la segunda mitad del s. XVIII por el Abad del Río como máxima autoridad eclesiástica en Alfaro (el Abad en ese momento vivía en otra cosa y no disponía de bodega donde guardar su vino xD), siendo una joyita neoclásica diseñada nada más y nada menos que por Ventura Rodríguez. No obstante, y debido a la Desamortización de 1885, el Palacio pasó a manos del Estado (aunque se intento excluir haciéndolo pasar como casa parroquial).
Actualmente, el Palacio Abacial es Bien de Interés Cultural desde 1984, y alberga el Ayuntamiento, la casa de la cultura, la biblioteca, el archivo municipal, y diversas oficinas municipales… Al igual que el Museo de Alfaro y la Sala de Exposiciones Permanente Graccurris.

Por ello, la visita al Palacio Abacial supone un obligatorio en la ciudad, primero por ser un edificio de primer nivel con la importancia histórica que nos muestra, reflejando los cambios y evoluciones políticas y sociales de España durante varios siglos, y haber sido diseñado por Ventura Rodríguez, al igual que por la necesidad de visitar el propio museo (con entrada gratuita y que no te llevará mucho tiempo), para conocer la historia de Alfaro, desde Ilurcis hasta nuestros días.
Aquí, podemos encontrar diversa información en forma de paneles, al igual que podemos disfrutar de diversos objetos arqueológicos de la vida cotidiana romana durante siglos, siendo evidentemente una visita clave para igualmente situarnos en contexto sociohistórico y conocer un poquito más la historia, evolución y desarrollo de Alfaro como indicaba.
Ninfeo Romano.
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Al igual que el resto de patrimonio arqueológico romano en Alfaro, el Ninfeo Romano es una de las visitas obligatorias en la población para así situarnos en contexto histórico. Situada a un paseíto del centro (y a unos 5min del Hotel Palacios Alfaro donde me alojaba), se encuentra dentro del núcleo urbano de la ciudad no obstante, en un lateral del puente que cruce el río Alhama (ribera izquierda, si venimos del centro, debemos cruzar el puente, y a nuestra izquierda encontraremos un pequeño cartel y unas escaleras que debemos bajar). Hay que indicar que la señalización e indicaciones para llegar a la misma no son las mejores ciertamente, al igual que se encuentra en un estado de semi abandono lamentablemente, sin encontrarse protegido y, de hecho, con basura y enseres a su alrededor :S.
Hablamos de Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural desde 1981, siendo un conjunto monumental de época romana formado por un puente, la calzada que circulaba sobre el mismo, y una pequeña presa situada en las aguas un poco más arriba. En la pequeña parte conservada del puente se encuentra el elemento visible hoy en día y que podemos visitar: el ninfeo o fuente romana.

La estructura original evidentemente era un complejo hidráulico mucho mayor, con una función que, probablemente, podía ser religiosa (dedica a las «ninfas del río»), al igual que evidentemente práctica, ya que hablamos de urbanismo urbano romano de gestión de agua.
De la presa como tal se conserva el estribo de la margen izquierda y varios bloques desprendidos que se encuentran río abajo (otros restos en la ribera derecha, parece ser que se perdieron debido a la suelta de escombros). El puente como tal está casi completamente destruido, quedando algunos elementos de la base del estribo.

La fuente romana es la parte mejor conservada (y casi la única) del conjunto. Los arquitectos romanos originales, elevaron el muro utilizado para sustentar el puente, rebajando de forma vertical la ladera del río, alcanzando así el nivel freático y construyendo la fuente para aprovechar el agua. De hecho, tras evidentemente siglos y siglos sin uso y sin que manara agua, hace décadas y tras nuevas excavaciones, se consiguió que volviera a manar agua de la misma :O.
En espera de que la zona se pueda limpiar, adecuar y acotar para su acondicionamiento, mantenimiento y visita, es ciertamente una pasada visitar el Ninfeo Romano de Alfaro…
Yacimiento arqueológico Las Eras de San Martín – Graccurris.
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Como ya hemos visto anteriormente, Graccurris fue una ciudad romana , la actual Alfaro en La Rioja, fundada por Tiberio Sempronio Graco en el 179 a.C. sobre un poblado vascón o celtíbero llamado Ilurce o Ilurcis.
En 1979 comenzaron las intervenciones arqueológicas en Graccurris, hoy Alfaro, identificado y recuperando estructuras en todo el término municipal. El Yacimiento Arqueológico Las Eras de San Martín como tal, se encuentra en la zona norte del pueblo, alejado del centro pero dentro del casco urbano. Es posible llegar andando, pero si lo deseas puedes acercarte en coche, hay una pequeña explanada adyacente al mismo donde poder aparcar.

El yacimiento se encuentra en altura, situado sobre un cerro desde el cual se domina el valle del Ebro y el valle del Alhama, todas ellas importantes vías de comunicación, por lo que la situación es evidentemente estratégica y ha propiciado, entre otros aspectos, que el lugar se encuentre ininterrumpidamente poblado desde el s. VIII a.C
El primer asentamiento producido en la Primera Edad de Hierro como se indicó anteriormente, se encontraba en el cerro más occidental del yacimiento, el cual se extendió a toda la superficie del yacimiento actual y dando posteriormente a la población Ilurcis, y posterior Graccurris por los romanos.
La población continuó creciendo y ampliándose, sin llegar a despoblarse durante el «bajón» del periodo tardorromano, creciendo igualmente durante la Alta Edad Media, donde en las Eras de San Martín se construyó un casería que se mantuvo hasta el s. IX, momento en el que gran parte de la población de Alfaro es trasladó a los alrededores del cerro del castillo, siendo el asentamiento que hoy conocemos como Alfaro.

El actual yacimiento nos ofrece una visión (lejana eso sí), de aquel primigenio Ilurcis… Ciertamente, y al igual que nos ocurre con el Ninfeo Romano, nos da una sensación de cierto abandono… El yacimiento se encuentra vallado actualmente, no es posible su vista y se ve desde fuera de forma muy limitada. Ignoro si ha sido posible su visita en algún momento anterior (en el interior del recinto hay algunos paneles visuales de información, con pinta de llevar ahí décadas), y no hay caminos como tal acondicionados para la visita del recinto aunque sea su exterior. Sí es posible recorrer uno de tierra a la derecha que no nos permite ver nada, o bien subir por nuestra izquierda y tener algo de visión en altura.
Toca imaginar… Y esperar que todo pueda ser restaurado para alegría de locales y visitantes, y así poder descubrir el origen de Alfaro y un yacimiento con más de 2000 años de historia.
Alfaro y las cigüeñas.
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Alfaro no es solo «la ciudad del vino», sino que también obstante el título de «la ciudad o la capital de las cigüeñas». Y es que ella son las absolutas protagonistas de Alfaro originando un fenómeno mundial único.
El tejado de la Colegiata de San Miguel no es solo una cubierta; es un completo ecosistema, albergando la mayor colonia de cigüeña blanca sobre un único edificio a nivel mundial.

Más de 120 nidos y más de 500 cigüeñas (en época de cría), habitan los tejados de la Colegiata. Una colonia que crece cada año, con enormes nidos que pueden llegar a pesar más de 500kg y que, más allá de la obvia necesidad de reforzar las cubiertas y habilitar los nidos, origina que muchas cigüeñas se hayan tenido que desplazar a otros lugares (iglesias, torres eléctricas, etc) debido a la «masificación».
Y sí, la colonia de cigüeñas en Alfaro no para de crecer año tras año, algo en lo que influye, evidentemente, la cercanía del río Ebro y del río Alhama, y toda la huerta alfareña, la cual proporciona alimento a las cigüeñas (se alimentan de animales pequeños, roedores, insectos, lagartijas, peces…). Sin embargo, no deja de ser un aspecto muy peculiar el hecho de que las cubiertas de la Colegiata hayan sido concretamente el lugar elegido por cientos y cientos de cigüeñas para anidar… Más aún cuando las cigüeñas no son aves que, generalmente, suelan vivir en grandes colonias compartiendo espacio, e incluso nidos y comidas.

Alfaro y la Colegiata son la excepción, donde las cigüeñas muestran un comportamiento distinto, incluso «robándose» materiales de unos nidos a otros e incluso los «polluelos» (cigoñinos) cambiando de nidos sin ser rechazados por otras cigüeñas adultas. Ello propicia un entorno de estudio importantísimo a nivel mundial respecto a las cigüeñas y sus comportamientos y evolución como especie.
Torres, repisas, pináculos, cornisas, ventanas… Todo espacio resulta «atractivo» para montar un nido de cigüeña, creando una visión absolutamente espectacular que es un hecho único y propio que por sí mismo atrae la visita de miles de turistas y viajeros a lo largo del año, al igual que profesionales, para admirar (y estudiar como hemos indicado), a tales bellas aves tan características de nuestros paisajes españoles, cobrando en Alfaro su máximo exponente nivel A NIVEL MUNDIAL.
Mirador de las Cigüeñas.
Un fenómeno muy singular en la naturaleza que podemos disfrutar en Alfaro y, concretamente, en los tejados y cubiertas de la Colegiata de San Miguel como se indicaba… Eso sí, hay un punto en concreto en Alfaro desde podemos podemos divisar el espectáculo en todo su brutal esplendor…
Hablamos del Mirador de las Cigüeñas, situado en la Plaza de la Esperanza, en la parte trasera de la Colegiata. Desde donde, en altura, podemos admirar tal magnífico espectáculo. El mirador está perfectamente habilitado para ello, con césped, varios bancos, y hasta un «punto selfie» para sacarte la foto perfecta.

Desde aquí, y especialmente al atardecer al ser el momento álgido de actividad, podemos ver las decenas de nidos y las cientos de cigüeñas que se encuentren en los tejados de la Colegiata y sobrevolando la misma. Una visión simplemente espectacular, obviamente, nunca había visto tantas cigüeñas juntas… Y ya no hablemos de quien tenga la oportunidad de visitarlo en época de cría (primavera y verano), donde existe un absoluto movimiento frenético de las aves y un mayor crotoreo (sonido que hace al chocar los picos). Nosotros por época, ya pillábamos el final del periodo de cría, pero sí pudimos disfrutar de un amplio movimiento y sus característicos sonidos… ¡Espectacular!
Las cigüeñas son parte de Alfaro, parte de su identidad, conviviendo juntos desde hace siglos en perfecta armonía. Una actividad absolutamente indispensable que debes realizar en Alfaro.
Qué ver en Alfaro (La Rioja). Patrimonio monumental y religioso.
Colegiata de San Miguel.
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Como no podía ser de otra forma, el presente apartado debe comenzar sí o sí por el evidente icono arquitectónico de Alfaro, el cual no es otro que la espectacular e increíble Colegiata de San Miguel.
Situada en la Plaza de España y centro de Alfaro, fue el primer monumento que visité en la localidad, y no podía comenzar mejor. Monumento Nacional desde 1976, supone el santuario más grande La Rioja e, importante, es la única colegiata de España realizada completamente en ladrillo :O.
Bien, en 1544 se decide que es necesario sustituir la Iglesia de San Miguel de Arriba, la cual estaba a punto de desmoronarse debido a su estado en ruinas. Así, tras iniciar los procesos correspondientes por parte de la diócesis, en 1562 se inicia la construcción del proyecto, el cual como suele ocurrir, fue cambiando y remodelándose con el paso de los años… Tanto es así, que se tardó más de 100 años en construirse, abriendo sus puertas ya en el s. XVII.

Una absoluta y colosal obra maestra del barroco aragonés con casi 3000 m2 que pensaríamos, con total razón, que tiene categoría de catedral… Desde su escalinata accedemos a la fachada en ladrillo, de estilo clasicista y 45m de altura con tres grandes portadas que dan acceso a la nave mayor y a las dos laterales, fachada enmarcada por dos torres de 50m de altura conformadas por cuatro cuerpos (los tres primeros cuadrados, el cuarto es octogonal), y rematadas por chapiteles.
El interior es una absoluta maravilla, con un patrimonio espectacular. De planta rectangular, con tres naves de igual altura separadas por pilares y una cúpula central del crucero que alcanza los 31,5m de altura. El tamaño de la planta y la altura de las bóvedas nos provoca una sensación de amplitud más que importante. Aquí en el interior, es necesario hacer mención específica a los siguientes elementos que nos encontramos:
- Coro: situado en el centro de la Colegiata, es un ejemplo perfecto de las sillerías corales del Renacimiento. Se accede al mismo a través de una monumental verja barroca de hierro forjado. El coro por su parte, está construido en madera de nogal tallado de forma exquisita por Mateo de Rubalcaba.
- Retablo Mayor de San Miguel Arcángel: una maravilla, una preciosidad… Aquí se encuentra la imagen de San Miguel, de Gregorio Fernández de 1635.
- Sacristía: donde se conservan artículos y piezas de importante valor histórico, como un crucifijo barroco de marfil del s. XVII.

Por último, reseñar brevemente las 12 espectaculares capillas que encontramos en los laterales:
- Capilla de San Juan Bautista: retablo con columnas salomónicas y la imagen de San Juan Bautista, de Mateo de Rubalcaba. Destacando la pila bautismal original de la época.
- Capilla del Dulce Nombre de Jesús: espectacular cuerpo con columnas invertidas y salomónicas, realizada por Juan de Arregui. Imágenes de obispos santos y lienzo de la Virgen.
- Capilla del Amor Hermoso: retablo del s. XVII con diversas imágenes y hornacina central con imagen barroca de la Virgen
- Capilla de las Ánimas: retablo con imágenes de ángeles, cuadros, urnas, y esculpidas en alabastro las ánimas del purgatorio.

- Capilla de San Roque: retablo dedicado al Patrón de Alfaro con una talla de escuela napolitana, y escultura de San Ezequiel.
- Capilla de San Ildefonso: espectacular capilla con varios frescos, con referencia a la Virgen del Pilar, y con una verja en tres cuerpos. También encontramos un retablo barroco, hornacina y sepulcro.
- Capilla de Nuestra Señora del Rosario: retablo barroco con la coronación de la Virgen y diversas pinturas de la escuela del Greco.
- Capilla de San José: retablo de Juan de Arregui, con un cristo gótico del s. XIV traído de la desaparecida Iglesia de San Miguel de Arriba. Frescos con referencias a la Huida de Egipto y el Sueño de San José.

- Capilla de los Desposorios: retablo de alabastro dedicado a la Virgen María, diversas imágenes góticas, y escudo de los Pueyo.
- Capilla de San Joaquín y Santa Ana: retablo idéntico al de la Capilla de las Ánimas, y otro retablo clasicista del s. XVII. Destacable también el cuadro del Cristo de las Horas, barroco del s. XVII.
- Capilla del Santo Entierro: retablo rococó del s. XVIII y columnas corintias, hornacina y un cristo yacente.
- Capilla de San Esteban: retablo neoclásico con hornacina donde aparece San Esteban, de Mateo de Rubalcaba, y diversos cuadros.
Iglesia de Nuestra Señora de Burgo.
Sin duda, la Iglesia de Nuestra Señora del Burgo es una de las más importantes y conocidas de Alfaro. Eso sí, ten cuidado ya que «te la puedes pasar»; se encuentra situada en pleno centro de la ciudad en una estrecha calle. Del s. XVII, construida en ladrillo y de estilo clasicista y barroco, fue levantada sobre un solar que Don Sancho García poseía en el barrio.

Portada de piedra con hornacina superior con Nuestra Señora de los Ángeles, la torre es de cuatro cuerpos, cuadrados y octogonales. El interior es de una nave en tres tramos, con crucero y capillas… Y aquí podemos destacar tanto el precioso retablo mayor (obra de Juan Francisco Villanova y con distintas hornacinas e imágenes), y la Capilla de la Virgen del Burgo, la cual es la Patrona de Alfaro, siendo una figura de estilo gótico del s. XIV.
Sin duda, una visita más que recomendable, ¡no te pierdas el interior!
Iglesia y Convento de San Francisco de Asís.
Construida por Domingo de Aguerri en 1642 en ladrillo con fachada clasicista flanqueada por dos torres y toques barrocos, es sin duda una de las iglesias más llamativas y majestuosas de Alfaro gracias a su tamaño y características. En la fachada principal exterior encontramos dos hornacinas con imágenes de San Francisco y la Inmaculada.

En el interior, encontramos una sola nave con capillas, crucero y bóveda, y un retablo mayor en nogal y distintas hornacinas. Aunque parte del complejo, parece ser, se ha perdido o reconvertido en gran parte con el paso de los siglos, se mantiene la estructura original y su valor.
Monasterio de la Inmaculada Concepción.
Del s. XVII, está construida con ladrillo y es de estilo clasicista. El complejo está formado por la iglesia, el convento y el jardín. El monasterio se encontraba situado alrededor de un claustro interior cuadrado. El retablo mayor es de estilo rococó del s. XVIII, albergando la imagen barroca de la Inmaculada Concepción.
La fundación del monasterio, en 1613, es debido a cuatro viudas nobles cuyo deseo era fundar un convento. El edificio que habitaron de inicio se encontraba en un estado muy lamentable, pero gracias a Doña Casilda de Padilla, la Condesa de Santa Gadea y a Doña Luisa Bonifaz, les fueron cedidas un solar donde posteriormente fue edificado el edificio actual.

Hay muy pocos datos posteriores respecto a la construcción del monasterio no obstante, iniciado por Domingo Zapata y finalizado, supuestamente, por Antonio de Olea en 1707. No obstante, hay una traza del convento fechada en 1731, cuando ya estaba construida la iglesia y la mitad del convento (faltaría la otra mitad).
Lamentablemente no fue posible visitar su interior al encontrarse cerrado y dentro de un programa de conservación por el cual están ejecutando distintas acciones
Ermita de San Roque.
Del s. XVIII y de estilo clasicista construida en ladrillo, la iglesia es de una sola nave con crucero en tres tramos, bóvedas y cúpula, con fachada clasicista encima de cuya portada de ingreso se encuentra una imagen de San Roque, Patrón de Alfaro.

En el interior, encontramos un retablo mayor rococó con diversas imágenes.
Casa de san Ezequiel Moreno.
Alfaro nos ha dado numerosos personajes relevantes e hijos ilustres, pero es necesario obviamente reseñar al, probablemente, más importante de todos ellos: san Ezequiel Moreno.
Nacido en 1848, fue monaguillo en el Convento de la Esperanza, tomando el hábito en 1864 en el Convento de Monteagudo como parte de los Agustinos Recoletos. En 1869 fue destinado como misionero en las Islas Filipinas, siendo ordenado en Manila. Tras 15 años de labor pastoral en nuestras queridas y añoradas Filipinas, fue voluntario a Colombia con diversos compañeros en la difícil laboral pastoral en Los Llanos, siendo en 1894 consagrado Obispo de Pasto.
En 1898 regresa a Europa, visita Alfaro, y vuelve a Colombia… Hasta 1905, cuando tuvo que regresar a España debido a estar muy enfermo debido al cáncer, falleciendo un año más tarde en Monteagudo.

San Ezequiel Moreno fue beatificado en 1975 por el Papa Pablo VI, y canonizado por el Papa san Juan Pablo II en 1992. Como no podía ser de otra forma, san Ezequiel Moreno es el santo patrón e intercesor de los enfermos con cáncer, siendo considerado uno de los grandes apóstoles de la evangelización de Hispanoamérica y Filipinas.
Visitando Alfaro, no podíamos menos que pasar por la casa donde nació san Ezequiel Moreno, no visitable al ser privada, pero donde en su exterior encontramos un mural en azulejos en su honor, y una placa con información del santo.
Qué ver en Alfaro (La Rioja). Nobleza y arquitectura civil.
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Plaza de España y Centro Cultural, Turístico y Medioambiental.
La Plaza de España es el «centro» de Alfaro, una amplia plaza, monumental y con mucha vida y trasiego debido a la multitud de calles que confluyen y los diferentes atractivos que nos encontramos en la misma (como puede ser La Colegiata).
El edificio que alberga el actual Centro Cultural, ubicado frente a La Colegiata y construido a mediados del s. XIX de líneas sencillas en estilo neoclásico, nos sorprende por su tamaño y, en condiciones «normales», lo asociaríamos al Ayuntamiento… Casi, pero no andamos desencaminados. Y es que hasta el año 2000 estuvo destinado a la Casa Consistorial, pero tras una profunda restauración, actualmente está destinado a acoger, entre otros: la Oficina de Turismo, diversas salas para exposiciones, y el centro de Interpretación de la Naturaleza (situado en la planta superior de la Oficina de Turismo), donde podemos encontrar amplia información de, por ejemplo; la historia de Alfaro, la Reserva Natural de los Sotos del Ebro, o de la colonia de cigüeñas existente en Alfaro (la mayor del mundo sobre un solo edificio como ya sabemos)…

De hecho, el Centro de Interpretación nos ofrece amplísima información acerca de las cigüeñas, con paneles informativos y visuales, e incluso podrás ver los nidos de las cigüeñas de cerca y en directo gracias diversas cámaras instaladas en La Colegiata, ¡muy chulo!
Palacio de los Sáenz de Heredia.
Actualmente y desde 1931 albergando el Colegio de la Congregación de las Esclavas del Amor Misericordioso, el Palacio fue mandado construir por Gregorio Sáenz de Heredia y Tejada en 1871, abuelo del fundador de la Falange Española, el propio José Antonio Primo de Rivera, hijo del General Primo de Rivera, pasó varios periodos de su niñez. También, y relacionado, reseñar que Gregorio Sáez de Heredia y Tejada fijaría en 1886 su residencia en Madrid para mejorar la educación de su hija, Casilda Sáenz de Heredia, la cual se casaría con Miguel Primo de Rivera (presidente de España de 1923 a 1930).

Un complejo ciertamente de importantes dimensiones, que podía haber sido más grande inclusive si hubieran podido comprar las casas adyacentes (los vecinos se negaron a vender). Precioso Palacio que tardó en construirse casi 7 años debido a diversas vicisitudes y levantado en el lugar donde anteriormente existía una casona que albergó a Felipe V durante breves estancias que realizó en Alfaro en 1711. De hecho, y como testimonio recuerdo de tal hecho, en el vestíbulo interior del edificio se guardan unas gruesas cadenas.
Palacio Remírez.
El Palacio se encuentra en el antiguo solar de los Antonianos, que posteriormente sería el Convento de los Agustinos Recoletos en 1824.
Nos encontramos ante otro espectacular edificio y Palacio relevante de Alfaro (que esperar recuperar días mejores sin duda tras décadas de abandono y deterioro), donde por ejemplo se formó San Ezequiel Moreno en el s. XIX.
Casonas, Casas Señoriales y Palacios.
Pero hay mucho más, y es que el centro de Alfaro se encuentra salpicado de toda suerte de casones con mayor o menor relevancia histórica, muchos de ellos hoy perdidos o convertidos en viviendas, como es el caso del Palacio Araciel (en estado de ruina, se preserva la fachada original pero se convierte en viviendas particulares), u otras casas señoriales de los siglos XVII y XVIII que han podido llegar hasta nuestros días y que, en ocasiones, descubrimos gracias a alguna indicación en las fachadas o escudos o blasones nobiliarios.


No te olvides, según caminas recorriendo el centro de Alfaro, de mirar hacia arriba, así podrás encontrar pintorescos balcones o cornisas de ladrillo rojo que son una obra de arte.
Murales.
Alfaro evidentemente no es famosa por sus murales y grafitis, pero si es cierto que en los últimos años se ha realizado una apuesta importante por el arte urbano. gracias a la Asociación de Mujeres de Alfaro (Adema), con la creación de distintos murales repartidos por la ciudad para devolver y recuperar esa «vitalidad» a algunos rincones.
Así, desde 2003 y en Mayo de forma casi anual, se han realizado diversas ediciones para «embellecer» la ciudad, y no solo mediante murales, sino también con esculturas como por ejemplo la llamada «Tres en vuelo», diseñada por el artista alfareño José Ángel Tarragona como un homenaje a las cigüeñas de Alfaro, de 6m de altura, y que podemos ver en una de las rotondas de entrada al pueblo (situada entre el Hotel Palacios Alfaro y la Plaza de Toros).


En 2019 se puso en marche el proyecto Decor Alfaro, aquí sí, con distintos murales… Alguno relacionado, evidentemente y como no podía ser de otra forma, con las cigüeñas…
Reseñando por ejemplo, el gran y espectacular mural que encontramos en la parte trasera de la Colegiata de San Miguel, o el que nos encontramos en la Calle Esperanza en un muro que da a un solar (del 2020 y realizado por el artista alfareño Adrián Pereda, en homenaje a la cigüeña y a la mujer).


También, y aunque de temática distinta (taurina en este caso), es posible encontrar diversos murales en los alrededores de la Plaza de Toros, o un mural referente a las danzas regionales, realizado en 2019 por el artista georgiano (y su hijo) Zaza Papidze.
Pero hay más repartidos por la ciudad… Te animo a descubrirlos callejeando ;).
Mirador de la Cruz (Castillo de Alfaro).
No se encuentra señalizado pero es muy fácil llegar en coche (recomendable), siendo posible aparcar a los pies del mirador… Bien, nos encontramos situados en el Monte Tambarria, de 374m de altitud y el punto más alto de Alfaro (realmente estamos dentro del casco urbano).

El mirador está construido junto a los restos de una antigua torre-fortaleza y castillo medieval y la ya desaparecida Colegiata de San Miguel de Arriba. Hoy apenas encontramos unos pequeños vestigios (ni castillo, ni torre, ni colegiata, pero los sillares del castillo fueron reutilizados para construir las bases de la Colegiata de San Miguel), presididos por una Cruz y un mirador (y el depósito de agua) que nos permite contemplar Alfaro en toda su extensión, con vistas que nos llevan por toda la comarca.
En absoluto prescindible, es totalmente recomendable acercarse unos minutos hasta aquí para admirar nuestro entorno y sacar fotos chulas, incluyendo La Colegiata y las cigüeñas ;).
Paseo La Florida.
Desde hace más de un siglo, el Paseo La Florida es uno de los espacios y parques urbanos más queridos y habituales de los alfareños. Con árboles, césped, bancos y hasta un quiosco de música, está flanqueado por una serie de casas que fueron construidas en 1955 por el arquitecto modernista José Antonio Corrales y que, en su momento, fueron viviendas de profesores para el Instituto Gonzalo de Berceo.

Hoy encontramos varios colectivos, asociaciones, la Policía Local o el Albergue Municipal de Peregrinos… Un entorno que supone ciertamente un agradable paseo en un pequeño pulmón verde, en el centro de la población. Reseñar también que en un extremo del Paseo La Florida, encontramos un monumento a San Ezequiel Moreno, ya reseñado anteriormente. ¡Ah!, y sin olvidar que el Paseo de la Florida acoge cada año el evento Bodegas en la Calle ;).
La antigua cárcel y el actual albergue.
La cárcel de Alfaro pasó en su momento por varias localizaciones, siendo su último lugar el Convento de San Francisco. Finalmente, en 1867, se construyó el actual edificio como cárcel, siendo actualmente reutilizado como el Albergue del Río Alhama, manteniendo la estructura interior original del complejo, readaptando lo que anteriormente fueron celdas, cocinas, comedores, etc. Incluso cuenta con un parque infantil en los terrenos adyacentes donde estuvo la antigua casa cuartel de la Guardia Civil.
Plaza de Toros.
Inaugurada en 1925 y con aforo para más de 5000 espectadores, se encuentra localizada a la entrada de Alfaro (y frente al Hotel Palacios Alfaro), siendo una de las más importantes de La Rioja.

Construida por la empresa bilbaína Gamboa y Domingo, y como curiosidad indicar que un gran número de vecinos de Alfaro colaboraron en la construcción, adquiriendo en contrapartida acciones de la misma.
El río Alhama y La Lavandera.
El río Alhama nace en la sierra de Almuerzo en Soria, afluente de la margen derecha del río Ebro, recorriendo tierras de Soria, Navarra y La Rioja, y pasando por Alfaro, siendo parte del paisaje de la ciudad.
Es posible recorrer varios de sus puntos en zonas habilitadas, como por ejemplo en un acceso muy cerquita de la Plaza de Toros, donde encontramos una pequeña plaza con acceso al entorno del río Alhama, con un puente de madera que cruza el mismo (aunque se necesita un poco de limpieza en la zona, ya que olía muuuy mal a agua estancada putrefacta).

En este pequeña plaza encontramos también la escultura de La Lavandera, siendo otro icono histórico de Alfaro. Realizada por el artista local José Ángel Tarragona y donada al municipio por la Asociación de Mujeres de Alfaro (Adema), es una escultura con una importante carga histórica al igual que simbólica…
Representa, evidentemente, a una lavandera, y es un homenaje que honra a las distintas generaciones de mujeres alfareñas lavanderas que durante siglos acudían a lavar la ropa en el lavadero que justo aquí se encontraba, y que fue sepultado en 1979 al realizar unas obras urbanas. Mujeres que tenían un papel fundamental en la vida diaria y cotidiana de Alfaro y que ahora reciben su más que merecido homenaje.
Letras de Alfaro.
Y no podía faltar… En el Parque de la Estación de Autobuses situado en la entrada a Alfaro entre la Plaza de Toros y el Ninfeo, encontramos una escultura de enormes letras con el nombre de la localidad, y que nos da la bienvenida a la misma.

Obra de Maite Liroz, fue financiada al 50% por el Ayuntamiento de Alfaro y la Asociación de Mujeres de Alfaro (Adema). Obviamente, no te puedes ir de Alfaro sin sacarte la correspondiente foto con la escultura ;).
Reserva Natural de los Sotos del Ebro.
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A las afueras de Alfaro (a apenas unos minutos en coche vaya), se encuentra un entorno natural absolutamente espectacular que nos ofrece un paisaje de enorme valor ecológico y que supone una visita más que recomendable en nuestro recorrido por Alfaro si dispones de un mínimo de tiempo.
Hablamos de la Reserva Natural de los Sotos del Ebro (o de Alfaro). Según llegamos en coche a su acceso principal (hay parking de tierra habilitado), podemos disfrutar ya directamente de un entorno natural privilegiado, con vistas al Ebro y varios paneles informativos acerca del lugar donde nos encontramos, flora y fauna. Igualmente, en este punto comienzan varias rutas senderistas y de ecoturismo (que, lamentablemente y por tiempo, ya no podíamos realizar).

Y es que, la Reserva Natural de los Sotos del Ebro fue declarado Reserva Natural en 2011, abarcando una zona protegida de 476 ha de importante valor ecológico con amplias llanuras y meandros, y compuesta por el tramo de bosque de ribera mejor conservado del Ebro en La Rioja, siendo una de las últimas zonas de La Rioja donde podemos encontrar tal tipo de bosque compuesto por una flora como: álamos, chopos, sauces, fresnos, olmos, etc… Y una fauna con una amplísima variedad de especies de peces, anfibios, reptiles, mamíferos, aves… Destacando por ejemplo: el barbo o el fraile, la culebra viperina, diferentes especies de galápagos, diferentes rapaces, el gato montés, la nutria o el visón europeo.
Igualmente y como es obvio, los Sotos del Ebro ofrecen una función importantísima como entorno de alimentación y refugio para las distinta y amplia representación de aves migratorias que se dan cita durante distintos periodos del año, al igual que para las cigüeñas de Alfaro como bien sabemos…

En fin, la Reserva Natural de los Sotos del Ebro nos ofrece un entorno natural muy singular, que hará las delicias de todos los amantes de la naturaleza, de la fotografía, y de los amantes del senderismo, ofreciéndonos distintas opciones senderistas para recorrer el entorno, o el completo sendero circular, el cual nos ofrece una ruta de 11,7 km de baja dificultad (también puede realizarse con bici). Recomendable no obstante pasarse por el Centro de Interpretación de los Sotos del Ebro en Alfaro, donde podremos encontrar amplísima y detallada información de lugar, también con medios audiovisuales.
Enoturismo y gastronomía.
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Alfaro se encuentra situada en una de las regiones vitivinícolas más importantes de España, y su gastronomía es un reflejo evidente de su tierra. Nos situamos en la Denominación de Origen Rioja, en un paisaje y entorno salpicado por miles de hectáreas de viñedo que, gracias a las características de la tierra y el clima seco y cálido, producen vinos espectaculares, con cuerpo, maduros y mostrando las peculiaridades propias de la tierra.
Así, en Alfaro todo gira alrededor del mundo del vino, siendo posible disfrutar de una amplia variedad y surtido de experiencias enoturísticas… La ciudad cuenta con varias bodegas, siendo posible realizar visitas para conocer sus instalaciones, historia, etc, al igual que, evidentemente realizar catas y probar sus espectaculares caldos.
Igualmente y como es obvio, en Alfaro podemos disfrutar de sus vinos y la experiencia enoturística en absolutamente cada rincón, por lo que en todo el ámbito gastronómico de la ciudad (o tiendas de productos), podemos probar los vinos de la tierra, al igual que disfrutar una vez al año del evento Bodegas en la Calle (el cual disfrutamos), donde las bodegas sacan sus mejores caldos a la calle para degustación de locales y visitantes, acompañados por comida, música y más acciones.

En lo que respecta a la gastronomía propiamente dicha, la cocina alfareña se basa en gran medida en la calidad y variedad de su huerta, con producto local y de temporada, siendo de una calidad excelente y muy apegada al terruño (como el vino). La localidad nos ofrece multitud de opciones de restauración (y de calidad espectacular y para todos los gustos y bolsillos), donde probar los productos y platos más típicos de Alfaro, la comarca, y La Rioja…
Podemos destacar los platos con verduras y hortalizas, como la menestra de verduras, alcachofas, espárragos, borraja, guisantes, alubias, judías verdes… Y también los deliciosos pimientos del piquillo asados o/y rellenos.
Igualmente, aunque la huerta es la que destaca, las carnes locales no se quedan atrás, con espectaculares platos de carne de caza y carnes asadas o guisadas de cordero o cabrito (y conejo).

No obstante, y más allá del producto en sí, auténtica marca de la cocina local como indicaba, no podemos olvidarnos de los platos tradicionales riojanos que, evidentemente, podemos encontrar en Alfaro, como la ya citada menestra de verduras, las contundentes patatas a la riojana, el emblemático guiso de pochas con codornices, la «sencillez» de los huevos a la riojana, el currazo de preparación del bacalao a la riojana (con pimientos), las chuletas asadas de cordero al sarmiento (acompañadas con un buen tinto)… ¡Todo es una maravilla! ;).
Y finalizando con el postre típico de la ciudad y auténtica joya de la repostería de Alfaro: el Ruso de Alfaro, siendo un hojaldre de almendra relleno de crema, ¡buenísimo, no podrás comerte solo uno!





