Batalla Olvidada Guerra Civil (Abánades, Guadalajara). Espectacular ruta senderista – Vol.6.

Visitar, qué ver y qué hacer, en Abánades (Guadalajara).

Ruta de senderismo/trekking/montañismo en plena naturaleza en Guadalajara que debes realizar, para todos los gustos y todos los públicos.

Abánades; un pequeño y precioso descubrimiento.

Mi recorrido por Guadalajara: ruta de turismo rural por sus castillos, historia, patrimonio, fiestas y gastronomía, en una escapada bien merecida (y necesaria para desconectar) de turismo rural y naturaleza por Guadalajara, me llevaba a establecer mi base en el Hotel Rural Los Ánades en Abánades. Así, tras visitar Cifuentes y ya por la tarde anocheciendo, llegaba a Abánades, aparcando el coche justo en la puerta de mi recomendado alojamiento para el fin de semana y del cual tenéis aquí una amplia review.

Una población que me recibía con señoras jubiladas sentadas con sillas en las puertas de sus casas charlando con sus vecinos mientras me miraban con ojos curiosos… Abánades es un pequeño pueblecito; un caserío de menos de 70 habitantes, a unos 80km de Guadalajara y a unos 30km de Sigüenza, en La Alcarria Alta, situado a una altura de 1039m y de economía agrícola repartida entre regadío y secano (e importantes cotos de caza y pesca, gracias al río Tajuña y distintos arroyos), y enmarcado en un entorno natural espectacular, e ideal para desconectar y descansar de nuestro ajetreo diario en la gran ciudad (desde aquí también podemos acercarnos a lugares, por ejemplo, como el Valle del Tajuña, el Parque Natural del Alto Tajo, la Cueva de la Canaleja, o el Parque Natural del Barranco del Río Dulce).

Ya en el s. XI y con Almanzor, Medinaceli en Soria era la capital militar de la denominada Marca Media gracias a su posición estratégica para la defensa contra los reinos cristianos. Una (preciosa e histórica) población (y su entorno de influencia, incluyendo zonas de Soria, Teruel y Guadalara, con Abánades) que fue reconquistada por Alfonso VI en el 1104.

Se tiene constancia documentada de Abánades desde principios del s. XII, encuadrado en la citada «jurisdicción» de Medinaceli, y saltando ya al s. XIV, cuando el Rey Pedro I encargo la realización del Becerro de las Behetrías de Castilla (manuscrito histórico del s. XIV con el «inventario» de las behetrías o poblaciones donde sus vecinos podían elegir a su señor), con objetivo de conocer y controlar toda la población existente en la entonces Corona de Castilla.

La repoblación de la zona y de Abánades en concreto, no comenzó hasta pasados 50 años tras expulsar a los últimos árabes de las Calatayud y la cercana Sigüenza. En 1138 Manrique de Lara (primer señor de Molina) crea su Señorío de Molina con diferentes castillos y fortalezas defensivas, entre las que se encontraba, posiblemente; Abánades, junto con Torresaviñan, Torrecuadrada, Tortonda y Torrecuadrilla. Señorío que fue cedido posteriormente en 1154 a la Diócesis de Sigüenza.

Más allá de sus amables y curiosos vecinos o su único bar abierto donde me tomé unos botellines con los amables paisanos, Abánades, pese a lo pequeñito que es, presenta varios lugares de interés…

Abánades; Parque del Agua y Piscina Natural Pozas del Vadillo.

El primero de ellos es el Parque del Agua y la Piscina Natural Pozas del Vadillo; el principal centro social y de todas las actividades del pueblo (la piscina está integrada en el parque) y donde siempre vi algunas familias con niños. El agua de las pozas y las piscinas proviene de una cascada del río Tajuña y es perfectamente hábil para el baño (abierta de Julio a Septiembre).

Abánades; Iglesia de San Pedro.

Especialmente destaca en Abánades la Iglesia de San Pedro, con origen en el s. XIII y ampliada en el s. XVI, y situada de forma destacada en la parte más alta del pueblo, siendo actualmente la iglesia parroquial de Abánades. Muy llamativa ciertamente, me sorprendió sobremanera para bien, y es que presenta una magnífica galería porticada románica o atrio con columnas profusamente decoradas (con decoración de entrelazados y motivos vegetales), y diferentes arcos semicirculares. Una preciosa iglesia que sufrió graves daños durante la Guerra Civil (posteriormente restaurados).

Abánades; Museo Histórico de Abánades.

El recomendable Museo Histórico de Abánades se abrió en 2010 en el edificio que albergaba la antigua escuela del pueblo, con el claro enfoque de ser un Centro de Interpretación de los Espacios Históricos de la Batalla Olvidada, museo y actividades que se encuentran gestionados por la Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades.

El mismo, y más allá de la obviamente toda la información relevante y necesaria de la Batalla Olvidada, el Museo Histórico de Abánades nos presenta una importante colección de piezas y objetos de la Batalla Olvidada y la Guerra Civil, muchos de ellos cedidos por los propios vecinos del pueblo y los alrededores.

Abánades; Arroyo Caz.

El mismo día y tras la palicilla de la ruta senderista de la Batalla Olvidada, y ya cerca de ocultarse el sol, todavía tuve tiempo de recorrer en un agradable paseo los alrededores de mi alojamiento y el pequeño Arroyo Caz casi aledaño al mismo, hasta alcanzar tierras de labranza y parte de otras rutas senderistas en la zona… para ya regresar y llegar anocheciendo. ¡Un paseíto más que recomendable!

Pues sí, aunque a priori parece que Abánades no tenga mucho que hacer… ya podéis ver que no es así ;). Y, ya que te alojas aquí, pues aprovecha el entorno al máximo y disfrútalo ;).

La Batalla Olvidada de la Guerra Civil.

Destacable y relevante es el papel que Abánades tuvo durante la Guerra Civil Española, desconocido para la gran mayoría de profanos… En Marzo de 1938 y tras dos años de guerra, el bando nacional inicia una ofensiva en Aragón, con diversos objetivos (fragmentar el territorio republicano y alcanzar el Mediterráneo entre ellos), siendo ocupada la zona de El Castillo en Abánades (todavía no ocupada por el bando republicano) por el Batallón 268 de San Fernando debido a su importancia estratégica para el dominio del valle del Tajuña y el control de determinadas vías de comunicación, en un momento clave de la guerra donde el bando republicano se encontraba mermado pero todavía lejos de ser derrotado.

El Castillo se convirtió en una de las posiciones más avanzadas en la zona por el bando nacional en el momento. Ya antes, en 1937 y tras la Batalla de Guadalajara, Abánades ya había sido saqueado y destruido en gran parte, siendo prácticamente abandonado debido a las diferentes batallas. Y es que Abánades estuvo durante toda la Guerra Civil en primera línea del frente de batalla entre el bando nacional y el bando republicano, lo que originó que cambiara de posesión en varias ocasiones durante la contienda, quedando prácticamente arrasado tras la guerra.

Volviendo a 1938 y tras la toma de El Castillo, desde finales de Marzo hubo combates con mas de 7.000 bajas entre ambos bandos (diversas fuentes calculan más de 10.000) para un total de aproximadamente 60.000 hombres entre ambos bandos, estabilizándose posteriormente el frente el 18 de Abril. Una Batalla Olvidada que, pese a la importancia en diferentes ámbitos y la magnitud de los combates (no hablamos de un pequeño combate entre compañías), es uno de las batallas fraticidas más desconocidas y eclipsadas de la Guerra Civil.

Obviamente y como podéis suponer, la presente exposición es apenas un brevísimo resumen de lo ocurrido en tal contienda, por lo que te animo a ampliar información de forma más exhaustiva con los profesionales. Igualmente, agradecer a todos los colectivos implicados, la recuperación de tales hechos históricos con diversas iniciativas; como la recuperación de El Castillo, la creación del Museo Histórico de Abánades, o las diferentes recreaciones de la Batalla Olvidada gracias a la Asociación de Espacios Históricos.

Ruta VI Abánades; Batalla Olvidada Guerra Civil 1938.

Como hemos visto, Abánades presenta diferentes espacios turísticos, culturales e históricos de relevancia, incluyendo los escenarios de la ya explicada Batalla Olvidada. Un lugar antaño de muerte, destrucción, horror y miedo… Hoy es un precioso e histórico lugar natural de gran belleza, listo para su disfrute (solos, en familia, pareja o con amigos), y para que, ciertamente, recapacitemos un poquito…

Distintas posibilidades de turismo rural activo nos ofrece Abánades, con varias rutas naturales y senderistas prediseñadas para todos los gustos (a pie o en bici algunas de ellas), con distintas duraciones y distintas dificultades… En el caso en concreto nos referimos a la ya citada ruta de la Batalla Olvidada de la Guerra Civil 1938, o Ruta VI Abánades, tal y como aparece reflejada en distintos folletos informativos.

Una ruta lineal ida/vuelta (o circular) de aproximadamente 1,5km y 1h de duración, con cierto desnivel y una dificultad media-alta debido a la complicada orografía del terreno, ya que hay muchas subidas y bajadas, y en ocasiones poca señalización y senderos apenas marcados donde no tienes ni puta idea de por dónde vas… Un recorrido cortito pero mínimamente exigente donde se necesita una mínima forma, experiencia y equipación (calzado adecuado, para empezar). Es posible realizar la ruta con niños (ya algo creciditos), pero siempre con cuidado y mejor si vamos de la manita en todo momento.

Igualmente y como es evidente y ya he reseñado, nos encontramos en un lugar de un valor histórico y natural de relevancia, con un patrimonio arqueológico que debe ser protegido y respetado. Respeta el entorno en todo momento, y sigue el recorrido y trazado indicado y selañizado mediante un sendero (si lo encuentras en ocasiones xD).

Bien, en primer lugar (y suponiendo que nuestro punto de partida es, por ejemplo; el Hotel Rural Los Ánades donde yo me alojé) nos dirigimos a la Iglesia de San Pedro, en la zona más alta de Abánades, aquí encontraremos un panel informativo de la ruta y diversas indicaciones… Eso sí, el inicio de la misma no es fácil de encontrar si, como me pasó a mí, los carteles indicativos e informativos están en mal estado y tapados por la importante vegetación existente, por lo que no tenía ni idea de dónde comenzaba exactamente la ruta… De hecho, tuve que preguntar a una vecina que apareció para que me indicara.

Sí, la parte inicial de la ruta estaba completamente asalvajada y necesitaba un desbrozamiento urgente, ya que era prácticamente imposible ver dónde comenzaba la ruta y comenzar los primeros pasos en la misma, unos primeros pasos ciertamente muy duros debido a la pendiente y a la vegetación existente :S.

Tras un primer tramo de subida al cerro (y bajo un sol importante a pesar de realizar la ruta ya por la tarde), comenzamos a visualizar los primeros puntos de interés de la Ruta VI Batalla Olvidada, ya adentrándonos en el espacio y entorno fortificado denominado El Castillo, mediante los senderos habilitados que nos llevan a pie por el mismo recorrido que realizaban los soldados en la batalla.

En primer lugar; restos de pozos donde los soldados cubrían el frente y eran la primera línea de defensa con fusiles y granadas de mano… Y, a continuación, uno de los lugares más fotografiados y espectacularmente visuales del lugar (y relativamente bien conservados), siendo una línea de trincheras con distintos parapetos de protección desde donde una posición dominante y con visibilidad, los soldados podían disparar.

Aquí, nos llama la atención sobremanera la cruz de hierro forjado sobre una de las edificaciones, con el pueblo tras la misma, bajo la misma… Una visión sobrecogedora y dramática ciertamente, en el lugar donde, parece ser, señala el lugar donde un oficial del Ejército Nacional fue abatido por un francotirador del Ejército Republicano (con disparo probablemente realizado desde la posición cercana de El Rondal, lugar donde ahora podemos visualizar unas antenas de comunicación).

Nuestro recorrido continua atravesando diversos parapetos escalonados en zigzag situados de forma estratégica, con nidos de ametralladoras y miras para los fusiles (con curiosas mirillas en forma de abanico) y, continuando por el sendero adentrándonos en el cerro, encontramos los restos de diversos refugios donde los soldados podían refugiarse, comer, dormir, etc… Y, en definitiva; poder descansar durante sus pocos momentos libres en pleno frente de guerra.

Los pasos nos llevan hasta la siguiente espectacular zona de nuestro recorrido por la Batalla Olvidada, donde encontramos varios puntos de interés en buen estado de conservación; como bien pueden ser un nido de ametralladoras con amplia visibilidad sobre el valle, y situado en retaguardia (de espaldas al frente), para proteger y prevenir la citada retaguardia de las tropas, al igual que defender y escudar diversos aspectos necesarios como las evacuaciones, relevos o, importante; los suministros.

Continuamos subiendo por las llamadas Escalerillas de Franco, llegando así hasta el punto a más altura de nuestra ruta por la Batalla Olvidada, a 1.086m. Aquí podemos observar (más bien intuir debido a la erosión), distintas trincheras en forma serpenteante hasta un espacio que, debía ser, un centro de observación (en base a su posición estratégica y más «abrigado y camuflado»).

A continuación, bajamos por la escalinata que encontramos a nuestra izquierda, hasta un parapeto de fusilería bastante bien conservado. Nuestro camino sigue por el cerro bajo un sol más que radiante, hasta el último punto de la ruta antes de emprender el camino de vuelta… Y es el mirador que, unos metros más adelante, se encontraba frente a mí… Un mirador protegido con una barandilla de madera (cuidadito si nos acercamos y asomamos), con unas preciosas vistas de nuestro entorno y el valle que nos rodea :D.

Ahora sí, tocaba emprender el camino de vuelta, siguiendo las indicaciones por el camino correspondiente (bueno, las que eran visibles, en ocasiones la senda «desaparecía» como ya he indicado :S), regresando sin mayor novedad y con un descenso asequible y agradable paseo, por la vereda que bordea el río Tajuña (también podemos volver por el mismo camino que hemos venido), llegando hasta el punto de partida e inicio; el Hotel Rural Los Ánades :).

Un esfuerzo merecido  para una rutilla senderista que bien merece la pena, donde encontramos un patrimonio histórico, cultural y militar digno de ser conocido. Naturaleza salpicada con trincheras, refugios, fortificaciones, contrafuertes, parapetos, abrigos, nidos, búnkers, depósitos, puestos, lápidas… Gran parte de ellos, y que ya hemos recorrido, visitado y conocido… han sido recuperados, restaurados, conservados y catalogados (al menos parcialmente), gracias a los profesionales del CSIC.

Finalmente, indicar que tenéis más opciones en los alrededores de Abánades respecto al patrimonio natural, histórico y militar existente, más allá de la presente y espectacular rutilla de la Batalla Olvidada y complementarias a la misma.

Tanto en el mismo término municipal de Abánades como en los alrededores a apenas un radio de 5km, podemos visitar el Alto de la Castilla, el Alto del Molino, el Vértice Cerro, el Rondal, la Nava… O Los Castillejos; una importante posición del Ejército Popular de la República, y desde donde encontramos unas vistas espectaculares y diferentes ejemplos de trincheras, a los que se suman un busto conmemorativo y un rostro femenino esculpido que, parece ser, representa La República.