8 marcas y símbolos ocultos en las calles de Madrid. Historia escondida para ojos curiosos, Vol.1.

Visitar, qué ver y qué hacer, en Madrid (Comunidad de Madrid, España).

Marcas secretas de Madrid. Secretos escondidos a la vista de todos. Vol.1.

Las marcas de cantero son símbolos o marcas propiamente dicho, grabadas en piedra por los canteros, las cuales podían representar las formas de identificar su trabajo, diversa simbología, o diferentes ideas. Realmente la interpretación puede ser muy variable, y en muchas ocasiones totalmente desconocida, ya que la interpretación concreta de su significado, puede variar o se puede haber perdido.

Aunque podríamos indicar su origen en el Antiguo Egipto, pasando por Grecia y Roma con marcas que representaban aspectos históricos o/y mitológicos, debemos concretar la Edad Media (especialmente entre los siglos Xi – XIV, poco habituales ya en la Edad Moderna) como el periodo donde los canteros tallaban las marcas con un cincel fino en el sillar, y que servían para identificar el trabajo de tales constructores y diversa información (experiencia, tipo y etapa de la construcción, cuánto personal participaba, etc…).

No obstante y como indicaba, la visión más generalizada entre los profesionales, es que tales marcas de cantería, suponían una suerte de simbología de propiedad, utilizadas por el cantero o la agrupación en concreto, para identificar la autoría (del cantero, el taller, el gremio, etc), contabilizar el número total de piezas utilizada en base a la obra, número de piezas utilziadas y el cobro por ello, etc… Y se podían encontrar en todo tipo de construcciones, tanto civiles como religiosas, y en todo tipo de zonas, también encontrándose las marcas en unas u otras, dependiendo el taller, la experiencia, el grado, etc… Así, un maestro con experiencia o arquitecto o «jefe de obra», era más habitual que dejara su marca en lugares más específicos y complejos, a modo de la llamada «marca de honor», como si fuera un escudo de armas de la nobleza.

En fin, es una pasada de curiosidades e información, y sí, hay un estudio y disciplina que investiga tales marcas: gliptografía. En fin, tras esta pequeña introducción para situarte en contexto, te animo a investigar más al respecto ;).

Bien, una vez situados y ya hablando en concreto del hecho que nos ocupa en Madrid, cierto es que los administradores, arquitectos y canteros municipales, han ido dejando pequeñas marcas y símbolos por toda la ciudad durante los últimos lustros, tanto en nuevas construcciones como en siguientes reparaciones. Una iniciativa más que curiosa y ciertamente acertada y original, que quería dar a conocer la historia de Madrid, eso sí, nunca son anunciadas, es decir; nunca se indica dónde se van a poner, y qué significan ;).

Todo tipo de marcas «secretas» como un guiño a todos los madrileños, animándonos a descubrir y escudriñar con mirada atenta nuestra ciudad también mirando hacia el suelo, encontrándolas en el mismo y en el mobiliario a nuestro alrededor (losas, adoquines, bancos, etc). Así, nos encontramos con referencias y de todo tipo, muy diversa y variada, algunas fáciles de descubrir e identificar su simbología, otras más complicadas de encontrar, al igual que descubrir y comprender lo que los artistas nos quieren mostrar y explicar… Encontramos referencias históricas, culturales en diversos ámbitos, locales existentes o desaparecidos, edificios emblemáticos, más «frikis»… Son discretas y semi ocultas referencias a la propia historia, memoria y arquitectura de los lugares en los que se encuentran, esperando a ser descubiertas por nuestros inquietos ojos. No son los protagonistas del paisaje, pero son parte de nuestro espacio público madrileño.

Excepto algunas en concreto, muy visibles, con simbología y significado claro y debido a que se han hecho «famosas» por diversas cuestiones, no muchos conocen las decenas de marcas que tenemos en Madrid. Y no solo hablamos en el presente caso de las marcas de cantería como tal en concreto (que es el objeto del presente post), sino que yo lo he ampliado a otra suerte de marcas de todo tipo diversas que encontramos en los suelos que pisamos habitualmente, como bien pueden ser diversos escritos (como los versos en el Barrio de las Letras), o las placas de los Locales Centenarios de Madrid ;).

Acompáñame en esta ruta por mi ciudad a visitar las distintas marcas y símbolos ocultos en las calles de Madrid, y no solo ello, sino que tendrás info de muchos más detalles, ya me conoces ;).

Sol sonriente, en la Calle Alcalá 1.

Y, en primer lugar, vamos a una de las marcas de cantería más conocidas y más fáciles de encontrar en Madrid debido a su localización. Aunque no obstante, es muy probable que hayas pasado por encima de ella en infinidad de ocasiones y no te hayas dado cuenta, también debido al ajetreo habitual de la zona…

La Calle de Alcalá (antigua Calle de los Olivares) es una de las principales, más importantes, y más antiguas arterias de Madrid (con una amplia historia), a lo largo de 11km, ha visto el desarrollo de la ciudad, naciendo en la misma Puerta del Sol y siendo anteriormente una Cañada Real.

Al inicio de la Calle de Alcalá y frente a la Puerta del Sol, muy cerquita de la nueva ubicación de nuestro querida estatua del Oso y el Madroño (original de 1967 y habiendo tenido varias localizaciones en la plaza), encontramos un pequeño Sol tallado en la losa de granito con una simpática carita sonriente xD, dándonos la bienvenida a la plaza del mismo nombre.

Relieve «La Vida Económica» de Frederic Marès, en la Calle Alcalá 10.

También, en la misma y ya citada Calle de Alcalá y muy cerquita de la Puerta del Sol, encontramos el espectacular y nuevo Centro y Galería Canalejas. Hablamos de un complejo hotelero, comercial, residencial y gastronómico que fue el resultado de la brutal restauración rehabilitación de hasta 7 edificios contiguos, convirtiéndose y siendo actualmente uno de los nuevos iconos comerciales de Madrid. Un edificio precioso, con una historia apasionante, y que es una auténtica maravilla e historia de Madrid.

Pues bien, frente a uno de los accesos a la Galería Canalejas, encontramos una losa en el suelo con inscripción en relieve, que hace referencia a «La Vida Económica» del escultor modernista español Frederic Marès.

Escudo de Madrid, en la Calle Mayor 70 (varias localizaciones).

La Calle Mayor es una de las principales vías históricas de Madrid con más de seis siglos de historia, uniendo la Puerta del Sol con la Cuesta de la Vega, y ofreciéndonos en la misma y su entorno, un sin fin de edificios y hechos históricos reseñables. Con varias denominaciones y distintos tramos repartidos en su historia (como la Plaza de la Villa, uno de mis lugares favoritos en Madrid y uno de los entornos monumentales mejor conservados de la capital), siempre ha sido una importante vía comercial con comercios y locales históricos (a pesar de todos los ya perdidos en siglos pasados), al igual que localización de distintos gremios.

El escudo de Madrid, se remonta a los siglos XII-XIII y, según los historiadores, fue utilizado por primera vez por las tropas madrileñas contra los musulmanes en las campañas de Andalucía, y, evidentemente ha pasado por decenas de revisiones en su historia, siendo la presente desde 2004 (retocada en 2008) y utilizada como imagen corporativa.

«De plata, un oso de sable apoyado en un madroño sinople, frutado de gules. Bordura de azul, cargada de siete estrellas de plata. Al timbre, corona real abierta». De su historia y simbología (oso, madroño, corona, estrellas, color), hablaremos en otra ocasión al no ser objeto del presente post… Pero estoy seguro de que, caminando por el centro de Madrid, habéis «pasado por encima» de alguna recreación de nuestro escudo (el anterior al reseñado en este caso, de 1982-2004, a todo color), especialmente caminando por la Calle Mayor y frente a la citada Plaza de la Villa (hay varios, te animo a descubrirlos ;)). Un escudo «enmarcado» en las losas del suelo de la acera, a modo de homenaje a nuestra villa y ciudad, ¿lo habías visto anteriormente?

Ramillete de cebada, en la Plaza de la Cebada.

La Plaza de la Cebada es uno de los puntos principales en el barrio de La Latina, cuyo nombre proviene de la calle cercana del mismo nombre donde se separaba y cribaba la cebada, grano que traían los labradores de los alrededores. La plaza como tal (y su nombre) existe desde el s. XVI, empleada como mercado abierto y, en su mejor época, con una extensión tan grande como la misma Plaza Mayor. Llegó a tener fuentes ornamentales e incluso fue acondicionada como jardín público para celebrar San Isidro, al igual que se construyó el mercado de la plaza en 1870. Por otra parte, aquí fueron ejecutados personajes históricos como Rafael de Riego y Luis Candelas.

En el centro de la Plaza de la Cebada, situado frente la fuente, el kiosko de flores y el Metro La Latina, en pleno centro de Madrid y zona de ocio (y una de las estaciones de Metro que yo más visito xD), encontramos en el suelo una piedra caliza triangular, fácil de ver, con un ramillete del cereal de la cebada al que hacer referencia la plaza (al lado tenemos el habitual Mercado de la Cebada). La marca supone un claro homenaje a los ya citados labradores, agricultores y mercaderes varios ya citados, que hasta aquí se acercaban a vender sus productos locales a todos los madrileños y foráneos, al igual que cribar la cebada.

Losa centenario Teatro de La Latina, en la Plaza de la Cebada 2.

Nos salimos fuera de lo que son marcas de cantería propiamente dichas, para acercarnos en este caso (muy cerquita de la anterior reseña y también situado en la Plaza de la Cebada), al Teatro La Latina, uno de los más importantes teatros de Madrid desde principios del s. XX, con una importante historia, y muy relacionado con la prolífica artista Lina Morgan. El teatro debe su nombre a Beatriz Galindo «La Latina»; escritora y humanista, maestra y dama de compañía de Isabel I de Castilla (podéis encontrar amplia información de su figura, en las paredes interiores del propio Metro La Latina ;)).

Pues bien, justo bajo a la entrada principal del teatro y fácilmente visible, encontramos una gran losa de granito con las fechas talladas de su centenario 1919-2019.

Cruz de Calatrava, en la Calle Alcalá 25.

También en la Calle Alcalá, nos encontramos con la llamativa Iglesia de las Calatravas, perteneciente a la Orden de Calatrava, y formó parte del desaparecido Convento de la Concepción Real, siendo una de las iglesias más importantes de la capital desde su construcción a finales del s. XVII.

De espectacular y llamativo estilo barroco, en el s. XIX su exterior fue reformado y decorado incluyendo elementos románticos y neoplaterescos. Su exterior e interior, nos ofrece un rico e importante patrimonio artístico, estando la Cruz de Calatrava muy presente en todo lugar… Una cruz que encontramos cincelada en una losa de granito en la misma acera, frente a la entrada principal del templo. Seguro que has pasado muchas veces por aquí y te ha pasado inadvertida.

Gato estirándose, en la Calle Augusto Figueroa 16.

Los gatos son un constante aparición en las marcas de cantaría en Madrid como iremos viendo. Ya sabéis que a los madrileños nos llaman «gatos», ¿por qué? Bien, cuenta la leyenda que en el año 1085, en plena conquista de Madrid por Alfonso VI, un joven valeroso y hábil soldado, escaló la muralla islámica con una simple daga y sus habilidades, cambiando la bandera musulmana por la cristiana. El rey quedó tan impresionado por tal hecho que dijo que tal hombre escalaba como un gato… Por ello, el soldado decidió adoptar «gato» como su apellido y cual título nobiliario (de ahí la cantidad de personajes «gatos» en la historia de Madrid).

Es decir; los madrileños somos gatos, los más valerosos y valientes… Eso sí, ¿tú, tus padres y tus abuelos han nacido en Madrid, para que puedas adquirir tal insigne título? Bueno, hay más leyendas y teorías acerca de por qué nos llaman gatos, lo dejaremos para otro post ;).

Bien, Federico Chueca fue uno de los grandes compositores españoles, referente de las zarzuelas y su genero chico, y autor de la conocida obra «La Gran Vía». Madrileño, da nombre al barrio de Chueca en Madrid, como una de las principales zonas históricas del Barrio de Justicia, el cual nos ofrece una interminable oferta de ocio, gastronomía, arte, cultura (Museo del Romanticismo, Museo de Historia de Madrid, La Casa de las Sietes Chimeneas, etc), amplia presencia en la cultura popular, y como centro neurálgico de la comunidad gay y las fiestas del Orgullo LGTBIQA+ en Madrid.

Aquí, en un banco de piedra caliza a espaldas de las fachadas de los edificios (y no en el suelo), nos encontramos un relieve de un gracioso gatete estirándose… Y no será el único que encontremos ;).

Tortugas de la Fuente de los Galápagos, en la Calle Hortaleza 63.

En la Calle de Hortaleza esquina con la Calle de Santa Brígida y cerca de nuestra anterior visita, nos encontramos una fuente, mismo lugar donde existió la Fuente de los Galápagos, levantada por Ventura Rodríguez en 1772 (año en números romanos que figura en el friso de la fuente actual), uno de los más importantes arquitectos barrocos y neoclásicos españoles de la historia, con una prolífica obra en Madrid (como la Fuente de Cibeles) y repartida por toda España (como obras en la Catedral de Cuenca). De hecho, tiene parada de Metro propia en Madrid ;).

Anteriormente existía aquí la Fuente de las Recogidas, la cual molestaba al creciente tráfico rodado de la ciudad, encargando a Ventura Rodríguez la creación de una fuente integrada en el chaflán del edificio del Colegio y Convento de San Antonio Abad (posteriormente Escolapios), la cual mostraba dos grandes galápagos. La misma, sobre 1840, volvía a molestar al tráfico, por lo que a finales de siglo se decidió readaptarla y reducir sus dimensiones y ornamentación, creando la actual Fuente de los Delfines.

Como homenaje a la fuente original y a los galápagos, frente a la actual fuente y en el suelo adoquinado, podemos encontrar dos losas en blanco, fácilmente visibles, con los relieves de los dos galápagos en cuestión ;).

Mapa y localización de las marcas secretas y ocultas en el suelo y calles de Madrid.