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Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc).

Visitar, qué ver y qué hacer, en Francia (Toulouse, Lourdes).

Día 3 – 21.07.13: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Visitar, qué ver y qué hacer.

CRÓNICA: Día 3 – 21.07.13: Francia (Toulouse, Lourdes). Llegamos a Toulouse, ciudad con amplia e interesante historia presentando legados romanos y medievales que no me motivaba de forma especial, pero que finalmente me convenció parcialmente gracias a sus atractivos: la Catedral de St Etieene y su mezcla de estilos, el barroco Palacio Niel, la Iglesia de Nuestra Señora de la Dalbade y su Virgen Negra, el espectacular Convento de los Jacobinos, el Hospital y la Capilla de la Grave… Para después dirigirse al precioso y auténtico Jardín Japonés, finalizando con la visita a la obligatoria e histórica Basílica de St Sernin y el Capitolio; centro neurálgico de la ciudad. El día continua en una ciudad mágica con un encanto especial: Lourdes, donde todo gira alrededor del Santuario de Lourdes y Bernadette, pero no es lo único: el caudaloso y ruidoso Río Gave de Pau, la Plaza Peyramale y la Iglesia del Sacre Coeur, su burgués Ayuntamiento o su espectacular Castillo medieval son buena prueba de ello. ¡Un día largo y completo!

¡Nuevo día por delante! Tras un día espectacular ayer visitando Carcasona, había dormido y descansado medianamente bien, lo iba a necesitar para un día bastante largo… Una duchita, a recoger todo y ¡¡¡vamos que nos vamos!!!

Al irme y hacer el checkout, había una pareja con niños española delante de mí, por lo que me tocó esperar unos minutos. El owner del hotel tenía un pequeño «despacho» (vamos, que es su casa), en la planta baja a la izquierda de la entrada, todo muy desordenado la verdad xD. En fin, tocó mi turno, realicé el checkout, intercambié unas palabras con el hombre (hablaba un «correcto español»), y tocaba marcharse…

Al coche y a la carretera… Y a pagar peajes claro xD, hasta las pelotas de los mismos…. ¡es que se te va una pasta brutal! En fin, por suerte Toulouse está «cerca» al menos, y no iba a ser un viaje, trayecto, muy pesado. Además, y como no había desayunado en el hotel antes de salir, paré en un área de servicio bastante chula (y así echaba una meadita también xD), para desayunar parte de la comida que me había dejado para hoy y que compré ayer. Básicamente patatas fritas (sabor pizza xD), y un «combinado» de salchichón, chorizo, aceitunas y bocaditos de salmón y queso, buen desayuno sí jaja.

En fin, tras mear y comer, continué el rumbo a Toulouse… Ciudad a la que llegué sin mayor inconveniente y, siguiendo indicaciones del «centro», me planté en el mismo centro sí, en la Plaza del Capitolio xD, aparcando en el parking que aquí se encuentra justo debajo de la plaza. Ciertamente Toulouse no me motivaba en exceso, al igual que había leído y me habían contado que la ciudad… pues eso; que no era muy motivante, ni muy segura tampoco… En fin, vamos a ver… por mi ruta, era lógico que pasara por Toulouse, y obviamente siempre y cuando exista tiempo, tenía que visitar la ciudad ;). Me dirigí a la Oficina de Turismo que se encuentra a espaldas del Capitolio, pillé un mapita, en 3sg mi coco realizó la ruta a seguir, y a comenzar…

Toulouse es la cuarta ciudad más poblada de Francia y la ciudad más importante del sur del país. Debido a su localización, es una de las ciudades más visitadas en Francia y presenta algunos interesantes legados culturales e históricos, como gran parte de su trazado romano y medieval. Sin embargo, Toulouse es más conocida por ser localización de importantes multinacionales en el ámbito de las telecomunicaciones, medicina, etc, y especialmente del sector aeronáutico y aeroespacial.

Toulouse presenta una amplia e interesante historia que comienza en la época prerromana en el s. VIII a.C, donde se sabe que había un asentamiento en lo que hoy es Toulouse, en las riberas del Río Garona, las cuales se aprovechaban como tierras fértiles para la agricultura. Alrededor del año 100 a.C, los romanos conquistaron el emplazamiento, dándole el nombre de Tolosa, y convirtiendo en los siguientes siglos al antiguo emplazamiento, en una importante ciudad del Imperio Romano de Occidente, la cual aguanto diversos envites de los «bárbaros»… Hasta que en el 418, por fin, y después de conquistas, abandonos, firmas de paz y concesiones… los visigodos se hicieron con la ciudad, nombrándola como la capital del Reino Visigodo de Tolosa.

Sin embargo, los francos del norte, conquistaron la ciudad en el 508, obligando a los visigodos a replegarse y retirarse a Hispania, estableciéndose en Toledo. Así, se convirtió en la capital de Aquitania dentro de un entorno muy turbulento en la dinastía de los Merovingios.

A principios del s. VIII, el Islam llegó a las puertas de la región, y a las puertas de Tolosa… Éstos fueron vencidos en la Batalla de Tolosa, en el 721, una de las más importantes batallas ocurridas en Europa donde se frenó la expansión del totalitarismo integrista, al igual que en la Batalla de Poitiers en el 732, batallas que, en la parte que les toca a nivel histórico dentro de su contexto, marcaron parcialmente el devenir de la historia en el sur de Europa.

Sin embargo, y décadas después, Aquitania y Tolosa pasaron finalmente a manos de los francos… fue depuesto el último rey Merovingio, y comenzó la dinastía de los Carolingios, creando Carlomagno ya en el 781, el Reino de Aquitania, asegurándose así la lealtad de sus pobladores. Gracias a ello, Tolosa comenzó una recuperación en todos sus ámbitos, recuperando una categoría que había perdido en siglos pasados debido a las diferentes guerras y tensiones, convirtiéndose en una ciudad próspera a nivel económico y como principal línea de defensa frente a la todavía España musulmana… De defensa y de ataque, ya que realizaron importantes incursiones en España, «recuperando» zonas de Cataluña y Aragón, estableciendo así la Marca Hispánica del Imperio Carolingio.

Tras un siglo muy turbulento a nivel institucional, a finales del s. IX, Tolosa se había convertido en la capital del Condado de Tolosa y ya no volvió a pertenecer a Aquitania… Durante este periodo, Tolosa tuvo un pequeño renacer cultural como en la época de Carlomagno, pero todo fue un espejismo, ya que continuaron las guerras con los musulmanes por el sur y vikingos por el norte, provocando un nuevo retroceso hasta finales del s. XI, con el final de la dinastía carolingia y el comienzo del feudalismo.

Ya en el s. XII, con cruzados, cruzadas, catarismo y cátaros de por medio (que fueron perseguidos y casi exterminados por «herejes»), convirtieron a Tolosa en el «ejemplo» a seguir y la capital de la Inquisición y la persecución y exterminio de todo lo que era considerado hereje por el catolicismo y el Papa. Esto, y el no haber herederos, provocó que Tolosa finalmente pasara a formar parte de Francia en 1271.

En los siglos siguientes, y a pesar de la peste, Guerra de los Cien Años, inundaciones y revueltas de todo tipo, Tolosa tuvo una importante expansión demográfica, una renovación urbana y arquitectónica brutal y se consolidó como uno de los más importantes centros culturales de toda Francia, así hasta llegar a la Revolución Francesa, donde la ciudad no se vio especialmente «afectada» en ese momento, aunque sí posteriormente, y ya con Napoleón en el poder, con diversas batallas contra españoles y británicos enmarcadas en la Guerra de la Independencia en 1814.

Ya en el s. XX, Tolosa, Toulouse, tuvo la suerte de no verse prácticamente afectada por la Primera y Segunda Guerra Mundial, recibiendo decenas de miles de refugiados e inmigrantes, tanto de ambas guerras, como de la Guerra de Argelia y la Guerra Civil Española, provocando un crecimiento importante de su población y, en concreto, de españoles.

Y así hasta nuestros días, enlazando con el principio de esta breve exposición histórica para situarnos en contexto… Y tocaba… ¡comenzar! :D.

Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc).

Bueno, las 12, mapa en mano como decía, me dispuse a callejear por las calles adyacentes peatonales, dentro del trazado romano y medieval (¡me encanta!), con algunos turistas y bajo un importante sol…

Teatro nacional de Toulouse y las adyacentes Place Occitane y Place St Georges con el Hotel de Lafage, el interesante edificio del Museo de los Agustinos y, al «otro lado» de los Boulevard d’Arcole y Lazare Carnot, la también muy interesante Iglesia de St Aubin. Los citados «bulevares», consiste en una amplia avenida que, junto con el Canal du Midi, forma un anillo concéntrico en la ciudad y una de las principales vías de la misma. Entre esta avenida y el Río Garona, queda encuadrado el Casco y Centro Histórico de Toulouse; gran parte de lo que la ciudad romana y la posterior ciudad medieval.

A unos pasos, en el Boulevard Lazare Carnot, frente a la parada de metro de François Verdier, se encuentra el Monumento a los Combatientes, es una «puerta» de estilo romano, realizado al finalizar la Primera Guerra Mundial y que homenajea a los caídos en ambas guerras (también la Segunda Guerra Mundial), si entramos en la misma, podemos ver varios relieves interesantes.

A continuación, e igualmente a apenas unos pasos, llegué al que era el primer gran objetivo del día: la Catedral de St Etieene; la Catedral de Toulouse vamos, la cual primero bordeé para a continuación visitar su interior. La verdad es que es bastante espectacular, pero su visión resulta «rara» debido a la importante mezcla de diferentes estilos arquitectónicos… Y es que no se conoce realmente el origen de la Catedral, ya que se construyó sobre unas ruinas anteriores (de una supuesta construcción religiosa del s. III) en el s. XI, pero ha tenido tantos accidentes, reconstrucciones, añadidos y modificaciones a lo largo de su historia, que parece ser que ha sido compleja datarla correctamente, y de ahí la mezcla de tantos estilos arquitectónicos que, no obstante, le confieren un carácter muy interesante, a la par que esa visión rara xD.

Ciertamente, y a pesar de la mezcla de estilos, es posible diferenciar dos muy claros: románico y gótico (aparte de un interior barroco en gran parte ya que el anterior interior original se quemó). Y es que, curiosamente, parece ser que en el s. XVI procedieron a unirse dos iglesias… formando lo que es ahora la Catedral y esta curiosa mezcla.

Obligatoria visita en Toulouse obviamente, primero por ser la Catedral, segundo por sus características, y tercero por su interesante interior, donde destacan la nave gótica y, especialmente, el rosetón y vidrieras originales.

Además, por suerte, pude visitarla sin apenas turistas. Raro era obviamente debido a su interés, al igual que el sol estaba pegando de lo lindo, y en estos casos para evitar durante unos minutos el calor y estar en un sitio más «fresquito» (o para echarse un pequeño descanso), iglesias y catedrales son ideales ;). Frente a la fachada principal, tenemos una pequeña plaza con una igualmente pequeña e interesante fuente central rodeada de algunos edificios históricos, desde donde podemos sacar muy buenas fotos de la Catedral… ¡la verdad es que este entorno me moló mucho! :D.

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A continuación, bajé por Rue St Anne hasta el Palacio Niel, el cual fue construido en 1868 con toques clásicos y barrocos, en un lugar sobre el que se levantaban parte de las murallas de la ciudad. Está compuesto por varios edificios y presenta un interior digno de visitar a tenor de lo visto en diversas imágenes… es posible visitarlo de forma parcial si no recuerdo mal, así que si tenéis tiempo, puede ser una buena opción… actualmente alberga el Cuartel General del Ejército.

Sin duda alguna, toda esta área era la que más limpia y cuidada estaba de todo lo que recorrí en la ciudad de Toulouse, y ni un turista me encontré por aquí…

Al lado del Palacio Niel, y ya al final del Boulevard Lazare Carnot (aunque realmente acaba en el Monumento a los Combatientes), se encuentra la Grand Rond y el Jardín Royal, los cuales son parte de los más de 160 jardines públicos que tiene la ciudad… o eso dicen, ya que realmente por el centro no se ven muchas zonas verdes que digamos… No obstante, ambos jardines merecen un paseíto tranquilamente por ellos (es una pequeña zona realmente), y al lado se encuentra el también Jardín de las Plantas (bastante más interesante con varias esculturas y una importante variedad de plantas), el cual se encuentra frente a (bueno, es parte de) la Facultad de Ciencias y el Museo de Historia Natural. Caminando por el jardín, había bastantes parejas con niños montando en bici y, justo en la zona que da al museo, se pueden ver varias representaciones de esqueletos de dinosaurios colocados de forma estratégica entre la vegetación. Obviamente esta parte está vallada para que no puedan ser objeto de destrucción por parte de los niños, los cuales flipaban viéndolos xD.

Bien, continué caminando por Allees Jules Guesde (toda la avenida estaba en obras), pasando por el Teatro Sorano y la Iglesia de St Exupery, ambos adyacentes al Museo de Historia Natural. La Iglesia de St Exupery es otro lugar a visitar en Toulouse, construida en 1623 en estilo barroco, presenta un exterior muy simple y nada llamativo (y menos para ser barroco) donde sí destaca el precioso monumento vallado que da a la calle, y un interior realmente interesante (en especial la nave central, las capillas y las diferentes pinturas) y que, por desgracia, no pude visitar al estar cerrado, lástima :(.

Continué unos metros hasta llegar al Palacio de Justicia y girar a la derecha por la Rue de la Fonderie hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Dalbade, del s. XVI y que por desgracia tampoco pude visitar al estar cerrada… Eso sí, su pórtico es espectacular ciertamente, provocando un contraste importante con el resto de la construcción en ladrillo rojo… Me crucé con un par de turistas aquí que, como yo, se mostraron contrariados al no poder visitarla… es lo que hay. Un par de turistas y nada más… eran las 14 pasadas y todo el mundo estaría comiendo… perdón, comiendo no, que habrían comido a las 12 xD… trabajando, echándose una siesta… a saber xD, el caso es que hacía muuucho calor y no había absolutamente nadie por las calles…

Proseguí el camino, dejando a mi derecha el histórico edificio del Hotel Assezat y a mi izquierda la Iglesia de la Daurade (ya en la ribera del río). La Iglesia, más bien Basílica, fue terminada a finales del s. XIX, sobre la base de una antigua iglesia románica. Su exterior no es nada llamativo, pero su interior guarda una de las imágenes más importantes de Toulouse, que no es otra que una Virgen Negra… Pero… ¿adivináis qué?, sí, estaba cerrada y no la pude visitar…

En fin, mi siguiente objetivo en la zona se encontraba a unos minutos de aquí, callejeando por algunas calles peatonales y otras abiertas al tráfico, donde había un poco más de movimiento a tenor de algunos restaurantes que vi por la zona (ya con la sobremesa para aquellos que habían comido tarde), aunque también había bastante «personaje» por aquí… Y así llegué a otros de los objetivos a visitar en Toulouse como indicaba: ¡el Convento de los Jacobinos!

Obligatorio a visitar sin duda, es quizás el lugar donde más turistas me encontré en mi visita a Toulouse. Construido en ladrillo rojo, es grande, muy grande y ciertamente de estructura llamativa, viéndose desde lejos según te vas acercando a el por la pequeña calle sin salida que da a parar al Convento y a la pequeña plaza arbolada a su izquierda. Fue construido en varias fases a lo largo dos siglos, desde el 1230, aunque ha sido restaurado parcialmente, en concreto el exterior… Cierto es que su exterior puede parecer vetusto, poco llamativo si no fuera por su grandiosidad, pero su interior es simplemente espectacular, presentando un gran claustro con una bóveda de 22m de altura, «aguantada» por una columna cuyos distintos brazos que soportan la bóveda son simplemente espectaculares, la visión es digna de todas las fotos que los turistas y viajeros estábamos sacando allí :O.

No obstante, el Convento en sí es más conocido, y famoso, por albergar los restos de Santo Tomás de Aquino, importantísimo teólogo y filósofo del s. XIII cuya obra teológica y visión de la metafísica y los clásicos griegos, influenció sobremanera en el catolicismo y la filosofía en siglos posteriores, hasta nuestros días…  Seguro que los que habéis hecho COU, independientemente de aquel que haya estudiado filosofía o/y teología, lo recordáis jeje.

En fin, visita con tranquilidad al Convento y su entorno, algunas fotillos y tocaba continuar…

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Volví sobre mis pasos hasta la Iglesia de la Daurade. Sus alrededores estaban en obras, ya que parece ser que estaban convirtiendo toda la zona en peatonal… Pero la verdad es que todo era un caos; muchas zonas valladas y tenías que dar una vuelta de flipar, muchísima suciedad… y mogollón de gentucilla en esta zona, especialmente una pequeña plaza que aquí se encontraba con bastantes «personajes» sin oficio ni beneficio que se dedicaban a echar un ojo a los turistas, no me moló mucho la verdad… Al menos desde aquí, al estar en altura, tenemos buenas vistas de ambas riberas del Río Garona, el cual «parte en dos» la ciudad y es navegable, habiendo sido partícipe de la evolución histórica de la ciudad (además, ¡el Río Garona nace en España!).

Bajo mí, tenía un pequeño lugar de atraque de barcos turísticos para recorrer el Río, y a unos metros, el Puente Neuf que cruza el Río Garona, lugar al que me dirigía… El Puente (con sus característicos pilares y ladrillo rojo), es el más antiguo de la ciudad, finalizado en 1632, y antiguamente era la principal entrada a la ciudad. Desde el centro del mismo, podemos sacar algunas de las mejores instantáneas de Toulouse y de ambas riberas y sus diversos atractivos, y es que no son pocos los que tenemos «al otro lado».

La verdad es que todo el entorno que nos encontramos a este lado del Garona está muy bien cuidado, monumental y cultural, y mucho más tranquilo; había menos turistas y más locales, en especial más gente joven y parejitas. En primer lugar, nada más cruzar el Ponte Neuf y a mi izquierda, se encuentra el Parque de la Prairie des Filtres; un interesante y cuidado parque donde se suelen celebrar distintos eventos musicales. También podemos ver el Chateau d’Eau, un pequeño «faro» que actualmente es una galería con diversas exposiciones… Eso a un lado, al otro tenemos el Hotel Dieu St Jacques; el antiguo hospital de peregrinos, una importante mole pegada al río y el cual tiene unos jardines preciosos que bien merece recorrerlos.

Continué caminando por la Rue de la Republique hasta la Plaza de St Cyprien (que da nombre al barrio). Las 16… había bastante hambre, no comía nada desde por la mañana, vi un Subway… y la tentación (y el hambre) me pudo xD. He de reconocer que me encanta el Subway, siempre que me encuentro alguno en cualquier viaje… tengo que comerme un bocadillo, aunque sea medio y el más baratito, pero me encantan xD. Pues nada, al Subway, comer algo, descansar un poquillo y ahora, ya con el estómago algo más tranquilo, tocaba continuar…

Giré a la derecha por Allee Charles De Fitte hasta Les Abattiors; el antiguo matadero municipal y edificio perfectamente reconocible por su fachada de ladrillo rojo y amplios ventanales… Sí, típico edificio reconocible con función de matadero o mercado, me recordaba al Matadero Madrid (salvando las diferencias claro). El antiguo matadero está rodeado por el cuidado Jardin Raymond VI, y a espaldas del Jardín, se encuentra el brutal complejo del Hospital y la Capilla de la Grave.

Las primeras referencias al mismo son de finales del s. XII, aunque no queda nada del complejo original, que fue reconstruido y ampliado a lo largo de los diferentes siglos, siendo importante en el s. XVII en plenas plagas de la peste. La verdad es que el complejo es grandioso, pero la cúpula de la Capilla se lleva la palma gracias a su altura… Y es que desde el otro extremo del Río Garona, antes de cruzar el puente, se divisa de forma reconocible, siendo igualmente reconocible en el skyline de la ciudad, sin duda uno de los puntos de referencia.

Yo bordeé todo el complejo por el lateral que da al río, ya que tienen montado una especia de pasarela-puente en altura por el que puedes pasar, salvando la altura del río y desde donde tienes unas vistas cojonudas del mismo y de la otra orilla, ideal para sacar algunas fotillos.

Al llegar al otro lado, justo frente al Puente St Pierre, nos encontramos frente a la Capilla, lugar en el que hay un pequeño parking y, entre éste y el Hotel Die St Jacques, una amplia explanada donde se encuentra la llamativa noria de Toulouse, otro icono identificable de la ciudad.

El paseíto había terminado en la zona; en el barrio de St Cyprien, una de las zonas más agradables para visitar en Toulouse como indicaba, y además con apenas turistas ya que no se suelen acercar hasta aquí… Todavía quedaba día en Toulouse e interesantes atractivos, así que tocaba seguir…

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Crucé el Puente St Pierre hasta la otra orilla. A mi derecha se encontraba una calle peatonal que me llevaría directo hasta el Capitolio, pero eso llegaría más tarde… Yo me dirigí a la izquierda, dejando a mi derecha la Iglesia de St Pierre des Cuisines y la Iglesia de St Pierre des Chartreux (toda la zona estaba también en obras), y bordeando el Canal de Brienne, que confluye junto al Río Garona (bueno, su lateral, que llega hasta el Atlántico) y el Canal du Midi en Toulouse. De éste último, Patrimonio de la Humanidad y obra importantísima de ingeniería fluvial, hablé en la crónica de ayer en Carcasona.

Subí por el Boulevard Marechal Leclerc, una agradable avenida arbolada en cuyo lateral derecho, cruzando un pequeño jardín y un caminito de tierra, había un edificio, parece ser abandonado con unos grafitis brutales y súper llamativos en toda la fachada, fotillo y continué unos pasos hasta el Boulevard Lascrosses, que enlaza con otras dos avenidas, llegando finalmente hasta el Monumento a los Combatientes, casi donde comencé esta mañana mi rutilla en Toulouse. Toda esta zona era bastante nueva, se notaba por los edificios de oficinas de acero y cristal que tenía frente a mí… Detrás de ellos se encontraba el Palacio de Congresos y el Palacio de los Deportes, pero mi objetivo era el Jardín Japonés, que se encuentra a la izquierda y tras el Palacio de Congresos… simplemente cruzar la calle y me encontraba en el xD.

Sinceramente, era uno de los lugares que más ganas tenía de conocer en Toulouse. Había visto imágenes del jardín antes de venir y había leído buenas opiniones… vamos, que sí parecía ser un «auténtico» jardín japones, y no un simple sucedáneo cutre… vamos, que daba el pego xD, además, pocos turistas se acercan hasta aquí…

Y sí, sin duda recomiendo que, si visitas Toulouse, te acerques por el Jardín Japonés. Un pequeño oasis en la ciudad, un pequeño remanso de paz… auténtico, muy auténtico, que te traslada por un ratillo a Japón… A ese Japón que me encanta y que adoro, un Japón que durante el ratazo que estuve en el Jardín Japonés, lo vi reflejado en el mismo de forma muy fiel; en su ambiente, en sus formas, en sus representaciones, en su entorno, en su simbología, en su limpieza, en su orden y simetría, en lo que transmite… Si te sueltan ahí en medio sin saberlo, sin gente a tu alrededor… probablemente durante unos segundos (quizá minutos) pensarías que estás en Japón…

Venga va, no exageremos xD, pero en serio, está muy logrado, presentando toda los elementos habituales… En especial el pabellón de té con vistas a un pequeño lago (con carpas) y el típico-tópico puente rojo de madera. Todo rodeado de amplia vegetación de plantas y árboles japoneses (arce, bambú, pino, etc) y, tras el jardín japonés, un «pequeño» jardín seco rastrillado. Pero hay más, ya que también podemos encontrar alguna linterna de piedra e, inclusive, una estatua de ¡Taisen Deshimaru!, el cual no te sonará (a no ser que te interese y estés algo metido en el tema, como es mi caso, en el budismo, y más concretamente, en el budismo Zen, y más concretamente en el budismo Zen Soto xD, tengo yo unos cuantos libros del amigo…). Sin duda, una grata sorpresa encontrarme la estatua…

En fin, una agradable visita y un agradable paseo por un típico jardín japo de contemplación y paseo en mitad de Toulouse. Fueron unos instantes reconfortantes, de tranquilidad, de paseo sin prisas, de contemplación sin más, de una breve introspección… Además, por suerte, apenas había turistas. Eso sí, hubo un momento que se me acercó un chico joven francés (estaban con un grupo más grande, parecían universitarios), y me entregó un panfleto… Parece ser que era de una especie de «fiesta» que daban o algo así… Le hablé en inglés para indicarle que no hablo francés, soy turista y obviamente era absurdo que me diera el panfleto, que se lo diera a otra persona que lo pudiera aprovechar xD. No me entendió casi nada… él intentó hablar un poco de español, pero iba a ser que no le entendía, así que me quedé el panfleto y le di las gracias xD.

En fin, lo dicho: una agradable sorpresa en Toulouse, quizás quizás… casi seguro, lo mejor de la ciudad en mi opinión. Mira que el Parque de Yamaguchi en Pamplona está currado, al igual que el «entorno chinojapo» en Bruselas, pero sin duda, el Jardín Japonés de Toulouse es el más currado y fiel que he visto, hasta el momento, fuera de Japón.

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Las 17:30, ¡a seguir! Bueno, el Jardín Japonés se encuentra pegado al Canal du Midi, así que lo fui bordeando un par de minutos hasta llegar al complejo del Conseil General de Toulouse, lo bordeé y seguí por Rue du Canon d’Arcole, dejando a mi izquierda el Palacio de los Deportes y llegando de nuevo hasta el Boulevard Lascrosses y la Plaza Arnaud Bernard.

Mi siguiente destino se encontraba a apenas un par de minutos andando… ¡Pero ay amigos!, antes tenía que cruzar unas calles que no os aconsejo a ninguno cruzar… Por tiempo no había leído nada acerca de ello claro, siempre intento informarme de las «zonas chungas» en los lugares que visito (para intentar evitarlas como es lógico). Obviamente habrá zonas infinitamente peores en Toulouse (aquí no dejamos de estar en la zona centro), pero es que fue poner un pie aquí y darme cuenta que no debía cruzar esta zona, pero decidí continuar en lugar de bordear…

Simplemente son una serie de calles que concretan una zona bastante deprimida, de población musulmana… Ufff, no mola. Todos árabes, musulmanes, no había caucásicos (y turistas menos claro), y fue «entrar» y todos clavaron la mirada en mi persona… sabía que no debía estar ahí, sabía que era carne de cañón y sabía que no era un lugar seguro… y ellos sabían que yo era turista. Se me empezaron a acercar varios hablándome en francés… entendí lo suficiente a alguno en el sentido de «compra algo en mi tienda» o «¿quieres drogas?», o la que contestaba con un escueto «no gracias» (en francés) y aceleraba el paso… Otros me decían algo pero no entendía nada… Sin duda, era el centro de atención en ese momento, y no para bien… De hecho aceleré todavía más el paso cuando miré hacia atrás y vi que dos chicos «fornidos» estaban mirándome y, parece, hablando entre ellos sobre mí…

En fin, lo de siempre con estas zonas… Obviamente no os recomiendo caminar entre las calles situadas entre la Plaza Arnaud Bernard y mi siguiente visita: la Basílica de St Sernin.

Otro lugar obligatorio en toda visita a Toulouse, situada en mitad de una plaza (aquí ya había algún turista, pero venían por otro lado xD), es la basílica románica más antigua de Francia y un importante centro de peregrinaje, tanto en Francia, como parte del Camino de Santiago.

La basílica fue construida a finales del s. XI sobre una antigua iglesia que hoy es la cripta, a su vez construida sobre la tumba de San Sernín. Durante el renacimiento y el gótico la basílica fue ampliada, y restaurada ya en el s. XIX, aunque igualmente en siglos anteriores se perdieron partes de la misma…

Que es un importante atractivo turístico (y religioso), quedaba patente con el hecho de ser un lugar con bastantes turistas y bastante movimiento (incluidos varios españoles). Su interior también es digno de mención, y aproveché también la visita al interior de la basílica para descansar un poquito en sus bancos, y resguardarme un poco del calor… La basílica es preciosa, aunque su exterior, magnífico eso sí, parezca vetusto… e indispensable es visitar la cripta.

En fin, unos minutos de descanso y a seguir, Toulouse se acababa…

Continué mi camino por la peatonal Rue du Taur, con muchísimo ambiente y tiendas, ya que estaba en el mismo centro al lado del Capitolio. Aproveché para pillar una postalilla en una tienda, ver la Iglesia du Taur y, ahora sí, llegar a la Plaza del Capitolio, sede del Ayuntamiento de Toulouse y centro neurálgico de la ciudad, y bajo cuya plaza se encontraba el parking donde había aparcado al llegar…

La verdad es que el edificio es espectacular, en concreto su fachada, construida en 1750, aunque el resto de edificios que componen el complejo son anteriores del s. XVI. Hay una sala interior (la Sala de los Ilustres) con frescos y bustos, que está abierta al público y es posible visitarla… no en mi caso ya que se encontraba cerrada :(.

En fin, admirarlo, unas fotos y tocaba irse… Bajé al parking, puse el gps para que me guiara mínimamente en la salida de la ciudad, pagué, salí y de nuevo a la carretera… Toulouse ya quedaba atrás. Una ciudad de la que esperaba poco como indiqué al principio, nunca me hago expectativas, pero cierto es que Toulouse apenas me llamaba… Quizás por ello superó mínimamente mis pocas y malas expectativas. Sin duda, un lugar a conocer si estás por la zona o de paso, dedicarle medio día o un día entero, no más… Al final, me gustó y todo no obstante xD.

Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc).

Ufff, y el día no había acabado… Otro «paseíto» en coche hasta Lourdes… ¡qué ganas le tenía! :D. Según iba atardeciendo y caía el sol, según me iba acercando a los Pirineos por las carreteras comarcales, la temperatura iba descendiendo, sí se notaba sí…

Como era de esperar, Lourdes estaba petado no; lo siguiente… Había cogido un alojamiento en plena zona neurálgica, ahí, en todo el mogollón xD. Buena elección si no fuera porque el gps me indicaba mal… Es decir, tras entrar en la ciudad por Rue St Pierre Chaussee, me metía por todo el centro por calles peatonales o en dirección contraria, por lo que me las vi y me las deseé para poder llegar… De hecho tuve que dar una pedazo de vuelta increíble, cruzar el río, bordear el Santuario de Lourdes por Rue du Docteur Boissaire (para volver a cruzar el río y entrar por otro camino al lugar donde se encontraba mi alojamiento) y… ¡¡¡horror!!!

Ufff, en buena me había metido… iba flipando mientras dejaba el Santuario de Lourdes a mi izquierda por Chemin de la Foret (iba despacito con el coche para poder verlo)… y cada vez más gente, cada vez más gente, cada vez más gente… Imposible ir con el coche por aquí… Todas las calles adyacentes estaban MEGAPETADAS de peña, gente y gente y más gente por todos lados… Claro, yo me «asusté» xD. Pensé: «joder, a ver si esta zona es peatonal, o con tráfico rodado limitado»… pero no vi ningún cartel ni nada al respecto. Simplemente, había tantísima gente que ocupaba todas las calles, y yo me encontré ahí en medio, súper despacito y con mil ojos, ya que la peña ni se apartaba ni nada… y había muchísima gente mayor e impedida…

Ufff, lo dicho, con muuucho cuidado y despacito, qué puto agobio xD. Giré a la derecha por Avenue Bernadette Soubirous, crucé el Puente Viejo y giré a la izquierda por Quai Saint Jean, bordeando el río… Joder, mi hotel tiene que estar ahí arriba a la derecha… Pero no lo veía, es una pequeña colina con varios edificios «superpuestos», y debía estar detrás de uno más bajo y no lo podía ver… Justo aquí, al lado del río, había un parking… estaba todo libre pero era zona azul (o verde, ya no recuerdo xD), y como no había nadie me mosqueaba, obviamente había que pagar… Bueno, hay que encontrar el hotel, ¡vamos para allá!

Calles empinadas y estrechitas del infierno, me equivoqué y me metí por otra, callejeando por lugares tan estrechos que finalmente, donde pude, di la vuelta y volví sobre mis pasos, era imposible pasar por ahí… En fin, me tocó todavía dar un par de vueltas más (el puto gps no me indicaba bien), hasta que por fin encontré el hotel… Sus muertos, más sencillo no podía ser, pero el gps al no indicarme bien… y el cansancio también «ayudaría» claro…

En fin, llegué, aparqué en la puerta, hice el checkin y me dispuse a salir. Sin duda, recomiendo el Hotel Montfort para vuestra estancia en Lourdes; buena situación, precio correcto, familiar y una atención bastante personalizada, tenéis aquí una amplia review del mismo ;).

Las 21:30 pasadas… ya casi de noche pero todavía con un tímido azul vibrante en el cielo, cansado, pero con ganas de visitar una ciudad que se perdió en mis recuerdos…

Lourdes es un importantísimo centro religioso, receptor de turismo religioso, de orden mundial. En concreto desde el s. XIX, en 1858, momento en el que tuvieron lugar las visiones, apariciones y revelaciones de las que fue objeto Bernadette Soubirous. Hasta ese momento, Lourdes había sido una ciudad fortificada defensiva durante la Edad Media, con relativa importancia histórica a lo largo de los siglos como línea defensiva frente al Islam, no obstante, la ciudad fue conquistada por los musulmanes, y aquí entra una historia curiosa, o más bien una leyenda que tiene a Carlomagno como protagonista… Y es que parece ser, que de vuelta de tierras hispanas, Carlomagno puso sitio a una Lourdes ocupada por los musulmanes. Durante el sitio, un águila sobrevoló la ciudad y dejó caer una trucha en el lugar… recogieron la trucha y se la devolvieron a Carlomagno indicando que «no la necesitaban al tener provisiones», Carlomagno envió a un obispo y convirtió al líder musulmán al cristianismo (¿?).

En fin, hoy Lourdes es una pequeña ciudad de apenas unos 16.000 habitantes que vive del turismo y el movimiento económico que genera el Santuario de Lourdes (y del cual hablaré mañana detenidamente cuando lo visite). Obviamente una ciudad masificada que, no obstante, está preparada para toda esa masificación a tenor de que su estructura empresarial está dirigida a esa tipologia turística, presentando una abundante oferta respecto a turismo, hostelería, gastronomía y restauración (y las poblaciones cercanas claro).

Y cierto es que Lourdes es una ciudad mágica, tiene un «encanto especial», reflejado en esas callecitas de trazado medieval (aunque apenas quede alguna suelta original xD), esa iluminación tenue de la ciudad con ese cielo azul oscuro previo a la oscuridad, ese Castillo iluminado en lo alto visible desde cualquier punto de la ciudad, ese río que baja con fuerza y ruido, ese Santuario magnífico… Es una ciudad, una pequeña ciudad, con mucho encanto que, independientemente del tema religioso, creo que es interesante descubrir y visitar…

Yo, la había visitado de pequeñito con mis padres, 3 años tenía si no me equivoco, dentro de esos viajes y jornadas maratonianas en coche que todos los chavales de ahora mi edad nos dábamos con nuestros padres recorriendo España en aquellos tiempos… benditos y buenos tiempos xD. Sin embargo, y a pesar de que suelo tener recuerdos de momentos y edades que la mayoría de la gente no recuerda, en esta ocasión, no recordaba absolutamente nada de Lourdes y mi paso por allí cuando era niño, sólo recordaba la imagen del Santuario y ya posteriormente respecto a fotos e imágenes…

Por lo tanto, para mí, el hecho de visitar Lourdes también era especial y, estando allí, antes de salir del hotel, llamé a mi madre para decirle que ya estaba por aquí y me disponía a visitar la ciudad, el Santuario ya tocaría mañana… le hizo mucho ilusión como no podía ser de otra forma, y así comencé, cansando pero contento, una breve rutilla por la ciudad :D.

Eso sí, recuerdo que justo antes del salir del hotel, se escuchaba mucho ruido y música proveniente del Santuario (mi habitación daba frente a el, al otro lado del río)… debía haber algún tipo de «evento», ni idea… eso sí, la «explanada» frente al mismo, estaba petadísima de peña, y justo terminaba lo que hubiera y todo el mundo volvía… por lo que decidí esperar unos minutos antes de salir para evitar la marabunta…

¡Bueno, venga, vamos ya que se me hace de noche completamente!

Bajé la cuestecita del hotel girando a mi derecha, y dejando a mi izquierda el Río Gave de Pau y el Puente St Michel, que cruza el citado río uniendo el Casco Antiguo con el Santuario de Lourdes. Como indicaba, el río bajaba con mucha fuerza, creando un importante ruido ambiental… y es que es un río con bastante caudal, y más de una ocasión se ha desbordado ocasionando graves destrozos en Lourdes en general y el Santuario en particular, de hecho en 2012 hubo una crecida importante… a día de hoy (de mi visita a Lourdes), todavía seguían recaudando fondos (había carteles por la ciudad) para la reconstrucción de determinadas zonas de Lourdes y el Santuario…

A continuación giré de nuevo a mi derecha para subir por el Boulevard de la Grotte, la principal arteria de la ciudad (enlaza el «centro» con el Santuario), y la cual estaba animadísima, con tropecientasmil tiendas de recuerdos con motivos religiosos por todos lados (algo brutal eh, una detrás de otra), e igualmente multitud de restaurantes. La animación en la calle era brutal, muchísima gente variada de toda edad, color y procedencia, muchos camino de su alojamiento, otros mirando tiendas, y muchos otros cenando o buscando hueco para cenar en alguna de las múltiples opciones existentes… Bueno, luego volveré por aquí y echaré un vistazo…

Bien, llegué a la Plaza Jeanne d’Arc, y desde aquí por unas escaleras laterales subí a la Rue St Pierre Chaussee que cruza perpendicularmente en altura. Era curioso… pero ya aquí no había absolutamente nadie, apenas alguna persona andando por la calle… Primero me fui a mi izquierda, hasta el hospital y una pequeña rotonda ajardinada que se encuentra a la entrada de la ciudad, por aquí entré antes con el coche… Junto al hospital se encuentra el antiguo hospicio de 1834, en cuya capilla hizo la primera comunión Bernadette. No había mucho que ver, básicamente era dar un paseo, así que volví sobre mis pasos callejeando en zigzag por las calles, pasando por la Antigua Presbitería (donde se presentó Bernadette al párroco de Lourdes con las palabras de la Virgen), hasta la Plaza Peyramale, una bonita plaza adoquinada donde se encuentra la oficina de turismo y el Monumento a los Caídos de 1927. Aquí todavía quedaba una mínima y bella iluminación azul en el cielo… que desapareció de forma rápida para dar paso a la noche y a una Lourdes plena e igualmente bella iluminada…

Prácticamente frente a la plaza, y atravesando la pequeña Rue de l’Eglise, se encuentra el Sacre Coeur, una interesante iglesia construida en 1903 y que guarda en su interior la pila bautismal de Bernadette, callejeé bordeándola y volví a la plaza… A continuación me dirigía hasta Halles; el Mercado de Lourdes… pero al estar todo cerrado obviamente por las horas y no estar iluminado, no había mucho que ver, por lo que continué unos metros más adelante hasta el Ayuntamiento de Lourdes (¡y no tengo foto!, la saqué pero no se debió grabar correctamente la imagen por el programa en cuestión). El Ayuntamiento consiste en tres pequeñas y bonitas casas burguesas de principios del s. XX… una vueltecilla por aquí y volví sobre mis pasos hasta la Plaza du Marcadal donde giré a la izquierda por Rue de la Grotte.

Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc).

Callecitas estrechas, sinuosas de entramado medieval, de calzada empedrada con igualmente casas de piedra a ambos lados, luz tenue, luna en el cielo… ¡me encantaba! 😀 Además, no había absolutamente nadie por las calles y podía disfrutar del entorno yo solito.

Ahora me acerqué a la Torre de Garnavie, el único elemento que queda en pie de lo que era el recinto amurallado de la ciudad en el s. XVII, para después volver callejeando por los alrededores de la Rue du Bourg, pasando por el Cachot (la antigua cárcel hasta 1824, apenas un cuarto oscuro, y donde estuvo alojada Bernadette con su familia durante casi 2 años y desde donde salía a «reunirse» con la Virgen), hasta llegar a los pies del imponente Castillo de Lourdes.

No imponente por su tamaño, sino porque está situado en el centro de la ciudad, iluminado, en lo alto de un importante risco. El Castillo, del s. VIII, ha sufrido diversas modificaciones y ampliaciones a lo largo de su historia, al igual que ha pasado por varias manos y ha tenido diversas funciones… Sufrió el asedio de Carlomagno, fue residencia de condes, pasó por el Reino de Navarra, Corona Francesa, fue cedido a Inglaterra, después pasó a manos francesas de nuevo, fue una cárcel… y actualmente en su interior podemos visitar el Museo de los Pirineos.

Una auténtica lástima no poder visitarlo y poder visitar su interior y el museo, al igual que las vistas brutales que se deben tener desde lo alto de toda Lourdes, el Santuario, y todo su entorno :(. Estuve unos minutos sacando algunas fotillos desde aquí bajo el Castillo y continué el camino…

A apenas unos metros llegué a la confluencia de varias calles, ya con algo más de movimiento al estar al lado del Boulevard de la Grotte.

Primero encontramos la Maison Paternelle, o lo que es lo mismo: la Casa de Bernadette, la casa de sus padres y en la que todavía reside la familia. Es posible visitarla parcialmente… en un horario en el que esté abierta claro xD. A su lado, a unos metros, se encuentra el Moulin de Boly, un antiguo molino y el lugar de nacimiento de Bernadette y donde vivió durante sus 10 primeros años. El edificio está restaurado y alberga un pequeño museo… de nuevo, para la próxima.

En fin, de nuevo al centro del meollo… Pero antes de meterme de lleno, callejeé «al otro lado», por la parte trasera del Boulevard de la Grotte, ya que están a una altura superior y lo mismo se podía tomar alguna fotillo interesante, pero poca cosa, así que una vuelta y volví… Ya había bastante menos gente en toda la zona, muchas tiendas y restaurantes cerrados o a punto de cerrar… eran las 22:45 aprox y eso es muuuy tarde en estas latitudes jeje.

No obstante, aproveché para echar un vistacillo a un par de tiendas que todavía quedaban abiertas y comprar un par de recuerdos… A continuación… tocaba cenar, tenía un hambre que daba calambre. Quería algo baratito, pero estaba cansado y quería sentarme tranquilamente y tomarme algo medianamente consistente, por lo que descarté algunos kebabs (y mira que me encantan) y sitios de comida rápida, y acabé en un restaurante que no pintaba mal (y que todavía servían, ya que muchos estaban abiertos aún pero habían cerrado cocina), y me tomé un «plato combinado» con una cervecita que me supo a gloria (venga, mejor que sean dos ;)).

Ya sí que estaba casi todo cerrado cuando terminé, las 23:30 pasadas… Hacía fresquillo la verdad, se nota que estábamos cerca de los Pirineos como dije… Nadie por las calles, me acerqué hasta el Puente St Michel a sacar unas fotillos desde aquí al río y al castillo y para mi hotel…

CRÓNICA - Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). CRÓNICA - Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). CRÓNICA - Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc). CRÓNICA - Día 3: Francia (Toulouse: Catedral St Etieene, Palacio Niel, Convento Jacobinos, Jardín Japonés, Basílica St Sernin, Capitolio, etc. Lourdes: Iglesia Sacre Coeur, Ayuntamiento, Castillo, etc).

Había sido un día muuuy largo. Había salido de Carcasona, coche, visita a Toulouse, coche, y visita a Lourdes… Muy largo y muy completito ;).

Mañana tenía toooda la mañana para dedicarme al Santuario de Lourdes y algún añadido más. Me hubiera gustado poder dedicarle más horas a Lourdes, pero el tiempo es el que es, quizás le tenía que haber quitado al menos una horita a Toulouse, o haber salido más pronto esta mañana claro xD, pero es lo que hay. Lourdes es mucho más que el Santuario de Lourdes… A pesar de ser una ciudad pequeña, tiene un bonito entramado medieval callejero, un Castillo muy interesante y una serie de museos muy recomendables que yo, por desgracia, no pude visitar… También podemos coger un teleférico y el entorno de Lourdes, al ser un emplazamiento natural, nos ofrece muchos y diversos atractivos naturales dignos de reseñar y ser visitados.

Por lo tanto, Lourdes es ideal para un fin de semana, y os emplazo a dedicarle al menos ese par de días. Yo, siendo mi segunda vez en la ciudad, me iban a quedar cosas pendientes… pero siempre habrá tiempo de volver, seguro ;). Ahora tocaba dormir, estaba bastante cansado… y mañana tocaba la visita a un lugar increíble, un lugar que me provocaba emoción, emoción con la que me dormí, arropado con una ligera manta, a orillas del Río Gave de Pau, a los pies del Castillo de Lourdes, frente al Santuario de Lourdes…

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David Vecino de la Guía

David Vecino de la Guía | Acuario y madrileño, ávido de información, conocimiento y nuevas experiencias. Maestrillo de todo, maestro de nada y profesional de mucho: turismo, protocolo, eventos, marketing, publicidad, informática, formación, terapias alternativas, etc... Cinéfilo, devorador de libros, electrónico musical, futbolero de pro y cervecero gastronómico. Viajero empedernido como mayor pasión y fin, a ratos turista. Ética, moral, valores, coherencia, y demócrata liberal conservador convencido.

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